México | LUCIÉRNAGA CIUDADANA POR GUADALUPE MORFÍN Mi Japón Desde estas orillas enciendo una veladora por sus muertos, y los del terremoto, y porque sea controlada la probable radiación nuclear en Fukushima Por: EL INFORMADOR 18 de marzo de 2011 - 05:02 hs Guadalupe Morfín. / Mi Japón está hecho de papel, flores, gusto por los poemas breves de la naturaleza, o “haikús”. Es un Japón muy limitado, pues no he viajado allá. Un Japón de origami (el arte del papel doblado) e ikibana (el arte de las flores). De visitas a restaurantes en Guadalajara y en México para disfrutar su comida: Toyo, Suehiro, Taro, Daikoku, Fuji; Suntory como invitada. Sushi-itos para las emergencias. Mi Japón está hecho de la memoria de apellidos entrañables en nuestras tierras tapatías, como Watanabe, Minakata, Ashida, de nombres que suenan a flor: Yuriko, Namiko. Un Japón de ir sin cesar a su jardín en Los Colomos, regalo de Kioto, a nutrirme. Jardín que, en San Francisco, California, he gozado visitar con calma. Guardaba yo con fruición unas millas aéreas para volar con mi esposo al aeropuerto de Narita, en la primera oportunidad, y gozar la hospitalidad de Nacho, mi hermano, que residía en Tokio con su esposa, Cecilia, y sus tres hijos. Pero desde ayer, Nacho y su familia están lejos de la isla, y no sé si regresarán a ella, donde han vivido los últimos años. He podido, gracias a los álbumes de fotos que nos comparte, entrar a cada templo que visita, beber de las enormes cucharas en los santuarios, contemplar el monte Fuji, asistir a la floración de los cerezos. Uno de los primeros regalos de mi esposo cuando novios, fue una estera colgante con un dibujo japonés. Mis últimos regalos a él han sido un libro de dibujos japoneses, y una pareja de muñequitos samurái conseguidos a buen precio en Coyoacán. Entre nuestras películas más disfrutadas recientemente están “Las flores del cerezo” (de la alemana Dorris Dörrie, 2008), homenaje a Yasujiro Ozu por Historia de Tokio (1953) y una reflexión sobre el amor en pareja y la viudez, la danza Butoh —sombras que muestran un “estar melancólicamente encantado y conmovido”—, lo bello efímero, la continuidad y conexión con todo lo que existe, y “Violines en el cielo” (de Yojiro Takita, Óscar a la mejor película extranjera en 2009). Es una tierna historia sobre la vida y la muerte, a través del Nokan, arte funerario herencia del Shintoismo. Ricardo Silva Romero, crítico colombiano, la ubica en la tradición de cine japonés de historias mínimas que nos enseñan cómo vivir, igual que Akira Kurosawa, y el mismo Yasujiro Ozu, entre otros directores. Nunca había visto imágenes de un desastre natural tan dolorosas como las del tsunami. Desde estas orillas enciendo una veladora por sus muertos, y los del terremoto, y porque sea controlada la probable radiación nuclear en Fukushima, donde 50 heroicos expertos libran una lid a favor de millones. El escritor Ryu Murakami publicó el 17 de marzo en The New York Times un artículo. Nosotros que estábamos tan intoxicados con nuestra propia prosperidad, dice, hemos de nuevo plantado la semilla de la esperanza. Temas Rotonda Luciérnaga ciudadana Lee También Detienen a presunto extorsionador del sector limonero en Michoacán Detienen en Durango a presunto líder de célula dedicada al tráfico de personas Cruz de Plazas, emblema de la identidad jalisciense Ángela Aguilar publica mensaje para Micky Hair tras su fallecimiento Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones