Lo que los une

Ver en un acto público a Emilio Azcárraga Jean y a Ricardo Salinas Pliego no es algo común. Pero verlos juntos impulsando un mismo programa es todavía más inusual. Y si los dos aparecen con un mismo discurso y un objetivo común, el asunto se vuelve entonces sí extraordinario. Ayer (lunes), las dos televisoras más fuertes de México y sus acaudalados y empoderados dueños se presentaron juntas a lanzar una invitación y una proclama: los mexicanos no necesitamos al Gobierno para ser un país grande y una sociedad activa.

Junto al resto de los medios de comunicación más influyentes, fue presentada la “Iniciativa México”, un proyecto mediático y de acción social que le apuesta a sacar a la sociedad mexicana del marasmo en que se encuentra, atrapada por la sangrienta violencia del narcotráfico, la difícil situación económica, la mezquina actuación de su clase política y la incapacidad gubernamental.

Meses de negociaciones entre los varones de los medios precedieron lo que ayer se presentó; y es seguro que muchos se mostrarán en contra. No faltarán los críticos, y las críticas serán parte de un ejercicio que tendrá que apostar a ser abierto e incluyente, considerando la pluralidad y la diversidad que conviven en todos los terrenos en México, para que no se confunda con un intento de los poderosos medios masivos por imponer una visión de país y de la realidad a los mexicanos.

Al final, junto con las críticas a la forma, a los mensajes y a quienes eligieron para enviarlos —léase el pésimo tino de poner al técnico que dijo que huirá de México en cuanto pueda—, habrá también quienes se identifiquen con el postulado principal, con el que difícilmente se puede no estar de acuerdo: cambiar este país y su difícil situación obliga necesariamente a pasar de la queja a la acción, cualquiera que ésta sea, y por hacer lo que plantea en el fondo la Iniciativa México, dejar de lado a los políticos ineptos y arrebatarles el monopolio de la iniciativa para transformar al país.

NOTAS INDISCRETAS…¿Cuál será el ex ministro de la Suprema Corte de Justicia que, en su plena y febril madurez, está siendo acusado y acosado por una ex colaboradora que lo señala como padre de su hijo y le exige se realice la prueba de paternidad de ADN ante la negativa del jurista para reconocer al vástago? Paradojas de la vida, pero ese mismo ex ministro que hoy se ve envuelto en el escándalo, y en un caso que se encuentra ya en los tribunales civiles y de lo familiar, propuso e impulsó, en sus días en la Corte, el reconocimiento legal del examen de ADN como prueba irrefutable de paternidad en un juicio. Hoy él se niega por todos los medios a practicársela, a pesar de que la parte que lo demanda se lo exige... Se baten los dados. Apostamos por escalera.