Miércoles, 08 de Mayo 2024
México | ATANDO CABOS POR DENISE MAERKER

La fragilidad de los favoritos

Dominique Strauss-Kahn, hasta ayer presidente del Fondo Monetario Internacional, ya se imaginaba presidente de Francia

Por: EL INFORMADOR

Denise Maerker.  /

Denise Maerker. /

No estaba de más que nos recordaran que los favoritos, los bendecidos por las encuestas, por las multitudes y supuestamente por los medios de comunicación, se pueden caer del caballo cuando nadie se lo espera. Y vale para Enrique Peña Nieto, que va muy arriba en todas las mediciones rumbo a 2012, y para su delfín Eruviel Ávila, que hoy empezó de madrugada y con 30 puntos de ventaja su campaña para la gubernatura del Estado de México. Aunque parezca lo contrario y a pesar de que cualquiera sucumbe ante el fatalismo de las cifras, nunca nada está escrito. Y por si alguien lo había olvidado, este fin de semana nos dejó un ejemplo para recordar.

En unas horas, quien parecía encaminarse sin obstáculos mayores a la Presidencia de Francia quedó fuera de la competencia y con su reputación hecha pedazos.

Dominique Strauss-Kahn, hasta ayer presidente del Fondo Monetario Internacional, ya se imaginaba presidente de Francia: su larga trayectoria, ha sido diputado, ministro de industria y comercio, ministro de economía y finanzas; su matrimonio con una de las periodistas francesas de televisión más respetadas y que fue elegida en el bicentenario de la Revolución Francesa para que encarnara a La Marianne, uno de los símbolos de su país; su reputación internacional como economista brillante y buen director del FMI; el desgaste de la derecha francesa y de su presidente Nicolas Sarkozy, los números en las encuestas, su posición de outsider de una izquierda francesa muy desunida, todo indicaba que el camino rumbo al palacio del Elíseo —versión francesa de Los Pinos— estaba libre.

Fue cosa de unas horas. El sábado en la tarde, hora de Nueva York, unos policías irrumpieron en el avión de Air France que se disponía a salir del aeropuerto JFK rumbo a París. Ahí, frente a los demás pasajeros detuvieron a DSK —como le dicen en Francia— y se lo llevaron. La camarera de un hotel de Nueva York lo había acusado horas antes de agresión sexual. Los cargos que se le imputan son: intento de violación, acto sexual delictivo y retención ilegal.

Según el portavoz de la Policía, DSK salió desnudo de la regadera y se abalanzó sobre la camarera que arreglaba en ese momento la suite y la arrastró a la recámara. Él se ha declarado inocente. Pero el daño está hecho. La prensa francesa, que no suele reportar nada relativo a la vida privada de los políticos, traía ayer varios comentarios en el sentido de que se sabía que las mujeres eran “su debilidad”.

La noticia provocó una conmoción en Francia. En seis semanas inician las primarias del partido socialista para definir al candidato presidencial y se daba como un hecho que DSK participaría y ganaría. Y aunque muchos llaman a la prudencia y a respetar la presunción de inocencia, las malas lenguas ya se desataron y no queda tiempo para que un tribunal lo absuelva, si es el caso, antes de las elecciones presidenciales.
Hoy en Francia hay juego nuevo.

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