Jueves, 28 de Marzo 2024
México | Esclavos en pleno siglo XXI, que sin chistar pizcan y escarban entre los surcos

Jornaleros en Baja California Sur son tratados como esclavos

Grandes compañías exportadoras de frutas se asientan en el noroeste mexicano, ofreciendo un mal trato laboral a los campesinos

Por: SUN

Algunos ranchos les permiten regresar a su tierra; otros les tiene atados por las 'tiendas de raya'. SUN /

Algunos ranchos les permiten regresar a su tierra; otros les tiene atados por las 'tiendas de raya'. SUN /

VIZCAÍNO, BAJA CALIFORNIA SUR (01/JUN/2014).- Quienes antes eran campesinos en sus tierras de origen se están convirtiendo a pasos agigantados en jornaleros esclavizados, reclutados en los pueblos sureños para trabajar en los campos agrícolas del norte del país.

“Enganchadores”, enviados por las grandes compañías exportadoras de frutas que se han asentado en el noroeste mexicano, muy lejos de la civilización —pero sobre todo de la ley—, les aseguran que dejarán atrás la miseria y vivirán en los mejores fraccionamientos de un pueblo llamado Vizcaíno, en Baja California Sur.

La realidad es que se han convertido en esclavos en pleno siglo XXI, que sin chistar pizcan y escarban entre los surcos el “oro rojo”: fresas grandes y rojas, que más tarde serán atesoradas en los supermercados de Estados Unidos.

Por ínfimas cantidades de dinero (un peso la caja de 27 fresas recolectadas) trabajan extensas jornadas, de las cinco de la mañana hasta que el cuerpo aguanta o hasta que el ácido de la fresa, que agrieta la piel, les permita seguir cortando.

La “esclavitud” en ese desierto no distingue edades: niños, jóvenes o ancianos que vinieron de las comunidades indígenas mexicanas, a pesar de que la ley laboral prohíbe el trabajo infantil.

Las grandes empresas no han permitido documentar a los medios de comunicación y organizaciones no gubernamentales cómo se trabaja en el campo y se vive en sus campamentos.

Algunos ranchos permiten a los jornaleros regresar a su tierra, pero hay otros que los han atado, porque las deudas que adquirieron en sus “tiendas de raya” ya superan el salario que ganarían en meses. En ocasiones, la única opción es huir e internarse en el desierto.

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones