Sábado, 21 de Junio 2025
México | En Cuernavaca los efectos de la crisis económica golpearon a la clase media alta

Empleadas domésticas resienten efectos de la desaceleración

La empleada doméstica Micaela Patricio Ordaz ha sido gravemente afectada por la crisis económica, ya que una de sus patronas ha prescindido de sus servicios por no contar con dinero suficiente para pagarle

Por: SUN

CUERNAVACA.- Por casi 25 años la actividad rutinaria de Micaela Patricio Ordaz ha sido lavar, planchar, limpiar cocinas, cuartos y baños. Hasta hace un año podía presumir que sus ingresos ascendían a 600 pesos semanales, pero para ella la crisis comenzó en noviembre pasado, cuando una de sus patronas le notificó que debido a la carestía de la vida rescindiría de sus servicios por tres meses.

“A mi no me importa que los patrones paguen menos por el mismo trabajo, el chiste es tener dinero pues mantengo a mi hija que estudia la preparatoria, y un niño que cursa el tercer grado de primaria”, relata Micaela, mientras barre el espacio de calle que corresponde a la casa que cuida.

En Cuernavaca y los fraccionamientos residenciales de Jiutepec, municipio conurbado a la capital morelense, los efectos de la crisis económica golpearon a la clase media alta, cuyas familias se daban el lujo de contratar trabajadoras domésticas hasta el año pasado.

Ahora, algunas tareas de limpieza son asumidas por los jefes de familia a fin de ahorrar el gasto de las empleadas, informó la Coordinadora del Centro de Atención a Empleadas del Trabajo Doméstico en Morelos, Martha Patricia Vélez Tapia.

Pero también hay trabajadores domésticos, sin afiliación a la organización, como “Don José” cuya fortuna --dice-- lo acompaña desde principios de año, cuando logró conseguir trabajo y ganar alrededor de mil 500 pesos quincenales.
“No es suficiente pero sirve para mantener a mi familia”, refiere mientras recoge restos de los arbustos recortados.

Para trabajadoras como Micaela Patricio Ordaz, madre soltera con dos hijos, el chiste es tener algo de dinero para mantener a sus hijos, “pues el Gobierno no me quiere apoyar para darme una beca simplemente porque cuando verifican mi dirección piensan que la casa que cuido es mía. Hágame el favor”, dice en tono sarcástico.

Micaela trabaja una jornada de unas cinco horas para ganar entre 120 y 150 pesos. Suelta la pregunta: ¿Y ahora dígame: eso (la entrevista) para qué sirve?.

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