Martes, 23 de Abril 2024
México | El Mandatario recuerda al cura Miguel Hidalgo

El Presidente encabeza el Grito en Dolores

En el acto, Felipe Calderón leyó las mismas palabras que Hidalgo pronunció la mañana del 16 de septiembre de 1810

Por: SUN

Felipe Calderón, durante la ceremonia del Grito de Independencia, en Dolores Hidalgo, Guanajuato. EL UNIVERSAL  /

Felipe Calderón, durante la ceremonia del Grito de Independencia, en Dolores Hidalgo, Guanajuato. EL UNIVERSAL /

DOLORES HIDALGO, GUANAJUATO (17/SEP/2010).- El Presidente Felipe Calderón Hinojosa encabezó a las 7:15 horas el Grito, tal y como lo hiciera aquí hace 200 años el cura Miguel Hidalgo para el inicio de la Gesta de la Independencia.

El Mandatario primero leyó las mismas palabras que pronunció el prócer la mañana del 16 de septiembre de 1810:

“Mis amigos y compatriotas: no existe ya para nosotros ni el rey ni los tributos. Esta gabela vergonzosa, que sólo conviene a los esclavos, la hemos sobrellevado hace tres siglos como signo de tiranía y servidumbre; terrible mancha que sabremos lavar con nuestros esfuerzos.

“Llegó el momento de nuestra emancipación; ha sonado la hora de nuestra libertad, y si conocéis su gran valor, me ayudaréis a defenderla de la garra ambiciosa de los tiranos. Pocas horas me faltan para que me veáis marchar a la cabeza de los hombres que se precian de ser libres. Os invito a cumplir con este deber. De suerte que sin patria ni libertad estaremos siempre a mucha distancia de la verdadera felicidad.

“Preciso ha sido dar el paso que ya sabéis, y comenzar por algo que ha sido necesario. La causa es santa y Dios la protegerá. Los negocios se atropellan y no tendré, por lo mismo, la satisfacción de hablar más tiempo entre vosotros. ¡Viva, pues, la Virgen de Guadalupe! ¡Viva la América por la cual vamos a combatir!”.

La gente secundó el “¡viva!”, como hace 200 años, pero ahora impacientes por haber esperado en vela al Presidente. Fue el segundo Grito de Calderón en ocho horas, pues la noche anterior lo hizo en Palacio Nacional en la Ciudad de México.

Enseguida, desde las escalinatas de la Iglesia de Nuestra Señora de Dolores, Calderón lanzó la arenga que tradicionalmente ha sido pronunciada al evocar ese momento histórico: “¡Mexicanos, vivan los héroes que nos dieron Patria y libertad!... ¡Viva México!”.

Y la gente secundó el ¡Viva!.

Muera el mal Gobierno


Varios miles de guanajuatenses comenzaron a chiflar y urgir el inicio de la ceremonia por parte del Presidente, para conmemorar el inicio de la Gesta de Independencia de México.

Incluso, cuando el Mandatario mexicano llegó a la plaza se escuchó la voz de una mujer que gritó: “¡Muera el mal Gobierno!”, que fue secundado por un varón, al que otras personas encararon con un “¡cállate!”.

El Mandatario arribó a esta localidad para, en 32 minutos, colocar una ofrenda floral, montar guardia de honor y firmar el libro de visitantes distinguidos en el Museo Casa Hidalgo.

Acompañaron al Presidente su esposa Margarita Zavala y dos de sus hijos, además de los secretarios de Educación, Alonso Lujambio; de Hacienda, Ernesto Cordero, y de Gobernación, Francisco Blake; además de Francisco Arroyo, vicepresidente del Senado; Jorge Carlos Ramírez, presidente de la cámara de Diputados, y Guillermo Ortiz Mayagoitia, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Pobreza aqueja a cuna de la Patria

En un escenario social de contrastes, Guanajuato celebra el Bicentenario de la Independencia Nacional. A 200 años de la emancipación de México, las carencias sociales del Estado y de Dolores Hidalgo, en particular, siguen visibles.

Los guanajuatenses vivieron los festejos entre obras suntuosas, monumentos, y un nuevo museo, pero también los vivieron en un clima de desempleo y con el dato de que la Entidad presenta los flujos más altos de migración, al ubicarse en el tercer lugar a nivel nacional, sólo después de Michoacán y Zacatecas.

El matrimonio de Antonio López y Margarita Rangel, ambos de 80 años de edad, consideran que a 200 años de la lucha iniciada por el cura Miguel Hidalgo no ha hecho justicia a los pobres. Ellos se ponen como muestra: nacieron con carencias en esta tierra Cuna de la Independencia Nacional y han envejecido en la misma situación.

Antonio y Margarita se casaron en 1948, a los 18 años de edad, tuvieron cinco hijos que les ayudan “como pueden” para sus gastos. “Vivimos pobres, así como nos ven todos feos”, dice Margarita.

Sentados en una banca en la plaza principal de Dolores Hidalgo, la pareja recuerda la marginación en que vivieron sus abuelos y que ha persistido generación tras generación.

Con la música de José Alfredo Jiménez que ambienta la plaza, Margarita Rangel comentó que desde que era pequeña sus abuelos narraban que la guerra que inició el cura Hidalgo era por los pobres.

“Había pobreza, pero ahora está más triste, ahora hay mucha pobreza, hay mucha más gente y la violencia en México está triste; antes había tranquilidad, había decencia, no había violencia”, dice Margarita junto a su esposo, quien asentía con movimientos de cabeza.

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