Viernes, 17 de Mayo 2024
México | Por Ramón Zurita Sahagún

De frente y de perfil

Lugares comunes

Por: EL INFORMADOR

Sucede cíclicamente y sin embargo, después del barullo que produce, no pasa nada y los hechos se repiten una y otra vez, hasta que cae asesinado otro familiar de un personaje.

Es entonces cuando surgen frases que la gente repite: si no pueden renuncien; estamos hasta la madre y los reclamos a las autoridades  se hacen sonoros y renace la guerra mediática contra el crimen organizado.

En el lapso entre los fríos asesinatos de los familiares de esas figuras y los reclamos que generan, caen víctimas por racimo, las que merecen menciones rápidas y los reclamos de justicia se pierden en la continuidad de los ilícitos y se van con la rapidez de los tiempos modernos.

La muerte de Juan Francisco Sicilia y otros jóvenes ocurrida en Cuernavaca, Morelos, despertó la dormida conciencia ciudadana y surgieron protestas más allá de las familias afectadas.

Nuevamente se tomó la calle y en el lugar de la tragedia, ciudadanos salieron a demandar el alto a la violencia, el freno a la masacre que se comete contra víctimas inocentes de esta cruenta guerra contra la delincuencia organizada.

Y es que una de las víctimas es hijo de Javier Sicilia, un reconocido intelectual que alzó enérgico la voz pidiendo detener los cada vez más frecuentes crímenes cometidos contra una población inerme. Los reclamos pueden hacer que el asesinato de estos jóvenes no quede impune, como sí lo están miles de asesinatos ocurridos durante la presente Administración y los que han sido enviados al archivo muerto.

El dolor de la familia Sicilia caló hondo entre la población que siente en carne propia el reclamo de justicia y que ve como autoridades indolentes permiten que el país se convierta en el reino de la impunidad.

Sicilia se atrevió a alzar la voz como lo han hecho otros, los más de ellos sin haber sido escuchados.

Pocos en realidad han tenido eco en sus reclamos a la autoridad, lo que no significa un paliativo para el dolor que produce la muerte de un familiar y muchos menos recibieron una satisfacción a sus exigencias de justicia.

Y es que bajo el pretexto de la guerra contra la delincuencia organizada se han cometido una serie de excesos, unos por parte de unos criminales que se amparan en la ineficiencia de la autoridad y otros, bajo el cobijo de quienes argumentan que los caídos forman parte de las víctimas de la lucha contra el crimen.

La realidad es que el país se encuentra inmerso en un descontrol total, donde los argumentos de la autoridad no cuadran con la actualidad, donde las bajas siguen en crecimiento desmesurado, y la guerra parece perdida para los que no se amparan en uno y otro bando.

Es la ciudadanía la que se encuentra desprotegida dentro del caos cada vez más prevaleciente, en donde los oídos sordos es el mejor antídoto para no escuchar ya la ceguera parcial la mejor medicina para no ver los sangrientos resultados ocasionados por una lucha sin ton ni son.

Hace muchos años resultaba sumamente agresivo e insultante la pregunta sobre la eventual “colombianización” de México, hoy los colombianos sienten lo mismo cuando se habla de una posible “mexicanización” de sus problemas.

Lo que sucede en México ya no ocurre en Colombia; esa etapa quedó atrás, en el pasado no muy remoto, pero los hechos sangrientos ocurridos en México superan los de otras naciones.

Incluso se equiparan las víctimas de la guerra contra la delincuencia organizada en México y las cifras superan con mucho a los muertos por la guerra en Iraq y Afganistán.

Por eso, valdría la pena mantener vivos y actuantes esos gritos, reclamos y exigencias surgidos cada ocasión en que cae una víctima inocente dentro de esta inclemente guerra que está desangrando y dividiendo al país.
 
Técnicos y profesionales

Dentro de su estrategia enfilada a la reconquista de Los Pinos, los altos mandos priistas definen caminos y reviven aquellas organizaciones que en el pasado dieron frutos que permitieron el control de grupos y la captación de votos.

Por eso, Adrián Alanís Quiñones, ex senador y delegado priista en Tabasco, asumió la dirigencia nacional de Técnicos y Profesionales del sector popular del partido tricolor, un organismo que aglutina a las asociaciones de ingenieros, abogados, arquitectos (la profesión de Adrián), médicos, economistas, contadores y demás profesionistas.

La fiebre priista se propaga por lo que la asunción del nuevo dirigente reunió a una cifra que superó por mucho a los convocados.

Se estimaba que 500 personas asistirían, pero el número se duplicó, por lo que grupos enteros se quedaron sin espacio para sentarse y mucho menos para comer, por lo que decidieron abandonar el recinto. Sucedió como en el pasado aniversario del PRI, donde el recinto habilitado en Querétaro resultó insuficiente y decenas de personas se quedaron sin poder ingresar a la celebración.

Eso sí, quienes llegaron temprano como los gobernadores de Tabasco, Andrés Granier Melo, y el de Durango, Jorge Herrera Caldera, lograron conservar sus sitios, al igual que el dirigente Emilio Gamboa Patrón.

Diputados, senadores y dirigentes partidistas le dieron el respaldo al nuevo dirigente de técnicos y profesionales.
 
Premios Pagés


Como cada año el Gobierno de Tabasco y la revista “Siempre” realizaron la entrega de los premios de periodismo Pagés, durante una ceremonia realizada en uno de los principales hoteles de la ciudad de México.

El gobernador Andrés Granier Melo y la directora de la revista, Beatriz Pagés Rebollar, fueron los anfitriones del evento que congregó a políticos, artistas, intelectuales, periodistas y miembros de la sociedad civil.

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