México | Año Internacional de los Pueblos Afrodescendientes Culturas foráneas mantienen sus costumbres, aun fuera de la ley Extranjeros trasladan a México sistemas de valores y costumbres que les son propios; en ocasiones, incluso, generan sus espacios geográficos distintivos Por: SUN 13 de junio de 2011 - 03:08 hs Un grupo de migrantes italianos en Yucatán espera “el fin del mundo”. EL UNIVERSAL / CIUDAD DE MÉXICO (13/JUN/2011).- En México existen comunidades cuyas características, usos, costumbres y forma de vida, los diferencian del resto de la población. Su forma de organización incluye desde formas de autogobierno y hasta hábitos que en algunos casos se contraponen a las leyes generales, mecanismos de autosubsistencia, prácticas exclusivas de carácter religioso o étnico, o bien se distinguen por su ubicación geográfica especial. Entre esos asentamientos se cuentan los menonitas, algunos grupos indígenas o de carácter enigmático como en el caso de un grupo de migrantes asentado en Yucatán para, supuestamente, esperar el fin del mundo. También conforman regiones como sucede con descendientes de esclavos africanos que exigen un reconocimiento por parte de autoridades gubernamentales que los han ignorado en la entrega de apoyos oficiales por considerar que no existen. La ONU ha denominado este 2011 como el año internacional de los Pueblos Afrodescendientes, que en México no forman parte del censo oficial que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Donaji Méndez Tello, fundadora de la asociación civil México Negro, indicó que también han solicitado que la historia de los descendientes africanos sea incluida en los libros de texto gratuito que reparte la Secretaría de Educación Pública. “Que se hable de los afromestizos en México y de que sí existimos”. La resistencia afromestiza Cuajinicuilapa, cabecera del municipio de la Costa Chica de Guerrero, limítrofe con Oaxaca, a 207 kilómetros de Acapulco, es la capital afromestiza de Latinoamérica donde a pesar de los fenómenos migratorios y el desarrollo social y tecnológico aún prevalecen pobladores de raza negra que se niegan a perder usos y costumbres. Fue fundada en 1522 con indígenas tlapatecas —por el conquistador español Pedro de Alvarado— que después desaparecieron por las guerras, la represión y las enfermedades, por lo que los españoles llevaron esclavos desde África para que realizaran los trabajos pesados. De manera paralela arribaron a la región otros negros rebeldes o fugitivos, que llamaban “cimarrones”. José Alfredo Mendoza, promotor cultural de los grupos afromestizos, aseguró que en los pueblos Pitayo, San Nicolás, Punta Maldonado, Montecillo y Cerro del Indio, entre otros, habitan los negros que todavía mantienen rasgos africanos muy acentuados debido a la poca mezcla con otros grupos. Los distingue la música, la gastronomía y vestido, principalmente de las mujeres —de cadera pronunciada y pelo chino—, por sus adornos de oro y chaquira. Son pueblos que viven de la comercialización en mercados aledaños de productos pesqueros, ganaderos y agrícolas. Sus hombres considerados buenos trabajadores, cubren jornadas de más de 12 horas en el campo o en el mar, gustan del baile y la música, explicó Mendoza. Mantienen las costumbres de sus antepasados, entre ellas su religión, el vudú y la santería, aunque perdieron su lengua original y adoptaron el español y temen al nahual, la brujería y el mal de ojo, y son católicos con mezclas paganas. Sus danzas mezclan aspectos del coloniaje español con reminiscencias chilenas heredadas del paso de mineros chilenos por la región, como en el caso del Baile de la tortuga, Los diablos, Los doce pares de Francia y La conquista. La villa del “fin del mundo” Integrada por cerca de 150 italianos nacionalizados mexicanos, esta comunidad está en el poblado de Xul, municipio de Oxkutzcab, a 150 kilómetros al sur de Mérida, Yucatán, con características apocalípticas, ya que incluye modernas construcciones con adelantos tecnológicos en materia de protección civil y prevención contra desastres naturales. Sus pobladores se han mostrado herméticos para comunicarse con los habitantes y mantienen en secreto los detalles de la ciudad enclavada entre los cerros de la comisaría de Xul, que en maya significa “final del camino”. De manera inicial, hace 18 años los italianos comenzaron adquirir 840 hectáreas que eran propiedad de Mariano Granados, un ganadero local, para empezar a construir 34 casas reforzadas con materiales aislantes para soportar altas temperaturas y muros de por lo menos 50 centímetros de ancho. La versión entre los lugareños es que los italianos se preparan para el 2012, el supuesto fin del mundo anunciado por los mayas. En diciembre de 2010, los italianos concluyeron la construcción de criaderos de cerdos, así como graneros y corrales para bovinos, además de incrementar siembras para su autoconsumo. Según los lugareños, los italianos abandonan su comunidad una vez a la semana para ir a Oxkutzcab, la cabecera municipal, y abastecerse de productos. “Son muy reservados; hasta los que trabajan en las obras están advertidos de que no pueden contar nada de lo que vean o hagan allí”, dijo el comisario municipal Ubaldo Pérez Borges. Uno de los italianos, conocido como Andreas, contrató a los ingenieros Geovany Borges y Karina Pérez Valle para supervisar la construcción de viviendas del lugar denominado por sus habitantes como Las dos Águilas y que cuenta con sistemas de energía solar, pozos colectores y un depósito de agua, junto a la cual levantaron una estatua de la diosa griega Atenea. Informes del Instituto Nacional de Migración (INM) indican que los italianos solicitaron su naturalización en 1993 y con ayuda de académicos y ecologistas yucatecos crearon la asociación civil Quinta Esencia y obtuvieron permisos para que la zona bajo su control fuera calificada como “reserva ecológica”. El sistema menonita Recorrer un campo menonita, en Chihuahua, es viajar cinco siglos al pasado. Al desplazarse por esos caminos vecinales se encuentran granjas que son copias fieles de aquellas en las que vivían los labriegos alemanes en Europa del siglo XVI. Pero no sólo sus construcciones; también sus costumbres, vestidos, y hasta el idioma, son iguales a los de aquella época. Los menonitas llegaron a México a principios del siglo XX provenientes de Canadá, y encontraron en Chihuahua el lugar ideal para asentarse, siempre manteniendo su forma de vida tradicional, sin mezclarse con la población local y manteniendo vigentes costumbres ancestrales. Sus comunidades se localizan principalmente en cuatro regiones del estado, y la más importante se ubica en el municipio de Cuauhtémoc, sitio en el que se establecieron originalmente; además de Ojinaga, Casas Grandes y Villa Ahumada. Los asentamientos se caracterizan por mantener los preceptos bíblicos, de acuerdo con los cuales rechazan las comodidades, lujos o posesiones innecesarias. Es así como rechazan el uso de la energía eléctrica o vehículos automotores; se desplazan en carros tirados por caballos, cocinan en estufas de leña, y sus pozos de agua funcionan por medio de molinos de viento. Su desinterés por lo material es tal que todos los miembros de la comunidad visten exactamente de la misma forma. Ese orden social es el que ha permitido a los menonitas una estructura ordenada, en la que la disciplina y una abierta disposición a compartir son la clave para que entre ellos no haya pobres ni ricos, tampoco delincuentes. Los problemas importantes se resuelvan por un Consejo al que todos obedecen. La escuela menonita tiene un sólo maestro, que atiende de manera simultánea todos los grados, sin problemas de indisciplina o falta de atención. El calendario escolar se fija en función del ciclo agrícola para que las vacaciones coincidan con la cosecha, en la que los alumnos deben ayudar a sus familias. Un niño menonita a los siete años habla alemán alto, alemán bajo, inglés y español. AutogobiernoTriquis subsisten a pesar de pugnas interétnicas CIUDAD DE MÉXICO.- La etnia triqui en Oaxaca subsiste como una fuerza de integración comunitaria poco común en el resto del estado. Se ubica en la región Mixteca y sus principales comunidades se encuentran en San Juan Copala y Chicahuaxtla donde mantienen una organización de clanes con autogobierno, por lo que enfrentan una violencia recurrente interétnica por la disputa del territorio que han conservado desde la época prehispánica. Cada una de las poblaciones con sus barrios y rancherías constituyen un clan que determina los derechos al usufructo de la tierra y la residencia, así como las preferencias y prohibiciones para elegir con quién casarse. La violencia por la disputa territorial ha dejado por lo menos 400 muertos en casi cuatro décadas. Entre los triquis una afrenta se cobra con la muerte de todos los integrantes de la familia, incluidos los animales domésticos, porque en esos pueblos coexisten dos sistemas de propiedad territorial: uno colectivo en el que todos los habitantes son titulares de las tierras por el simple hecho de ser comunales; y el privado, en el que cada jefe de familia puede usufructuar sus parcelas. La situación de las mujeres triquis se define en una forma de subordinación extrema y por ello, a pesar de su mayoría de edad, las mujeres son monolingües mientras que la mayoría de los hombres hablan el español y el triqui. Organización religiosaNueva Jerusalén muestra signos de apertura MORELIA, MICHOACÁN.- Antes del 19 de febrero de 2008 entrar a la comunidad de la Nueva Jerusalén, ubicada en el municipio michoacano de Turicato, implicaba un riesgo para los visitantes ajenos al fervor religioso que ahí se vivía desde 1973, año de la fundación de la Ermita por parte del sacerdote Nabor Cárdenas Mejorada, conocido como Papa Nabor. El lugar llegó a ser considerado un “estado de excepción” debido a que los servicios públicos no existían, además que el régimen de gobierno era similar al que después aplicarían los llamados “municipios autónomos zapatistas”, porque ni las corporaciones de seguridad podían entrar, y todos se regían bajo el sistema de “revelaciones divinas” emitidas por la Virgen del Rosario. La asociación religiosa de la Santa Iglesia Católica Apostólica, Ortodoxa, Antigua y Tradicional de México se había encargado de reconocer y entronizar a Papa Nabor, aunque a la postre, en 2007, excomulgara al propio líder religioso. En ese día de febrero, tras una larga agonía, Papá Nabor falleció de un paro respiratorio a los 95 años de edad, mientras era atendido en un hospital particular de Morelia. Al momento de su deceso, la comunidad se encontraba al borde del enfrentamiento interno, debido a que dos grupos de pobladores se disputaban el control de la población: un bando liderado por el “ vidente” Agapito Gómez, quien era apoyado por elementos de la llamada “Guardia Celestial”, que eran las personas encargadas de atender a Papá Nabor. Después de un tiempo, el “vidente” Agapito Gómez también falleció y su liderazgo fue asumido por el obispo San Martin de Tours, quien aún continúa al frente de la comunidad. Tanto Gómez como De Tours buscaban en un principio expulsar a los seguidores de Monseñor Santiago el Mayor, quienes se habían distanciado del núcleo principal al cuestionar la manipulación que hacían los líderes cercanos a su guía. Tres años han pasado desde el deceso de Papa Nabor, tiempo en el que Francisco Zúñiga Coria, director de Asuntos Religiosos del gobierno de Michoacán, afirma que el estado de excepción de la Nueva Jerusalén se ha ido a la ruina poco a poco. “Ya funcionan dos escuelas y una pequeña clínica de salud comunitaria. La gente se muestra más accesible, aunque mantienen algunas de sus costumbres, pero ya no observamos la ‘cerrazón’ de antes. Ahora, incluso la gente de la comunidad sale a trabajar a otros poblados y ya mantienen un intercambio cultural más abierto”, expuso el funcionario. Antonio Herrera, investigador del fenómeno de la Nueva Jerusalén y quien la visita constantemente, comparte cómo es la vida actualmente en el lugar y explica que ambos bandos en pugna han diseñado horarios y actividades que evitan su cruce, y así eluden los roces. “Si bien la gente tiene dogmas muy cerrados, empiezan a abrirse a nuevas experiencias como el captar turismo religioso o permitir un arribo masivo de visitantes extranjeros, esto siempre y cuando no cambien las reglas internas de la comunidad”, refiere investigador. Da cuenta de los hábitos que aún prevalecen y que datan de la fundación del poblado: “Las mujeres no deben traer nada de joyería, no aretes no maquillaje ni vestidos cortos. Su vestimenta es de hábitos religiosos, divididos por colores según el culto al que están destinadas, ya sea la Virgen del Rosario o la Guadalupana, deben cubrirse el pelo siendo que el velo indica, según también su color, su condición de soltera, casadas o viudas, y sólo se deja ver el contorno de su rostro”. Mientras que los hombres no pueden traer el pelo largo, no aretes, ni se les permite usar manga corta, usar sombrero de manera permanente, excepto al interior de los lugares de oración. Toda la población se turna para realizar los rezos al interior del templo del Rosario y la Ermita, procurando que haya oraciones las 24 horas. A las mujeres les corresponde dicha labor durante el transcurso del día, en la tarde a los jóvenes, y en la noche toca a los hombres. En tres horarios toda la comunidad está obligada a escuchar cuando menos una misa: a las cuatro de la mañana; a las 10 de la mañana y a las dos de la tarde. No obstante, el investigador Herrera advierte: “Ya se notan que algunas cosas de la llamada modernidad empiezan a ser aceptadas. Por ejemplo, bajo ciertos permisos algunos pobladores pueden contar con televisión o radio, aunque ahorita son muy pocos”. Actualmente cualquier visitante puede acudir a la Nueva Jerusalén, aunque todavía se encontrarán con algunas restricciones como el hecho de que a las seis de la tarde no puede permanecer ningún visitante, a no ser que solicite un permiso especial. Herencia española Tzotziles en Chiapas son devotos del IslamSAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS.- A lo largo del Periférico Norte, la zona donde viven más de 100 mil tzotziles evangélicos, están incrustadas desde 1995 las células familiares nativas y españolas que practican el Islam. El uso del pañuelo en las mujeres distingue a los seguidores del profeta Mahoma, en un lugar donde se multiplican las iglesias evangélicas. Jania es una de las mujeres que desde hace 16 años usa el velo islámico. Es una de las primeras creyentes en Alá, además de que vivió en la primera comunidad islámica que llegó a agrupar alrededor de 300 fieles, a través del impulso por parte del emir Nafia, de origen español. Años después, los tzotziles, la gran mayoría nativos de San Juan Chamula, Chiapas, decidieron romper por diferentes motivos con la comunidad, donde aprendieron panadería, carpintería, sastrería, cocina y, sobre todo, a dejar de comer cerdo y orar cinco veces al día con dirección a la Meca. A partir de ese momento, varias familias regresaron a sus hogares, pero ya no volvieron a la Biblia, sino se mantuvieron fieles al Corán. Algunas mujeres se casaron con españoles y jóvenes tzotziles contrajeron matrimonio con féminas rubias de ojos azules, que los llevó a vivir a la región de La Alpujarra, España. La vida en el Islam Cada una de esas familias que se rompieron con los españoles volvieron a reencontrarse, pero ya no decidieron vivir comúnmente, sino en sus hogares y reencontrarse en los momentos de oración diurna, el día viernes para guardar, así como en el Ramadán (tradición que se práctica en el noveno mes del calendario musulmán, en el que los creyentes realizan el ayuno diario desde el amanecer hasta que se pone el sol). Los hombres volvieron a sus oficios, los cuales consistían en cuidar sus puestos de frutas y verduras en el mercado “José Castillo Tiellmas”, manejar taxis o como albañiles en San Cristóbal. Manuel Gómez Chechev, de 59 años, quien adoptó el nombre de Mohamed, es uno de los imanes que surgieron al romper con los españoles. “Ya no queríamos estar con ellos. Nunca nos acostumbramos a vivir encerrados”, recuerda el hombre que abrazó el Islam en 1995, junto con Domingo López Ángel, un chamula que llegó al Congreso local como diputado del PRD. En la última oración del día, Mohamed se postra con dirección a La Meca. Entre su cama y un ropero coloca una alfombra roja y empieza a clamar a Alá, mientras que las mujeres preparan los alimentos, extraen agua de una noria o cosen prendas típicas de los tzotziles. A un lado de la recámara de Mohamed se ha habilitado un espacio para la madraza, donde los niños llegan a aprender los principios del Islam y a memorizarse el Corán, de modo que muchos menores pueden conversar en tzotzil y español y rezar en árabe. La enseñanza del libro sagrado Alrededor de una veintena de infantes de los barrios La Hormiga, Ojo de Agua y El Molino acuden todas las tardes para recibir las enseñanzas de un joven de 20 años de edad, quien fue el primero de la comunidad tzotzil en memorizar en su totalidad el Corán. Muchos de los pupilos que se congregan en la casa de Mohamed son sus nietos, sobrinos e hijos de los conversos al Islam, muchos de ellos han peregrinado a La Meca en más de una ocasión. Mohamed no se cansa en agradecer el esfuerzo que hizo el emir Nafia, quien se encargó de llevarlos a Arabia Saudita durante un mes, lapso en que tuvo la oportunidad de conocer Inglaterra y España. “En eso estamos muy agradecidos, porque el emir nos llevó a hacer el jash a La Meca”, explica Manuel Gómez Chechev. Este hombre cuyo oficio era la albañilería asegura que quieren ver crecer su escuela coránica y tiene fincada su esperanza en su hijo Manuel Gómez, quien se casó con Yanna, hija del español Esteban López, conocido como Idriss, con quien procreó a los menores Isail y Laila. Mohamed no ha perdido contacto con su hijo que vive en la región de La Alpujarra, se comunica frecuentemente por teléfono o por internet. Habla con su vástago que aprendió el oficio de la carpintería y le cuenta sus proyectos. Gómez Chechev dice que uno de sus sueños es ver de regreso a su hijo con sus dos nietos y su nuera Yanna a San Cristóbal de las Casas, para impulsar la comunidad islámica que él lidera. “Quiero que mi hijo sea el imán”, suelta el tzotzil que también tiene entre sus planes que otros de sus hijos viajen a España para que estudien más sobre el Islam y así poder crear células de líderes en la zona norte de San Cristóbal de las Casas, con el fin de expandir más esta creencia entre los miles de evangélicos. Otro de los proyectos de Mohamed es juntar a las familias que viven en El Molino, La Hormiga y Ojo de Agua en un sólo grupo, bajo una misma madraza y una mezquita con torres y una bocina para llamar a los fieles a la oración como se acostumbra en otros países. El primer reto para conseguirlo es vencer la división que impera entre los distintos grupos, porque de seguir divididos o peleados “nunca lo vamos a conseguir. Vamos a lograr que nuestra religión crezca y se fortalezca”. PARA SABER: De acuerdo con resultados del Inegi a partir de 1960, en Chiapas se registra una disminución en el porcentaje de practicantes de la religión católica. A partir de 1970, el decrecimiento fue de 27%. Mientras tanto, la población chiapaneca que no practica religión alguna es similar al número de habitantes de la capital del Estado (560 mil). Temas Estados Etnias Lee También Angelina Jolie planea dejar EU por diferencias con gobierno de Trump Trump dijo merecer Nobel de la Paz por haber "terminado con siete guerras" ¿Trump ganaría el Nobel de la Paz? Veteranos del Comité de premiación responden "Raymond" aparecerá en horas y afectará a estos estados por su trayectoria Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones