Domingo, 19 de Mayo 2024
México | ATANDO CABOS POR DENISE MAERKER

Cué no es Ulises Ruiz

En Oaxaca hay varios grupos que parecen estar en esa situación. Actúan como siempre, presionan como siempre y quieren lo de siempre

Por: EL INFORMADOR

Denise Maerker.  /

Denise Maerker. /

Quienes piensan que pueden actuar igual frente a Gabino Cué como lo hicieron con Ulises Ruiz, están equivocados. Les sucede lo que muy acertadamente describió el sociólogo Norbert Elias en su libro “La dinámica del occidente”, a propósito de un señor feudal que se puso al frente de sus hombres en una batalla contra su vecino cuando hacía tiempo que sus pares observaban las refriegas desde lo alto de la colina más cercana.

El resultado: murió a manos de un campesino del otro bando que iba al frente y su muerte innecesaria fue vista con curiosidad por sus contemporáneos, que no entendieron el porqué de un comportamiento tan anacrónico.

Elias narra esta historia para mostrar cómo los que “siguen haciendo lo de siempre”, aquellos que por estar ensimismados en sus asuntos no perciben cuando las condiciones exteriores cambian, cuando las reglas que rigen la guerra y la paz se modifican, o que los hábitos dominantes y las buenas costumbres evolucionaron, suelen condenarse a desaparecer y en no pocas ocasiones se suicidan física o socialmente.

En Oaxaca hay varios grupos que parecen estar en esa situación. Actúan como siempre, presionan como siempre y quieren lo de siempre. El problema es que sí ha habido cambios y no son menores: ya no gobiernan los mismos y sobre el nuevo Gobierno pesan expectativas muy distintas.

A Gabino Cué lo observan, lo apoyan y le exigen grupos muy diversos y opuestos a los que respaldaban a Ulises Ruiz Ortiz o a José Murat.

Entonces, cuando un grupo de maestros de la sección 22 —está probado que fueron ellos— se lanza violentamente contra la Policía Federal y denuncia represión, no es tan fácil que reciban el apoyo ni el beneficio de la duda de amplios sectores de la sociedad oaxaqueña y nacional como hace cinco años; todo lo contrario, despiertan una inmediata desconfianza.

No es lo mismo rebelarse contra un Gobierno que torpemente intentó por la fuerza desalojarlos del Centro de Oaxaca, como lo hizo Ulises Ruiz el 14 de junio de 2006, que hacerlo contra un Gobierno recién electo, que no ha hecho nada en su contra y que goza de una legitimidad excepcional porque derrotó, gracias a una gran alianza, a quienes detentaban el poder desde hacia décadas.

Pero algunos sí que lo entendieron, la prueba es que el pasado sábado en su asamblea estatal fueron más los que optaron sabiamente por enfriar la situación, que los que encabezados por Azael Santiago Chepi proponían bloqueos carreteros, marchas multitudinarias y ultimátums.

Se mantuvo en el acuerdo, eso sí, la petición de que salgan de la Secretaría General de Gobierno Irma Piñeyro Arias y Bernardo Vásquez Colmenares, director del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca. La razón es que ambos son cercanos a Elba Esther Gordillo.

La disputa entonces no es ni por la democracia, ni en contra de la represión, ni a favor de la justicia, es la pelea por controlar el dinero y las plazas de la educación en el Estado de Oaxaca. ¿Quién va a apoyarlos en esa batalla? No creo que muchos.

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Pocas cosas tan frívolas como la declaración de Gustavo Madero, dirigente nacional del PAN, de que “a la gente le encantan las alianzas”. No, señor Madero, como resultado del desgaste de su partido y del PRD luego de 10 años de antagonismo feroz y destructivo, ésa ha sido la manera que algunos han encontrado para evitar que el PRI se adueñe de todas las posiciones políticas importantes.

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