Arroyo de peregrinos marianos se convierte en caudaloso río

CIUDAD DE MÉXICO (11/DIC/2010).- Cientos de peregrinos con bajas temperaturas cruzan el Parque nacional Izta-Popo a la altura de Pasao de Cortés, para llegar a la Basílica de Guadalupe y cumplir una promesa o dar gracias a la Virgen del Tepeyac.

El “goteo” de peregrinos al templo mariano nunca se detiene, pero a principios de diciembre se transforma en arroyo y ayer se convirtió en río caudaloso, al que es necesario buscarle salida en previsión del torrente que se aproxima.

Ya no es novedad el arribo masivo, cada año se repite para no olvidar el milagro ocurrido hace 479 años. Por eso hay que ser prácticos: se alienta a los peregrinos a programar su llegada para que no quieran ocupar todos el mismo espacio al mismo tiempo.

Los responsables de la administración del santuario guadalupano que encabeza monseñor Diego Monroy han procurado que las peregrinaciones se sucedan a lo largo del año, al menos a lo largo de diciembre.

Pero no pueden impedir que miles, tal vez millones, quieran estar en el santuario exactamente en la víspera del 12 de diciembre de cada año, o al menos en las horas cercanas.