Domingo, 08 de Diciembre 2024
Jalisco | La fila para ingresar al Santuario bastante larga

Un encuentro con la fe

La fila para ingresar al Santuario bastante larga

Por: EL INFORMADOR

El interior del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe lució colmado de fieles. A. CAMACHO  /

El interior del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe lució colmado de fieles. A. CAMACHO /

GUADALAJARA, JALISCO (13/DIC/2010).- Diez de la mañana y la Zona Centro de Guadalajara como escenario. Un lleno impresionante; pocos espacios por andar y el aire que despiden los árboles en el Jardín del Santuario de Guadalupe resulta casi insuficiente. La contaminación sonora de un tráfico severo irrumpe en la mente de todos como un estribillo fastidioso, pero aun así, ni una sola queja es emitida. ¿La razón? El lienzo bendito de una Virgen, con tanta vida en él como para motivar que millares de almas decidan transcurrir el séptimo día de su semana contemplándolo y hablando con él a través del idioma de la fe.

Cientos de puestos, cuya firme enmienda es atraer la atención de quien transita por una vía saturada de gente, pero la mayoría de los fieles evita esos “distractores” sin chistar y se dirige hacia una fila que parece no tener final. Quienes la componen lucen dispuestos a permanecer en pie, no importa el tiempo que transcurra. La meta está cerca, y cuando los ánimos parecen caer en debacle, una voz distante comienza a escucharse mediante las potentes bocinas colocadas afuera del recinto religioso que acoge a la homenajeada.

La oración inunda tímpanos y, al unísono, todos y cada uno de quienes caminan por el sitio dibujan tres cruces en su rostro y pecho, con un cadencioso movimiento homologado. Nadie desfasa los tiempos de inicio y conclusión para el ritual que ha reanimado el interés de permanecer detrás de otro Hijo de Dios, para mirar de cerca a Nuestra Señora de Guadalupe.

Transcurren los minutos, pero el movimiento del segundero no es explorado aquí. Un regalo navideño o dos fueron felizmente sustituidos por la adquisición de un par de atuendos de manta, con el objetivo de envestir a los pequeños cual Juan Diego; forma idealizada de provocar que en el futuro la tradición se preserve.

Al final del sendero, cuando el portal del oratorio es alcanzado y la legión comienza a ser más y más detrás de uno mismo, la ansiedad alcanza el clímax. Faltan pocos pasos y el ferviente deseo de hablar con Ella acaba fácilmente con todo recuerdo. La fe, otrora simbólica, ahora es incluso respirable... Termina la distancia al hallarse de frente con la celebrada, con La Guadalupana, con aquella que felizmente recibe los disparos de agradecimiento y bendición de miles, con la Imagen que recibe a todo estrato social, confrontado el 12 de diciembre en el pequeño jardín aledaño a su Santuario, al Santuario de Guadalupe.

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