GUADALAJARA, JALISCO (16/OCT/2016).- Durante más de 55 años ha sido una digna vigilante de la ciudad. Impasible, allí en su pedestal de cantera al centro de la glorieta que antes fungía como entrada a Guadalajara, La Minerva ha sido testigo de cómo la ciudad que custodia se transformó. Sin embargo, el tiempo pasó factura a la guardiana de la metrópoli.De lejos la escultura luce fuerte, de cerca las grietas le recorren la espalda, hombros y se infiltran en el escudo; la cantera está gastada y las letras de aleación de cobre que formaban palabras como “Justicia, sabiduría y fortaleza” fueron retiradas para ser tratadas en el taller instalado a un costado del monumento, donde el equipo dirigido por Karla Jáuregui realiza su restauración.Entre sonidos de los autos que rodean la escultura, se escucha el golpeteo de los especialistas quienes se encargan de quitar cada una de las 397 letras.La restauradora Marcela López Arriaga explicó que el proceso que se realiza en el taller se decide dependiendo del estado de cada letra, aunque de manera general son tratadas con solventes especiales que quitan el recubrimiento, para después llevar a cabo una inhibición para ralentizar los procesos de corrosión y agregar un nuevo recubrimiento que proteja al metal.“Cada letra se registra, tiene su propia clave, su ubicación, hacemos un esquema donde señalamos su deterioro. A las letras sí les daban mantenimiento, creemos que es porque estaban a la mano. En algunas se les va a hacer reposiciones y se va a completar la letra. En cuanto a la corrosión están estables, hay faltantes que se unirán y repondrán”.La encargada de los trabajos indicó que se encuentran en la segunda etapa de la restauración de la Minerva: La primera fue el diagnóstico, la segunda el trabajo del basamento (cantera, letras y sustitución de hierros) y la tercera serán las labores en la efigie.
