Renacer con Cristo, invita cardenal Fransciso Robles

GUADALAJARA, JALISCO (08/ABR/2012).- Noche santa, en vela de la resurrección del hijo de Dios. Para iniciar una vida nueva, renovar la fe y dejar a un lado la indiferencia, desde el silencio y la oscuridad, se proclamó el "lucernario", uno de los ritos más antiguos de la liturgia católica.

Hasta que se ocultó el sol, el sábado fue día de luto y oración para los creyentes. La "semana mayor", la más solemne para los cristianos, que recuerda los últimos días de estadía de Jesús en la Tierra, llegó a su momento más augusto con la bendición del fuego nuevo, la preparación del cirio pascual y el retorno de los Glorias y Aleluyas, que se omitieron durante la cuaresma, para conmemorar y revivir la presencia de Cristo.

El arzobispo de Guadalajara, cardenal José Francisco Robles Ortega, encabezó la celebración religiosa en la Catedral Metropolitana, que, en punto de las 20:30 horas, anunció el comienzo de la vigilia pascual, llamando a la comunidad católica a que, "más allá de rememorar un hecho histórico", procuren los valores evangélicos para conducir sus "nuevas vidas", llevándolos a reconciliarse con Dios y resucitar en el amor al prójimo.

"Jesús vive para siempre, y no debemos olvidar en la resurrección de Cristo, está nuestra propia resurrección, este debe ser el motivo de nuestra esperanza, y festejar el inicio de una vida plena, en dignidad y libertad, que la palabra del Señor sea el programa de nuestra vida diaria para vivir en la gracia divina, como auténticos hijos de Dios"

En su intervención, se limitó exclusivamente a su mensaje religioso, sin aludir coyunturas de la vida secular, el jerarca eclesiástico exhortó también a los presentes para convertirse en constructores de paz, borrando de sus corazones aquellas malas acciones donde hayan agraviado y afectado a su prójimo y, como símbolo de humildad y cambio, tiendan la mano y encaminen sus oraciones a aquellos en penuria y necesidad, aspirando así a la resurrección, como al perdón de sus pecados.

La fiesta solemne, parte del triduo pascual de la Semana Santa que concluirá con la misa de resurrección hoy, congregó a cerca de mil fieles en la Catedral, que expectantes, y desde temprano, hasta pasadas las 23:00 horas, aguardaron para ser iluminados por el renacimiento del Señor y renovar sus promesas bautismales.

EL INFORMADOR / JONATHAN COMPTOM