Reloj de asfalto

Cosas que dan asco

Ver la cara de algún diputado de la actual Legislatura, cubierta de polvos que suavizan su cutis, iluminado con aires de pureza y con un texto que dice “Fulano de Tal, Informe de Actividades”, me parece un laxativo visual de gran potencia. Nada dicen los espectaculares, no mencionan logros y no esconden, ni por asomo de vergüenza, el hecho de que son groseros promocionales con cargo a nuestros bolsillos de gente que no tiene nada que presumir.

Yo quisiera que los señores diputados informaran claramente, mediante documentos de fácil acceso (publicados por ejemplo en internet), en qué están trabajando, cuáles son los planes a futuro, qué piensan de Arturo Godoy y su sobresueldo de 9.8 millones de pesos y cómo es la ciudad que imaginan en 2020 y qué están haciendo para que se cristalice.

Desafortunadamente en el sector gobierno, hablar sobre el futuro es sólo un trampolín político para hacer obras de relumbrón que les permitan acceder al siguiente escaño en los puestos de “elección popular”.

Incluso esto lo hacen de manera pobre. Los Panamericanos son un claro ejemplo de un proyecto para que el gobernador recorra la república en actos de campaña mostrando sus capacidades como promotor y organizador.

En la realidad nadie fue capaz de sentarse en una mesa a generar un diálogo que permitiera a las distintas corrientes de pensamiento trabajar de manera conjunta para beneficios compartidos.

Si no hay plata suficiente, entonces veamos la manera de ajustar nuestras prioridades. En lugar de hacer nuevas instalaciones que serán elefantes blancos en el futuro, pensemos en renovar las existentes y dejarlas a todo dar. Metámosle dinero al Code y a la UdeG, y con el ahorro podemos hacer un excelente programa.

No fueron capaces de algo tan simple. Mucho menos de pensar que si la ciudad se cae a pedazos en todos los sentidos, habría que trabajar en lo urgente y dejar los Panamericanos para el futuro, ahorrándonos el papelón que se nos viene encima.

No es que esté en contra de los Juegos Panamericanos, para nada. Pero los señalo como claro ejemplo de la mala planeación, de la incapacidad aberrante de los políticos para hacer frente a un compromiso histórico que ya no puede esperar o de simplemente, su incapacidad de organizar una justa deportiva.