Regresan 17 MDP etiquetados para la Presa Valencia

GUADALAJARA,  JALISCO (22/FEB/2014).- Fueron autorizados por la Federación, y se pensaba ejercerlos en la compra de entre ocho y 10 aireadores más para instalarlos en la Presa Valencia, lo que aceleraría aún más el proceso de saneamiento del embalse. Pero por la recuperación que han registrado las comisiones Estatal y Nacional del Agua (CEA y Conagua, respectivamente), se decidió al final que 17 millones de pesos (MDP) se “regresaran”.

El alcalde de Acatlán de Juárez, Emeterio Corona, expone que él mismo fue a la Ciudad de México para solicitar esos recursos.

“Había un recurso que entre comillas estaba ‘asignado’ por el Gobierno federal, ya para llegar al saneamiento (del embalse), llevar a cabo la biorremediación y sanearla completamente; (pero) con base en los estudios que está haciendo tanto Conagua como CEA, no se creyó conveniente hacer esa inversión”.

De acuerdo con el primer edil, las autoridades decidieron que el saneamiento que se está logrando con los cinco aireadores ya instalados es “veloz”, y rebasa por mucho la expectativa que tenían de su recuperación. Sin embargo, la autoridad municipal dice que también se pensaba comprar un “químico” para que “las aguas se sanearan lo más pronto posible”.

El alcalde dice desconocer la existencia de una denuncia penal interpuesta por la CEA ante la Fiscalía del Estado, por los daños causados a uno de los aireadores que fue usado como “tiro al blanco”, y al cual se le aprecian al menos cuatro impactos de arma de fuego.  

Los comerciantes de la Presa Valencia afirman que hay un retraso de dos meses en la entrega del subsidio que el Gobierno del Estado se comprometió a entregarles durante un año. Ante esto, el primer edil defiende que el Ejecutivo estatal podría tener “otros compromisos” al entregar un recurso que no tenían contemplado. “Pero espero que pronto se tengan los recursos”.

Emeterio Corona agrega que ya ha buscado acercamiento con la Secretaría de Desarrollo Rural (Seder) para que esa dependencia les preste una máquina y así comenzar a retirar el lirio acuático en la zona. Se buscó a la Seder para corroborar si la entrega está próxima y la razón por la que hay demora en la entrega de subsidios, pero no hubo respuesta alguna.

De acuerdo con el primer edil, las autoridades decidieron que el saneamiento que se está logrando con los cinco aireadores ya instalados es “veloz”, y rebasa por mucho la expectativa que tenían

FRASE

"Según los resultados del comportamiento del agua, que iba mejor, que iba en mejoría. Creyeron ellos (...) que no era conveniente, pues, llevar a cabo esa inversión "

Emeterio Corona, alcalde de Acatlán de Juárez.

Permanece clausura en depósito de melaza

Por el daño ambiental causado, y las repercusiones colaterales provocadas a cientos de personas que tenían su modo de vida en torno a la Presa Valencia, el depósito de melaza que funcionaba de manera ilegal en Tlajomulco de Zúñiga permanecerá bajo clausura total.

Los dos señalados por la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente (Proepa) —tanto el dueño del predio como quien lo rentaba— deberán “cumplimentar las medidas correctivas” necesarias para regresar la zona a su condición natural.

Los señalamientos hechos por la fiscalía medioambiental, que se encuentran en el expediente 198/2013, derivaron en una multa de 1.2 millones de pesos, además que se les obligó a “llevar a cabo la remediación del sitio, mediante la restauración y recuperación de las condiciones del suelo en las zonas impactadas”.

El último informe de las autoridades en la materia da cuenta que los señalados, que en su momento el Ayuntamiento de Tlajomulco identificó como Jesús García Villaseñor y Roberto Uribe Cortez, no han presentado prueba alguna que los exima de responsabilidad.

Las faltas consideradas por la Proepa no sólo derivaron en un procedimiento de sanción administrativa, sino penal. La denuncia fue presentada el primer día de julio de 2013 ante la delegación Jalisco de la Procuraduría General de la República (PGR), instancia que a este punto aún no resuelve si ejecuta o no órdenes de aprehensión.

CRÓNICA
Viven de la fe en el turismo

Por: Isaack de Loza

Camina con desenfado hasta que escucha el ruido de un motor que se acerca por su espalda. Entonces corre y, sin voltear, toma una franela para después girar de inmediato, al tiempo que dispara la letanía: “Tenemos pescado, caldo michi, ceviche, cerveza y paquetes económicos de 90 pesos, ¡pásele, mi amigo!”.

Metros adelante, una joven que se halla afuera de otro restaurante nota que el primer intento de atraer a un cliente en potencia resultó infructuoso, y sin despegar la mirada de los tripulantes del vehículo que ya despertó al pueblo en calma, los invita a pasar para comer algo y disfrutar el día

Su discurso es el mismo, y éste se repite de nueva cuenta luego que el vehículo sigue su marcha y pasa frente a un tercer establecimiento.

Sólo hay un automóvil en la zona de restaurantes de la Presa Valencia. Uno, además del que recién ingresa, y no pertenece a ninguna de las decenas de autoridades que estaban en ese espacio cuando, en junio pasado, se declaró cuarentena por la contingencia causada por toneladas de peces “ahogados” en melaza.

Una pequeña tienda de abarrotes junto a la presa está abierta. La atiende Sergio Hernández, un joven notablemente aburrido y sin ánimo de entablar conversación. Su interés está en concretar la venta de un par de aguas embotelladas y continuar perdido en la computadora que tiene enfrente.

El pueblo luce vacío. Las calles no son ocupadas por decenas de turistas ni la represa muestra su espejo de agua. Por el contrario, la vegetación marina crece a pasos acelerados y cubre cada vez más el resplandor del líquido, que ya no es café, como cuando había más miel de caña que vida en su interior.

Los asistentes decrecen en cantidad, aun en días no hábiles, lo que va en detrimento de la calidad de vida de quienes se dedican a atender los restaurantes.

Uno de esos casos es el de Esmeralda Evangelista Estrada, quien es cocinera en uno de los establecimientos. Prefiere no hablar, pues los nervios limitan su conversación, pero tras unas palabras de aliento finalmente accede, e incluso ventila sus ingresos actuales: 400 pesos. A veces ni eso.

Es madre soltera y busca que su hijo se supere; por ello decidió inscribirlo en un colegio. Y para costear el combustible del vehículo que lo traslada allí, entrega semanalmente 200 pesos, la mitad de su sueldo, a su padre.  

“Antes de la melaza yo ganaba mil 300; hasta mil 500. Ahorita no hay comparación. Mira, todo vacío; antes se llenaban los dos pisos”, lamenta.

— ¿Y qué es lo que necesita para regresar a como era antes?

— ¡Pues que la gente venga! El agua (la presa) está limpia; ya no huele ni nada. Si acaso nomás falta quitar las plantas (el lirio).

La historia es similar para Anayeli Toscano Ortiz, quien celebra que una pareja se decidiera por el restaurante “La hija de Doña Chole” y consumir alimentos allí un miércoles por la tarde. “Pero es la primera mesa desde el domingo”. Y aclara: “Ese día nomás vinieron como 11 o 12 familias”.

En los buenos tiempos de Valencia los negocios compraban hasta 400 pesos semanales de pescado; hoy la cifra no llega a los 30.

“Antes no nos limitábamos. Y ahora nomás porque gracias a Dios mi esposo agarró trabajo en la carretera. Ya con eso ayuda, pero antes n´ombre”, dice Rosa García Vargas, otra de las trabajadoras del lugar, mientras carga a su niña en brazos.

En tanto eso ocurre, el alcalde de Acatlán, Emeterio Corona, se encuentra metros arriba abanderando una jornada de reforestación, en la que casi 20 niños participan sembrando casi dos mil árboles que solicitó a la Seder (Secretaría de Desarrollo Rural).

Esa, la reforestación, es una de las estrategias que presume el municipio para generar más atractivo en la zona.