Rechazan raquetas eléctricas y pulseras contra el dengue

GUADALAJARA, JALISCO (20/AGO/2010).- La venta de “raquetas matamoscos” eléctricas, así como las pulseras y collares de citronella, no son otra cosa que una industria oportunista que se aprovecha del momento que vive Jalisco en torno al dengue, y ofrece a la población soluciones ficticias para matar al mosco que transmite el virus.

El director de Salud Pública de la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ), Mario Márquez Amezcua, insiste en que la raqueta, más allá de que sea peligrosa para quien lo use, puede crear una falsa sensación de seguridad a la ciudadanía, provocando que ésta no lleve a cabo las medidas verdaderamente recomendadas contra el dengue, como la eliminación de posibles criaderos del Aedes Aegypti.

“El oportunismo es el problema, y esa falsa sensación de seguridad que nos puede dar a nosotros los ciudadanos; yo por traer una pulsera, descuido mi patio, esa no es la solución”, aseveró.

“Ponerme el perfume o una planta no es la solución, y no es el mensaje que nosotros como Sector Salud estamos dando”.

Aunque los matamoscos eléctricos no son considerados como peligrosos en extremo, el funcionario mencionó que sí pueden serlo para un niño que tome el aparato para jugar y sufra una quemadura, ya que estos artículos manejan electricidad. “Si queman a un mosco, un dedo de un niño también podría tener un problema”.

Pese a que el Ayuntamiento de Guadalajara está regalando pulseras impregnadas de citronella, supuestamente para prevenir los piquetes de moscos, principalmente el que transmite el dengue, Márquez Amezcua señala que el mensaje del Gobierno municipal debe ser que el utilizar esos productos no es la solución, sino la limpieza de patios y casas, cuidando que no se acumule agua en vasijas donde se pueda reproducir el Aedes Aegypti.

La recomendación que sí hace la dependencia desde el año pasado, es que la gente use repelente contra insectos cuando acuda a la playa, sobre todo a Puerto Vallarta y otras costas jaliscienses o aledañas al Estado.