Personas en situación de calle, vulnerables ante grupos delictivos

GUADALAJARA, JALISCO (05/NOV/2011).- Mientras que las autoridades se preocupan más por “limpiar” los espacios públicos de las poblaciones callejeras que de asegurarles el acceso a sus derechos, grupos delictivos aprovechan estos vacíos para utilizar a niños como “mulas”.

En Guadalajara, según integrantes de algunas organizaciones, es común este fenómeno.

“Si los encuentran con estas sustancias, no los van a meter a la cárcel, porque son menores. Se les facilita involucrarlos en sus negocios. Y si continuamos sin políticas públicas que les aseguren el acceso a sus derechos (a la salud, a la educación, a la vida digna, a la alimentación, etcétera), estos niños y jóvenes se convierten en un ejército de reserva de los cárteles. Es algo muy común en Brasil y que comienza a verse por acá”, expresa Ricardo Fletes Corona, investigador de la Universidad de Guadalajara especializado en el tema.

Por su parte, Danielle Strickland, fundadora-presidente del colectivo Pro Derechos de la Niñez (Codeni), quien ha trabajado con este sector de la población en Río de Janeiro, Ciudad de México y Guadalajara, explica que justamente la semana pasada asesinaron a un joven que conoció en la capital del país y que después decidió irse a Acapulco, donde trabajó como halcón “y me enteré que lo mataron hace unos días”.

Señala que ya ha visto a niños que llevan botellas de activo y por vender cada una les dan algunos pesos, “y nadie se da cuenta porque andan vestidos con el uniforme de la primaria. Hace poco llegó un joven de 14 años llorando porque le habían robado una botella de toncho y no sabía cómo lo iba a pagar”.

Codeni atiende principalmente población callejera que va al Centro a trabajar en comercio informal. Las zonas expulsoras son colonias como el Cerro del 4 y los alrededores, El Salto, El Colli, La Floresta y otras colonias de alta marginación que están integradas fundamentalmente por migrantes indígenas; y vecindades ubicadas en el Centro de Guadalajara.

“Alrededor de 70% de la población que atendemos (150 personas) es indígena migrante que va al Centro a obtener dinero para la tortilla del día. De por sí salen de sus comunidades con una serie de carencias y derechos no garantizados, y creen que en la ciudad tendrán más oportunidades, pero eso tiene un costo, principalmente para los que llegan con adolescentes, porque son presa fácil de pandillas, drogas, principalmente el ‘toncho’ o activo”.

La estadounidense que tiene más de 10 años viviendo en México agrega que también tienen que soportar condiciones de hacinamiento y que hay un caso de 39 personas que viven en una misma casa.

Ayer, en el quinto Foro Nacional de Poblaciones Callejeras que se realizó en Casa Loyola, destacó que ni siquiera hay cifras oficiales sobre cuántas personas viven en situación de calle y que las autoridades tienen que atenderlos como sujetos de derechos, y no tienen derecho a la ciudad.

La cuarta visitadora de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, Guadalupe Cabrera, señala que la atención integral debe incluir a las dependencias en distintos niveles, pues tienen que atender problemas de alimentación, de salud, no sólo en cuestiones de emergencia, sino también en consumo de sustancias psicoactivas, “y una serie de otras cosas que poco a poco los lleven a tener oportunidades de empleo, que es uno de los puntos principales”.

Ricardo Fletes señala que de entrada no hay recursos para este sector, si acaso muy poco del DIF, pero nunca es suficiente. Asimismo, las organizaciones tienen poco dinero para operar. “Y es sorprendente que se ignore a esta población, a pesar de que cada vez es más, pero se invierte tanto en balas, cuando tenemos el riesgo de que algunos adolescentes en esta circunstancia, puedan nutrir los ejércitos de grupos delictivos”.

PARA SABER
Jóvenes en situación de calle

En la Zona Metropolitana de Guadalajara sólo existe una estimación del DIF que es de tres mil 674 niños y adolescentes en situación de calle, pero Ricardo Fletes, quien realizó su doctorado de Sociología en Brasil e hizo un estudio de esta población en Río de Janeiro y Guadalajara, asegura que la cifra seguramente es más del doble.

El Salto    193

Guadalajara     1,259

Tlajomulco    433

Tlaquepaque    383

Tonalá    532

Zapopan    874

Total    3,674