Viernes, 17 de Mayo 2024
Jalisco | La opinión

Líderes jaliscienses

Los grandes empresarios y líderes de Jalisco responden a ¿dónde está Guadalajara y el Estado?, ¿cuál ha sido el mejor y peor momento?, ¿por qué Monterrey ha despuntado más?, ¿y el Gobierno?, ¿y los nuevos empresarios?

Por: EL INFORMADOR

“Deben fortalecerse los servicios asociados al turismo y cultura”
Raúl Padilla López,
ex rector de la UdeG y promotor cultural.

En indicadores porcentuales, Jalisco sigue decayendo. Históricamente había sido el segundo Estado en indicadores y desarrollo económico. Guadalajara también lo fue durante la colonia y gran parte de la historia moderna.

El momento de mayor auge fue entre 1960 y 1970, en el periodo del “desarrollo estabilizador”, debido a que Jalisco fue el proveedor de alimentos en el país, el granero de la República. Esa fuerza agropecuaria, en una economía protegida, le generó a Jalisco enormes excedentes de comercialización, que hicieron de Guadalajara un centro comercial por excelencia, dándole una fuerza y dinamismo comercial muy importantes, pero también le dio una importante fuerza industrial.

En este periodo se fomentó la producción industrial a partir de la sustitución de importaciones, de tal manera que con esos excedentes se generó una industria por grandes hombres como Salvador López Chávez, Aranguren, Víctor Sarquiz… se crearon empresas de gran liderazgo, pero no lograron sobrevivir al proceso de apertura comercial.

El detonador del fracaso lo atribuyo a la falta de visión local, que se tuvo en lo general en el país, porque fue un fenómeno nacional entender los nuevos tiempos. Desde 1982, Miguel de la Madrid hablaba de ingresar al GATT. Eran momentos donde venía la presión de la globalización, y en Guadalajara se mantenía un dinamismo acorde con las estrategias de desarrollo industrial y agropecuario de puertas cerradas. No hubo la capacidad de reconversión de la planta industrial.

Yo no hago una mala lectura del TLC, pero no hubo las previsiones correspondientes, por lo que se desploma el campo y perece la industria que no se reconvierte. No fue así en otras entidades como Ciudad de México y Nuevo León.

Jalisco vino, a partir de la apertura comercial, a una especie de colapso en el dinamismo. Las políticas han sido aisladas, como la del fomento a la industria electrónica, que terminó desconectada de las necesidades de la industria local. La empresa maquiladora es endeble porque es una industria volátil que no deja derrama, sólo empleo.

El PAN en el Gobierno no ha sido diferente al PRI en muchas formas de gobernar. Hay ausencia de consensos para unir Estado y sociedad en un proyecto. Lo que no opera igual es la fuerza económica del pasado, con epicentro en la Canaco. Esta ciudad adolece de enormes y lacerantes rezagos en infraestructura básica, infraestructura cultural, en movilidad… necesitamos transporte subterráneo.

Somos el epicentro de una región importante, entonces podemos recuperar ese gran centro comercial a partir de fortalecer los servicios para ser más competitivos. Me refiero a los servicios asociados al turismo y a la cultura.


“Los tratados de libre comercio son una oportunidad”
Jorge Martínez Güitrón,
industrial y empresario.

La planeación y movilidad urbana están muy mal. En valores, estamos mal. La mejor época fue en los cincuenta del siglo pasado. La ciudad era ideal, tranquila, con progreso porque había muchas obras. El gobernador José de Jesús González Gallo cambió la ciudad, la modernizó. La educación era algo importante. El área de cultura era fuerte. Pero sigue siendo atractiva porque es una ciudad con un excelente clima.

Cuando empieza a decaer la ciudad es cuando entra el Presidente Luis Echeverría. Yo lo sentí en carne propia, estaba activo en la Siderúrgica de Guadalajara. Las afectaciones se vivieron con un desánimo generalizado, con temor a la inversión, por la fuerte inseguridad que se vivía. La Liga 23 de Septiembre también afectó la ciudad. A un compañero mío de la escuela, Fernando Aranguren, lo secuestraron y asesinaron.

En los sesenta desaparecieron muchas empresas, hubo fuga de capitales. Fue la época más difícil de Guadalajara. Cuando se designó candidato a Luis Echeverría se sintió un fuerte golpe en la ciudad. Además, aquí se sabía mucho de la familia de la esposa; no era la gente más tranquila que había. Se sabía que Guadalajara estaría muy presionada.

Varios de mi generación veníamos de industriales, en un ambiente cerrado; no veíamos fuera de Guadalajara. Aquí siempre ha sido importante la empresa mediana y pequeña, por lo que las transnacionales afectaron mucho.

Los grandes consorcios desaparecieron a los empresarios industriales. Por eso muchos vendieron, para evitar problemas, y se dedicaron a vivir.
En lo personal, los tratados de libre comercio no afectaron la economía local; permitieron y permiten tener acceso al mercado internacional. El único problema era que teníamos prohibido exportar de más, teníamos límites. Yo exportaba acero a Panamá, Puerto Rico y Estados Unidos. Destaco esto porque yo exporte sin TLC y por eso veo las grandes bondades.


“Los relevos generacionales, con honrosísimas excepciones, no funcionaron”
Raymundo Gómez Flores,
empresario.

Guadalajara se transformó en los cincuenta, cuando había una conjunción clara de intencionalidades y estaba soportada por fuerzas fundamentales: la sociedad a través de los empresarios y trabajadores, la Iglesia y el Gobierno. Cuando lo anterior funcionaba fue cuando Guadalajara estuvo bien. Fue con el gobernador Jesús González Gallo, que incluso abrió las calles, permitió que la ciudad se insertara en un mundo moderno, con el cardenal Garibi Rivera, con Francisco Silva Romero, Heliodoro Hernández Loza, los señores Martínez Rivas, así como un grupo de empresarios con motivaciones legítimas en cuanto a la transformación de la sociedad. También hubo un programa estupendo que ayudó a planear el desarrollo de la ciudad, con el Plan Lerma-Chapala, el cual tenía un contenido socioeconómico muy fuerte y se direccionó hacia el rumbo correcto.

A partir de aquel primer millón de habitantes en los sesenta, nunca se decidió qué sería de esta ciudad y anduvimos dando tumbos, buscando su vocación. Ahora, sin haberlo consentido de forma definitiva todos los sectores, estamos cayendo en que el sector terciario será la vocación, pero lo hacemos a consecuencia.

El mejor momento en el sector terciario, que es el comercio y servicios, fue a partir de la firma del GATT y luego del Tratado de Libre Comercio. Guadalajara, por su ubicación geopolítica, pudo atender una serie de servicios que demandaban personas de Nayarit, Sinaloa, Baja California, Sonora, Aguascalientes y Colima. Cubría una función importante por las rutas adecuadas y por otras razones.

El problema en una comunidad como la nuestra es que, por ser tan benévolas las condiciones naturales, hicimos una sociedad de servicios, pero con una contraprestación muy baja para los trabajadores; aquí es una de las zonas más mal pagadas. Nunca se logró generar bienes con valor agregado para generar riqueza y capital.

En Monterrey los empresarios son muy unidos para la defensa de sus intereses. Los trabajadores de Nuevo León son más trabajadores. En cuanto a los nuevos empresarios, los relevos generacionales, en términos generales y con honrosísimas excepciones, aquí no funcionaron.

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