Gradual avance en la instalación de negocios forestales en Jalisco

GUADALAJARA, JALISCO.- Una plantación forestal puede dejar ingresos al dueño de la tierra por un monto de 200 mil pesos por hectárea. Esta cifra, si bien es superior a lo que dejan los cultivos tradicionales de caña o maíz, tiene en contra la peculiaridad de que debe esperar de ocho a 10 años para esperar la llegada de los recursos, expone el gerente del Fideicomiso del Programa de Administración y Desarrollo Forestal del Estado de Jalisco (Fiprodefo), Andrés Zermeño Barba.

Aunque en la Entidad es mínima la superficie de lo que se tiene en plantaciones comerciales de bosques, refiere que gradualmente se avanza en el establecimiento de predios forestales con un enfoque empresarial, lo que simultáneamente es una apuesta a favor del mejoramiento del ambiente, si se considera que los árboles dejan beneficios enormes a la tierra, a la atmósfera y los recursos hidrológicos.

El funcionario resalta que hay un entorno complicado para el despegue forestal que se requiere en Jalisco, con la intención de responder a una gran demanda en productos maderables. Cita como ejemplo a la industria mueblera establecida en varias regiones, como la zona conurbada y la región de Ocotlán, cuyos industriales traen madera de otras partes del país y del extranjero.

A pesar de que hay un entorno complicado para la inversión en plantaciones comerciales, hace énfasis que en 11 años de funciones, el Fiprodefo “tiene resultados a la vista” con plantaciones de eucaliptos, maderas preciosas, un poco de coníferas en bosques nativos, entre otras acciones, como el original proyecto de un huerto de árboles navideños en el rancho zapopano de Las Agujas, que en este año inició la venta de arbustos en forma experimental para luego hacerlo en forma comercial (2010).

En forma autocrítica, Zermeño Barba reconoce que la marcha del Fiprodefo ha tenido altibajos, lo que incluye desaciertos, como en el caso de la elección de variedades de árboles que no se adaptaron a ciertas regiones. Al respecto, cita el caso de la variedad de los eucaliptos globulus que no prosperaron en varios municipios alteños por su debilidad ante las sequías prolongadas y las heladas, lo que los hicieron presa de plagas.

No obstante, argumenta que este error se ha subsanado con la introducción de la variedad camaldulensis, la que se ha introducido con buenos resultados en la misma región.

El principal obstáculo

En su punto de vista, el principal obstáculo que enfrentan los interesados en plantaciones comerciales es la falta de coordinación entre los organismos públicos involucrados, como la Secretaría de Desarrollo Rural de Jalisco (Seder), la Comisión Nacional Forestal y la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), lo que ha generado un círculo negativo que debe romperse si es que se pretende un despegue forestal en la Entidad.

En este tenor, dijo que se debe revisar las políticas públicas que sostienen la Conafor y la misma Semarnat porque inhiben las inversiones forestales. Trae a colación que el esquema del ProArbol de la Conafor, atiende diversos criterios de tipo social (como la marginalidad de los municipios y la integración de indígenas y mujeres en las solicitudes), más que los aspectos técnicos y económicos de los proyectos.

Además, cuestiona que el subsidio de ProArbol se entregue hasta después de que se establezca una plantación, dado que esto desmotiva a los interesados. Señala que ante la limitación de la Conafor, el Fiprodefo ha jugado un papel determinante en el arranque de los proyectos en Jalisco.

En este punto, alude que si la entrega de los subsidios agrícolas del Procampo no se condicionan a que el agricultor siembre sus predios, entonces por qué ocurre esto con el ProArbol. Incluso, hace mención de que el esquema de Fiprodefo ha sido motivo de que en otras entidades del país se establezcan modelos similares, lo que contrasta con el propósito expresado recientemente por la Seder de la posibilidad de eliminar al fideicomiso o dejarlo a su mínima expresión.

Ante esta coyuntura de amagos al Fiprodefo, Andrés Zermeño dice confiar en que el gobernador del Estado, Emilio González Márquez, tome las acciones pertinentes de analizar a fondo lo que ha sido la actuación del fideicomiso, y que se hagan las gestiones necesarias para que el Gobierno federal no inhiba las inversiones forestales, tal como ha sucedido recientemente en Jalisco.

En Zapopan, Zapotlanejo y Arandas ponen el ejemplo

Bosques, aliados de proyectos ecoturísticos

Los bosques inducidos son aliados de gran importancia en proyectos de ecoturismo. Un ejemplo se tiene en el proyecto Hacienda Coyotes, cuyo propietario, Jorge de la Torre, destaca la plantación de 70 hectáreas de eucaliptos. Además del rescate ambiental de sus predios, sobresale una imagen atractiva a sus terrenos ubicados en el Rancho Coyotes, en Zapotlanejo.

El empresario gastronómico y ganadero hizo énfasis en que el arbolado existente es un elemento de gran peso en la imagen de su rancho, que aspira también a ser una unidad de abastecimiento alimentario de su restaurante que forma parte de un proyecto que incluye hospedaje en cabañas rústicas, baño de temazcal y contacto con la vida silvestre a través de cabalgatas, ciclismo de montaña y senderismo.

En  el mismo contexto, los silvicultores arandenses Salvador y Francisco Javier Orozco Alcalá, refirieron que su plantación de 160 hectáreas de eucaliptos de la especie camaldulensis, ubicada en el poblado El Refugio, junto a unos jagüeyes que reciben gran cantidad de aves migratorias, ha sido un factor que influyen en el aumento de fauna, tanto de aves (incluidos los palmípedos canadienses), como de pequeños mamíferos.

Los alteños mencionan que en la medida que crezcan los árboles se pretende aprovechar su floración para que ésta propicie el establecimiento de colmenas. También detallan que cuando los árboles tengan mayor tamaño se utilicen los terrenos como pastizales para la crianza de ganado, tanto vacuno, como ovino.

Ambos entrevistados expusieron que el arranque de sus proyectos tuvo apoyos del Fiprodefo. De la Torre puntualizó que pidió también apoyos a la Comisión Nacional Forestal (Conafor), los que al momento no le han llegado.

Salvador Orozco trajo a colación que este año se complicaron las cosas por la falta de lluvias, lo que incrementó la necesidad de riegos de auxilio a las plantaciones.

“La Conafor retrasó los apoyos por el tema de las elecciones de julio pasado, como si el crecimiento de los árboles dependiera de asuntos electorales”.

El responsable de bosques del Fiprodefo, Hugo López Equihua, comentó que dentro de la mecánica de actuación del fideicomiso, los apoyos se ubican dentro de convenios que se concretan con los silvicultores involucrados, lo que supone que el organismo queda como beneficiario de 44% de las utilidades que se generen y en cambio se le brindan al productor diversos apoyos, sobre todo los de gestoría, pagos de seguro contra siniestros y asistencia técnica. 

Para saber

Jalisco tiene potencial para dos millones de hectáreas de predios forestales comerciales.

Hay 850 hectáreas de eucaliptos establecidas con fines comerciales.

Hay 400 hectáreas de maderas tropicales. Como rosamoradas y primaveras, además de melinas y tecas en pequeños predios.

Hay 700 hectárea de coníferas (pinos) inducidas.

La Conafor anunció que hay dos mil 800 hectáreas incluidas en el programa ProArbol.

La superficie arbolada de Jalisco supone 3.7 millones de hectáreas, la mayoría bosques nativos, donde se incluyen áreas naturales protegidas. 

La producción de madera en rollo en Jalisco se estima en el aprovechamiento autorizado de 400 mil toneladas, 60% menos que hace 15 años.

Textos y fotografía: Salvador Maldonado