Exigen reparaciones en la carretera Talpa- Llano Grande-Tomatlán

GUADALAJARA, JALISCO.- A pesar de que en agosto de 2007, una misión observadora de la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco (CEDHJ) presentó un informe oficial sobre las condiciones de abandono en que se encuentran numerosas comunidades en la región que abarca municipios de la Sierra Occidental  y la Costa Norte del Estado, miles de jaliscienses viven todavía sin servicios básicos.
Poblaciones como Terreros, El Limón, Cacaluta, Santa Gertrudis y Llano Grande, entre otras, en una basta zona que va de Talpa de Allende a Tomatlán, carecen de agua potable, centros de salud, espacios educativos y deportivos. De igual modo, localidades como Santa Lucía, Soyatán y La Concepción, enclavadas en territorio de Talpa de Allende, han estado durante meses sin agua potable y por años, sin centros de salud, escuelas y unidades deportivas, sin que deje de acontecer lo que ha sido una realidad por años: la falta de empleo, que obliga a la mayoría de los jóvenes a  emigrar a los Estados Unidos.
Esta penosa situación, aunada a la crisis financiera mundial, se conjuga con la inconformidad de los habitantes de la región, por el incumplimiento de años por parte de las autoridades estatales, que han prometido “desarrollo” con la construcción de la carretera Tomatlán-Llano Grande-La Cuesta-Talpa de Allende, a cargo de la Secretaría de Desarrollo Urbano (Sedeur), cuyo titular, Sergio Carmona Ruvalcaba, advirtió desde el inicio de este año que no habría recursos económicos destinados a atender la rehabilitación de la extensa carretera que se encuentra todavía en etapa de trazado en terracería, aunque por el uso y las inclemencias del tiempo prácticamente se ha borrado en muchos tramos.
Los trabajos inconclusos de esta millonaria obra ha ocasionado estragos en la golpeada economía de la zona, pues los comerciantes elevan los precios de los productos de la canasta básica por el costo de traslado, debido al el mal estado en que se encuentra el camino que hasta hace poco tiempo era considerado de terracería.
Un daño que destaca por su gravedad es la destrucción del sistema de agua potable de la delegación de La Cuesta, del municipio de Talpa, mismo que fue destruido cuando las empresas privadas bajo contrato de la Sedeur, efectuaban trabajos de apertura para la construcción de  la mencionada carretera Talpa-Llano Grande-Tomatlán.
La ejecución e incluso la proyección de los trabajos de esta obra presenta serias deficiencias, ya que varias alcantarillas y puentes vehiculares se están cayendo, como el que se construyó sobre el arroyo Agua Fría.
Los habitantes de las diferentes poblaciones han solicitado a los presidentes municipales de Tomatlán y Talpa de Allende, Soledad Meléndez González y Gildardo Sánchez González, respectivamente, que lo más pronto posible se rehabiliten los caminos de las diferentes localidades y programen las obras de que reclaman, al tiempo que en diferentes viajes a la ciudad de Guadalajara, han exigido a los funcionarios estatales de la Sedeur y la Secretaría de Desarrollo Rural (Seder) la liberación de los recursos requeridos, pues de lo contrario, advierten que en algunos días realizarán plantones y marchas en la ciudad de Guadalajara.