El abuso sexual de menores va a la alza con respecto al año pasado

GUADALAJARA, JALISCO (17/NOV/2014).- Las actividades de una niña de 11 años de edad pueden ser, entre otras cosa, ir a la escuela, convivir con sus padres, tener amigos y jugar, dependiendo de cada caso.

Contrario a ello, existen entornos antinaturales que rodean a pequeñas de esa edad, quienes tienen que enfrentar un embarazo nunca deseado, tras haber sido víctimas de violencia y abuso sexual por su propio padre, padrastro, tío, abuelo o persona cercana.

Estadísticas de la Fiscalía General del Estado reportan un incremento considerable del problema. De enero a octubre de este año, la dependencia recibió mil 224 denuncias de abuso sexual en menores, una cifra mayor al mismo periodo del 2013, cuando se atendieron 917.

Un porcentaje de las niñas que sufren de abuso quedan embarazadas, y generalmente no tienen en dónde refugiarse, pues muchas veces, el enemigo está en su propia casa.

Una parte de ellas son derivadas al Centro Modelo de Atención a Niñas y Adolescentes Embarazadas El Refugio, en donde actualmente se atiende a 20 niñas en esta situación, con una edad de hasta 18 años. Ahí se les brinda sustento, apoyo médico, psicológico y capacitación, en un ambiente seguro y lejos de lo quien les hizo daño, asegura el director de Protección a la Infancia del Sistema DIF Jalisco, José Manuel Regalado Quintero.

Actualmente, el centro atiende a cerca de 20 niñas y adolescentes y a 11 bebés. Aunque tendrá capacidad para 60 personas. Ninguna tiene una red familiar de apoyo, por lo que tras el abuso de padres, padrastros, abuelos, tíos, vecinos o alguna persona cercana, fueron derivada de la Fiscalía General del Estado Jalisco y el Consejo Estatal de Familia.

Este refugio data desde la década de los años 70, cuando su nombre era Instituto Médico Social El Refugio y, como ahora, era operado por monjas franciscanas. Ahí se brindaba apoyo a mujeres adultas, embarazadas, solas, con hijos o sin hijos.

Sin embargo, al ver el crecimiento del fenómeno de embarazo en niñas y adolescentes, por órdenes federales se aprobó la entrega de 13 millones de pesos para la adecuación y ampliación necesaria del centro, para que el centro cambiara su estructura y comenzar a recibir exclusivamente a niñas y adolescentes embarazadas que hayan sido víctimas de abuso sexual, y su integridad física y emocional esté en riesgo.

SABER MÁS
Más de tres décadas de servicio

Desde la apertura del refugio de madres franciscanas, en 1977, a la fecha, se ha otorgado apoyo a tres mil 800 mujeres de diferentes edades.

Ahora que ya es un centro referente nacional, se atiende sólo a niñas y adolescentes embarazadas, que no cuentan con una red de apoyo familiar y se encuentran en riesgo.

Actualmente el centro alberga a cerca de 20 niñas y 11 bebés, a quienes se les brinda apoyo en diversos aspectos, de manera gratuita.

Las niñas reciben un trabajo personalizado, dependiendo su historia de vida. Todas tienen acceso a educación, apoyo psicológico y de capacitación, alimento y atención médica.

A lo largo del 2013 se registraron 74 mil 778 eventos obstétricos, entre partos, cesáreas y abortos en el Estado, y de estos, 20 mil 603 se dieron en menores de edad.

CLAVES
La función

Objetivo Que las niñas reciban educación, capacitación en algún oficio para que vayan cobrando independencia, así como apoyo legal, psicológico y educación sexual.

Nacional Al ser un centro modelo y con apoyos federales, los lineamientos permiten que se atienda a jóvenes de otros estados, pero hasta el momento no se ha dado el caso.

Atención Los gastos de partos, cesáreas y atención médica de las niñas y sus hijos corren por parte del Seguro Popular, pues todas están inscritas al programa.

Costos Los gastos de operación para el refugio corren por parte del propio refugio, y son de alrededor de 40 mil pesos mensuales, los cuales son recibidos por la congregación y voluntarios.

Ocho de cada 10 casos se presentan en casa

En la mayoría de las veces, las niñas y adolescentes que resultan abusadas carecen de una protección psicosocial de parte de su familia, pues donde se supone que deberían sentirse y estar más seguras, como en su casa, es donde más se les vulnera.

“Hay muchos papás, abuelos, primos, tíos, hermanos, o sea, 80% del abuso sexual se da en casa, entonces, cómo estamos como sociedad; qué está pasando para que las madres no actúen y prefieran tener una pareja que un niño sano”, refiere el especialista en terapia familiar del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), César Arturo Balcázar López.

Una situación recurrente es que los niños o niñas comentan sobre el abuso a la mamá, que tiene el rol de la protección psicosocial, pero es común que no les crean, e incluso, toleran esa situación y callan por conveniencia o miedo.

Para poder contrarrestar esta experiencia de vida, y tratar de mejorar la calidad de vida de las pequeñas que han sufrido abuso, y encima tienen un bebé de su victimario, es necesario un trabajo de terapia para subir su autoestima.

Además, señaló que algo que se debe trabajar en todas las familias para evitar este tipo de situaciones, es practicar la asertividad. “Es un tipo de comunicación en la que me respeto y te respeto, es decir, reglas muy caras, pido lo que quiero y sé lo que quiero, sabiendo que la otra persona tiene derecho a decir sí o no”.

TESTIMONIO
Quiero ser enfermera

Ella tiene 15 años y su bebé tiene cinco meses y medio. Estudia la secundaria abierta y su vida le cambió totalmente.

Vive en el refugio y ayuda a las madres en lo que puede. Quiere terminar sus estudios y sacar adelante a su pequeño.

Le gustaría estudiar psicología o enfermería. Su sueño es lograr juntar el suficiente dinero para comprarse una casa para ella y el bebé.

“Mi papá y mi mamá me dejaron desde los dos años con mi abuelita, y pues ella está enferma y no se puede hacer cargo de mí”, relata mientras carga a su bebé.

Su bebé nació en el Hospital General de Occidente, perteneciente a la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ), y los gastos corrieron por parte del programa Seguro Popular, al cual está afiliada.

Cada vez son más comunes estos casos

Hace unas semanas, la noticia de una niña de 12 años que dio a luz en una clínica de los Servicios Médicos Municipales de Tlajomulco de Zúñiga, fue de impacto general.

Sin complicaciones, la pequeña dio a luz a un varón, y el Sistema DIF municipal dio aviso a la Fiscalía General del Estado, para que se iniciara con una investigación al respecto.

El padre de la pequeña tiene 33 años y desde hace unos días está preso por los delitos de abuso sexual infantil y corrupción de menores.

La pequeña fue enviada al Centro Modelo de Atención a Niñas y Adolescentes Embarazadas El Refugio, en donde tanto ella como su bebé reciben atención integral.

Ella y otras cerca de 20 niñas envueltas en un problema legal por ser menores de edad, cuentan con un espacio seguro dentro del refugio. De acuerdo con la directora del centro, la madre Nohemí, el perfil de las mujeres que ingresan es el de una niña o adolescente en proceso de embarazo, o con bebés pequeños, en abandono o en peligro si se quedan con su propia familia.

Cada vez se reciben más casos de niñas víctimas de violencia grave, incluso, en mayor magnitud que hace décadas.

“Generalmente el problema es familiar, y es oculto; casi siempre es por el papá, el padrastro, los hermanos, el abuelo; el abuso sexual es dentro de la familia, y cuando alguien lo detecta es cuando la Fiscalía no las trae, de ordinario, estas niñas no son de calle”.

Todas las niñas acuden a la escuela mediante un convenio del centro con el Instituto Estatal para la Educación de Jóvenes y Adultos, pues hay niñas de 15 años que no tienen ni el tercero de primaria. Una parte va a escuela regular.

Algunos de los 11 bebés van a guardería, y otros todavía están junto a sus jóvenes madres porque son recién nacidos.

Todas las jovencitas tienen su propia cama y cuna para el bebé.

Por lo general, el abuso viene de parte de miembros de la familia.