Consignan a mujer parricida

GUADALAJARA.- Ya fue puesta a disposición del juez décimo quinto de lo criminal, la mujer que confesó haber dado muerte a su hijo de nueve años de edad, así como también  las otras dos personas que presuntamente la ayudaron a cometer el crimen. Se trata de la progenitora del hoy muerto, María del Rosario Martínez Regla, de 34 años de edad, la cual fue consignada por los delitos de parricidio y robo de infante.

En tanto que sus cómplices: María del Carmen Rincón Martínez, de 52, fue consignada por los cargos de homicidio calificado y robo de infante; mientras que Ramón Soto Sandoval, de 68, por homicidio calificado. Los tres ya se encuentran a disposición del Juzgado Décimo Quinto de lo Criminal.

Sin embargo, Martínez Regla aún no se encuentra interna en el complejo penitenciario de Puente Grande, debido a que por sus dos meses de embarazo, cuenta con algunas complicaciones, por lo que se encuentra en calidad de detenida en el interior de la sala de presos lesionados, o también conocida como la “sala chica” del antiguo Hospital Civil.

Con las indagatorias se estableció que la presunta parricida María del Rosario, hace algún tiempo dio en adopción a su hijo Jesús Alejandro Domínguez Ortega, de nueve años, a una pareja de esposos que le dieron dichos apellidos.

La señalada agregó que en ocasiones pedía permiso a los padres adoptivos del menor para que le permitieran sacarlo a pasear con ella, sin embargo en fechas recientes comenzó a notar que se lo negaban por lo que tuvo problemas con ellos.

Indicó que el sábado 26 de abril del presente año, fue a un tianguis donde sabía que el menor acudía con su mamá adoptiva, y cuando lo vio solo, con engaños se lo llevó.

Contactó a su tía María del Carmen, y le indicó que ya no quería regresar al menor y le pidió permiso para que se quedara en su casa, lo que ésta aceptó.

Días después María del Rosario acudió a una veterinaria, donde adquirió un medicamento inyectable, por lo que la mujer le suministró el medicamento al menor con la ayuda de su familiar

María del Carmen y Ramón Soto, quienes lo sujetaron de pies y manos, pues el pequeño se resistía a la inyección. Tras haberle aplicado la sustancia, se percató que su hijo no perecía, por lo que tomó un trapo, lo tapó de la nariz y le apretó el cuello con su otra mano hasta matarlo.

Luego del crimen, los tres envolvieron su cuerpo en una sábana gris, lo metieron en una bolsa de plástico y lo fueron a tirar a bordo de una camioneta Ford Windstar, verde, modelo 1995, con placas de circulación JEN-5648, propiedad de la presunta parricida, hasta el interior del Panteón Jardín.

EL INFORMADOR 21:32 05/05/08 ccms