Viernes, 17 de Mayo 2024
Jalisco | POR ALFREDO HIDALGO RASMUSSEN

Cita en la ciudad

Ciudades como Guadalajara son hoy estructuras urbanas enormes, complejas, pero finalmente conforman un territorio único en el que sus ciudadanos comparten beneficios y problemas

Por: EL INFORMADOR

Alfredo Hidalgo Rasmussen.  /

Alfredo Hidalgo Rasmussen. /

“Sólo quiero saber qué camino debo tomar -pregunta Alicia-. Pues depende de a dónde quieras ir tú -responde el gato-.Eso no importa -responde Alicia-.Entonces no importa el camino que escojas”.

La discusión retomada esta semana en el Congreso del Estado sobre la Ley de Coordinación Metropolitana, es una decisión para aplaudir si consideramos que la ciudad lo necesita, pero es preocupante si no se tiene consenso y claridad de a donde se quiere llegar. Si no hay un fin claro y compartido, da lo mismo –“responde el gato”-.

Ciudades como Guadalajara son hoy estructuras urbanas enormes, complejas, pero finalmente conforman un territorio único en el que sus ciudadanos comparten beneficios y problemas. El desfase entre la división administrativa municipal y la noción de ciudad metropolitana, explica las pésimas condiciones sobre las que operamos. “Elegimos alcaldes para municipios no para metrópolis”, lo que resulta ser un problema de origen sobre la gobernabilidad del territorio metropolitano. Al elegir, se busca carisma y honestidad de los gobernantes, se anhela que logren una buena administración, pero la responsabilidad de planear, proyectar y desarrollar una ciudad a futuro ¿a quién se la estamos dando?, ¿la capacidad de “coordinarse” y ver más allá de su frontera administrativa es un atributo que se exige a quienes nos gobernarán? Al final, terminamos esperando que haya entendimiento entre gobernantes para que la ciudad como un todo pueda ser tomada en cuenta. Imagínese hoy el futuro de una ciudad de más de cuatro millones de habitantes depende la buena relación y voluntad -más personal que institucional-, del gobernador y por lo menos cinco alcaldes.

Resulta evidente que los grandes problemas que enfrentan las ciudades rebasan a los municipios (congestión, contaminación, basura, transporte público, seguridad, fragmentación, etc). Los proyectos descoordinados le cuestan muy caro a la ciudadanía. En la iniciativa de esta necesaria ley de coordinación (se puede consultar en la web del Congreso), se describe que “para el manejo, control y planeación interna de las áreas metropolitanas, se prevén en la ley al menos las siguientes Instancias: Junta de Coordinación, Instituto de Planeación y Consejo Ciudadano”. La propuesta actual, en revisión, reproduce aun algunas estrategias que no han sido efectivas en otras estructuras, por ejemplo el Instituto termina por ser un instrumento de la Junta de Coordinación (Alcaldes y Gobernador) elegido por ellos y con sus mismos tiempos administrativos, mientras el consejo ciudadano –como muchos otros- es más una justificación que un espacio deliberativo. Si las instancias que sugiere la ley en cuestión, son la oportunidad que tenemos para lograr una estructura metropolitana para Guadalajara, se requiere que el Instituto de Planeación sea lo más autónomo posible, y que su periodo no coincida con los tiempos de municipios y gobierno para que pueda trabajar en proyectos de mediano y largo plazo, que cuente con un consejo o junta de coordinación donde además de autoridades participen organizaciones ciudadanas, de manera que el consejo ciudadano participe en la toma de decisiones.

Hoy la ciudadanía es metropolitana, necesita una estructura que le responda, estos esfuerzos abonarán si lo hacemos bien. “No hay camino hacia la paz, la paz es el camino”, afirmó Gandhi.
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