Jalisco | Cambia el mapa del ocio tapatío Centros comerciales, 'dieta T' y charlas de café Esta es la primera entrega de un dibujo que marca los cambios en la identidad de ciudadano que habita en la zona metropolitana Por: EL INFORMADOR 29 de mayo de 2010 - 08:42 hs GUADALAJARA, JALISCO (29/MAY/2010).- Las interpretaciones de la identidad del tapatío son contrastantes: para unos, el tapatío es aquél nacido en Guadalajara cuyo apellido podía rastrearse con facilidad en las hojas del directorio de las primeras décadas de siglo XX; para otros ser tapatíos no necesariamente en habitar la ciudad, sino que Guadalajara sea tu origen personal, sin importar por cuántos años tu familia ha residido en el suelo tapatío. Para muchos, ser tapatío es más una forma de entender el mundo o de vivir, antes que una referencia a un lugar de nacimiento o a una historia compartida. Para otros tantos, lo tapatío de cada uno es transportable, y por lo tanto es posible encontrar rasgos tapatíos en la Ciudad de México, en Tepic o en Colima. En ese sentido, lo que cada uno de los habitantes de esta ciudad entiende por tapatío es una discusión interminable digna de largas veladas y de espíritu filosófico. A pesar de esto, como objetivo de este trabajo es describir y narrar la Guadalajara de hoy, concebimos al tapatío como el habitante presente de Guadalajara. Actualmente habitan Guadalajara un sinnúmero de personas que no son nativos ni personal ni familiarmente de esta ciudad, sin embargo, es posible afirmar que cada uno de los habitantes de la Zona Metropolitana de Guadalajara contribuye a construir, lo que esta serie de reportajes busca clasificar: El rostro del tapatío del siglo XXI. En esta primera entrega se presentan las actitudes del tapatío frente a los lugares de reunión y sus gustos al consumir. EL UNIVERSO TAPATÍO - Está formado por cada uno de los 4 millones 328 mil 548 habitantes de la ZMG. - La mitad son hombres - La mitad de la población tiene más de 24 años. - 19 de cada 20 saben leer. - La dieta preferida son los tacos. - Hay una computadora por cada dos tapatíos. - Prefiere la música en español y escuchan mucha radio. - Asisten poco a museos, a sitios arqueológicos y a teatros. - La plaza que más les gusta es la Plaza Independencia - Gasta su dinero en comida, bebida y cigarrillos De la Plaza de Armas al café con internet Los tapatíos han tenido en los últimos años distintas zonas de convivencia en la ciudad. Desde los años 50, el Centro Histórico de Guadalajara ha sido uno de esos espacios públicos para el paseo y el divertimiento social. En dicha década, cuando fue literalmente crucificado con la creación de la cruz de plazas se convirtió en un lugar de convivencia familiar para los distintos estratos de la comunidad. Cerca de esta zona, la Plaza de los Mariachis era un centro para los amigos jóvenes y las parejas con gustos vernáculos, después de la Calzada Independencia, junto a San Juan de Dios. En esta zona era el disfrute del tequila y las primeras cervezas regionales. El Mercado Libertad o San Juan de Dios no sólo era un punto para la vendimia, sino que formaba parte de un corredor que llegaba hasta el parque Alcalde, en el cual podían disfrutarse helados de sabores naturales, los cuales eran del gozo de las familias y los enamorados. En lo que hoy es el Parque Revolución, entre las avenidas Juárez y Federalismo estaba la Penitenciaria de Escobedo, que fue derruida en los treinta, al construirse la Penal de Oblatos. Éste era un sitio donde los muchachos y las muchachas iban a "dar la vuelta", literalmente, en un cuadrante donde los hombres y las mujeres caminaban en dos círculos, unos avanzaban hacia la izquierda y los otros hacia la derecha. El quiosco de la Plaza de Armas fue un sitio orgánico e icónico del siglo pasado, y aún de nuestros tiempos, aunque la Banda del Estado y la Orquesta Típica no atraigan la misma atención que en aquellos años. Explica el historiador Efraín Franco Frías, sobre estos espacios recreativos donde se iba "a dar la vuelta": "En la Plaza de Armas se reunían todos los grupos sociales, los fines de semana. Se emperifollaban, se ponían la ropa dominguera, se echaban el 20 -que era una expresión de la época, echarse el 20 era ponerse mucho perfume, pues con 20 centavos se compraban prácticamente un garrafón de perfume o de agua de azhar- y muy perfumados, muy orondos, se iban al centro a dar la vuelta. Esta expresión significa que los hombres giraban en un sentido y las mujeres en otro. Ya sea en Plaza de Armas o en lo que hoy es el Parque Revolución". Estos espacios eran "plazas neuronales para las conquistas amatorias y el divertimento. Los posibles amantes iban ahí, pero también lo hacían las señoras, los señores y los niños", narra Franco Frías, investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad de Guadalajara. En el aspecto de acercamiento natural, estaban espacios como Parque Morelos, con abundante arbolado, pero sobre todo Agua Azul y Colomos, que ya no tienen la abundancia de agua y vegetación de aquellos años, de la Ciudad de las Rosas, como era conocida Guadalajara, por sus jardines públicos llenos de rosales. Ahora están los paseos en bicicleta en la ciudad, en la Primavera o en el Parque Metropolitano. Los centros comerciales En los años sesenta ingresaron a la ciudad esquemas que no corresponden a la tradición hispánica. Plaza del Sol es el primer espacio que se construye no sólo como una concentración mercantil. "Este lugar marca una escisión, una ruptura no sólo porque se convierte en un nuevo polo de consumo, con atracciones como el cine, juegos tradicionales para niños. Representa el boom de las plazas, como oportunidad de desconcentración, pero imitación de los sistemas de vida americana" expone Efraín Franco Frías. "Las plazas se convierten desde los ochenta en espacios de convivencia, divertimiento, distracción y compra para las nuevas y viejas generaciones. Guadalajara no se concibe sin estos nuevos centros comerciales, que la verdad ya no sé cuántos haya hoy". La zona tóxica En los 70 los jóvenes se divertían casi sanamente en lo que se llamaba tardeadas, en lugares abiertos, donde los músicos interpretaban sus instrumentos en vivo. Había baile, y a las 8:00 máximo 9:00 de la noche terminaba la tocada y todos regresaban a casa. Lo normal era la venta de refrescos, aunque había servicio cervecero… lo crucial era el ligue y el baile. Posterior a los setenta llega la “fiebre de sábado por la noche”, con John Travolta como guía de las masas y su concepto de diversión. Surgen las discos. La música es grabada en acetato. Hay efectos de luces y comienza la tendencia hacia el consumo de drogas, aunque en ese tiempo no fueran un grave problema social. La diversión seguía más o menos sana. Las discos llegan a Plaza Patria, del Sol cerca de ahí el Hotel Tapatío. La “momiza” seguía yendo a los clubes Guadalajara, Jalisco y Country. El paso de las discos fue breve y el cambio del uso de la lengua las vuelve antros. Antes de los setenta, decir antro era sinónimo de cantina “y cantina era un lugar de mala muerte en donde la prostitución, el consumo exagerado de alcohol, y música entre sensual y bravía era la normal y donde se divertían los adultos”, recuerda Franco Frías Existían El Zarape, El 1,2,3, El Nopal, La Tarara, Rosa Murillo, Guadalajara de día, París de noche. No eran lugares para mujeres, estaba vedado a las “muchachas decentes”. Quienes iban se les señalaba “como muchas ramas: rameras”. Eran tildadas de cascos ligeros por el ambiente lúdico, sensual y sexual Los cafés La señal de internet revienta una tendencia sin tanto arraigo en Guadalajara: los cibercafés, un fenómeno expansivo en los últimos 15 años. “En los cincuenta y sesenta, Madoka, Apolo, San Remo, Moka, Madrid, son cafés en la ciudad que suenan familiares porque los encuentra uno en España, tanto en Madrid, como Barcelona. Y era obvio, muchos de estos cafés fueron puestos por los tras terrados, por los exiliados de España. Se volvieron un punto de convergencia para los intelectuales”. Con el surgimiento de internet empezaron a darse los cibercafés, pero también el café como tal. Están en las calles de Chapultepec, López Cotilla o Rubén Dario, “Y ahora un café es para una charla informal, para cerrar negocios, para transformar al mundo filosóficamente o solo para tomar café lúdica y placenteramente”, exhibe Franco Frías. Dice el historiador: “ En los últimos años Guadalajara perdió la ingenuidad del rancho grande y en muchos aspectos ha logrado una vestimenta cosmopolita con gustos de las grandes metrópolis. No hemos logrado solucionar algunos problemas y seguimos siendo rancho grande, pero en lo cultural, en la convivencia, creo que el café nos ha globalizado”. Un buen plato y un buen ambiente. El historiador Jesús Gómez Fregoso comenta que al tapatío le gusta la buena comida. Guadalajara no tiene una gastronomía tan antigua como Puebla, Oaxaca o Veracruz, pero sí queda un poco el estilo de vida gastronómico de las influencias históricas que ha tenido la ciudad. "Guadalajara tuvo una gran influencia francesa, durante la época de Porfirio Díaz, Guadalajara era la ciudad más afrancesada; el birote salado es herencia de la influencia de Francia". Cabe destacar que uno de los platillos típicos de la ciudad está elaborado con este tipo de pan: la torta ahogada. "El tapatío del siglo XX era amante de la buena mesa. El típico desayuno era chocolate o café con pan dulce, el almuerzo podían ser unos chilaquiles o caldo; para la comida el plato fuerte, también había merienda y cena. Eran amantes del buen comer", dijo el historiador. A partir de 1950 en Guadalajara comenzaron a popularizarse otras tendencias en consumo de alimentos, la ciudad se manifestaba como ciudad con comida internacional principalmente en el Centro, pero conforme crecieron las colonias se ampliaron las posibilidades. "A partir de los 50 la ciudad cambia de forma importante, conceptualizando áreas de interés del comensal. El mismo tapatío comenzó a buscar nuevas tendencias, la gente viajaba, buscaba replicar esos platos que consumió en otro lado. Obligó al inversionista a hacer nuevas propuestas", señaló Germán Ralis Cumplido, presidente de la Cámara de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados en Jalisco (Canirac). El Círculo Francés comenzó con la comida mediterránea a partir de 1970, después de Plaza del Sol, hubo nuevas opciones como la comida italiana. Las propuestas más importantes en la ciudad han sido la italiana y la china; las temáticas que ofrecía la ciudad fueron El Dragón de Oro y el Palacio Chino. Guadalajara es una ciudad comercial y turística, lo que ha obligado a los inversionistas a hacer propuestas diferentes e interesantes. "Hoy la gente busca experiencias, replicar no sólo lo que consumió, sino la experiencia que tuvo cuando salió. Hoy el restaurantero se preocupa además de elaborar un buen plato, de elaborar un buen ambiente para aportar a la experiencia y generar un ambiente agradable", explicó Ralis Cumplido. Temas Centro Histórico ZMG Reportaje: El Tapatío del Siglo XXI Lee También Violeta Franco y su camino en el arte La OHIR continúa su viaje por los “Vientos del Norte” Las tablas de Flandes Intervienen más centros de rehabilitación en Guadalajara Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones