Cae joven acusado de dos homicidios

GUADALAJARA, JALISCO (06/NOV/2010).- A sus 18 años, un individuo era buscado por la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), debido a que presuntamente es responsable por la muerte de por lo menos dos hombres.

La PGJE informó que fue detenido Vicente de Anda Hernández, alias “El Guayabo”, vecino de la colonia Huentitán el Alto, en el municipio de Guadalajara. Su detención se efectuó por parte de policías municipales cuando participaba en una pelea callejera, pero al ser investigado en la base de datos de la corporación también contaba con una orden de aprehensión.

A “El Guayabo” se le acusa por un crimen ocurrido el 3 de octubre en agravio de Noé Rodríguez Rodríguez, apodado “El Chicano”, de 34 años, quien vivía en la colonia Margarita Maza de Juárez.

El día del crimen “El Chicano” había acudido a jugar futbol a unos campos ubicados en la colonia Lomas de Huentitán con varios conocidos de un centro de rehabilitación y al terminar abordaron un vehículo y una motocicleta para regresar a la colonia Margarita Maza de Juárez. Sin embargo, en el trayecto tuvieron un altercado vial con otros sujetos que viajaban en una motocicleta.

De acuerdo con testimonios, “El Guayabo” echó su vehículo a los de la moto de manera intencional, y luego huyó, pero fue seguido por éstos y sus acompañantes en otro automotor hasta el cruce de Andrés Arroyo y Antonio Larrañaga, en la colonia Huentitán El Alto, donde el presunto asesino pidió ayuda a otros conocidos, por lo que atacaron al Rodríguez Rodríguez con piedras.

Por su parte “El Guayabo” con un cuchillo lesionó a “El Chicano” en el abdomen, quien minutos después de la agresión murió en la Cruz Verde Planetario.

Actualmente de Anda Hernández se encuentra detenido en el Reclusorio Preventivo de Puente Grande y puesto a disposición del Juzgado Décimo Tercero de lo Penal, en donde existía una orden de aprehensión en su contra. Además, “El Guayabo” está acusado de la muerte a golpes de José de Jesús Nájar Covarrubias, de 29 años, quien era vecino de la colonia Balcones de Oblatos.

La víctima fue localizada el 28 de agosto de 2010 en la Avenida Belisario Domínguez a su cruce con Joaquín Romero, en Huentitán el Alto, con fractura expuesta de cráneo y golpes.

Inicialmente, el lesionado fue trasladado a la Cruz Verde Planetario y luego al Antiguo Hospital Civil, donde fue intervenido quirúrgicamente, quedando internado hasta el 7 de octubre de este año, cuando murió.

Aprehenden a otro homicida de sexagenaria

Por el homicidio de una mujer, un joven de 20 años de edad, fue encarcelado en Puente Grande, debido a que la PGJE lo acusa por el crimen mencionado. Óscar Eduardo Rosas López, alias “El Ponte”, deberá enfrentar el proceso penal número 15/2009-C, por el delito de homicidio calificado con las agravantes de alevosía y ventaja, en agravio de Alicia Cano Ramírez, de 62 años, quien pereció el 9 de enero de 2009.

Con la detención de “El Ponte” suman dos los detenidos por el asesinato, ya que en enero del mismo año, agentes investigadores de la PGJE, arrestaron a Juan Gabriel Pimentel Medina, alias “El Burro”, acusado de participar en los hechos.

“El Burro” confesó que constantemente tenía altercados con Gerardo Jara Cano, quien es hijo de la víctima.

Asimismo, agregó que se caían mal, por lo que el 14 de diciembre de 2008 tuvo una pelea con él, en la que incluso otros dos amigos de “El Burro”, participaron, siendo uno de ellos el ahora detenido de apodo “El Ponte”.

Al verse superado, Jara Cano corrió para refugiarse en su casa, pero luego de unos minutos regresó para encarar de nueva cuenta a sus rivales. Sin embargo, no se percató que tras él venía su mamá, quien le pidió a “El Burro” y sus cómplices, que dejaran a su hijo. En respuesta de ello, “El Ponte” y “El Burro”, lanzaron ladrillos contra el joven y su madre, acertando uno de ellos en la cabeza de la mujer.

Posterior a ellos, los agresores golpearon y patearon a la sexagenaria en la cabeza, e incluso la pisaron, en hechos ocurridos en el cruce de Mariano Matamoros y Mariano Azuela, de la colonia Hidalgo, en Tlaquepaque.

Cuando Jara Cano se dio cuenta de que sus enemigos atacaban a su madre, gritó que ya venía la policía, siendo así como los criminales dejaron de atacarla y se dieron a la fuga.