Atención a emergencias, entorpecida por llamadas falsas

GUADALAJARA, JALISCO (15/JUL/2013).- Habían pasado ya unas horas de empezada la fiesta cuando "El Pelo Lindo", amigo de Óscar Avelar, se fue al suelo y ahí todo su cuerpo comenzó a hacer movimientos toscos y constantes. Varios jóvenes veinteañeros apoyaron y llamaron rápidamente al 066 con la petición de ayuda para el ataque epiléptico por el que pasaba su amigo.

"Tardó más la llamada que lo que hizo de camino la ambulancia". Óscar platica con apatía lo tardado que fue el trámite de la llamada, los 10 minutos gastados en las preguntas de preámbulo que le hicieron para que la asistencia llegara al lugar. "Y eso que se trata de una emergencia", dice el joven en un sondeo realizado por este medio en el Centro tapatío. Pero de inmediato él mismo explica la razón de la entretención: es necesaria la verificación de las llamadas, debido a todas las falsas que se reciben.

El hábito generalizado que se tiene de llamar cuando no es una emergencia que amerite o con percances falsos "entorpece" la efectividad del servicio, dado que ese tiempo, y en general, el trabajo invertido, se pudo haber usado en casos reales, opina el estudiante Alfredo Fregoso. Estos actos se deben tratar más que con sanciones correctivas, desde la prevención y concientización, comenta el joven.

"Deben multar, el dinero es lo que más les duele", expresa Sandra Santiago, una enfermera de 28 años. Ella explica que las llamadas falsas sí deben ser sancionadas, pues es mucho dinero y trabajo el que se pierde en la movilización por una supuesta emergencia.

"Está en peligro la integridad de mucha gente por ese tipo de bromas", expresa Juan González, comerciante, debido a la atención perdida en llamadas falsas, cuando simultáneamente sucede un percance real.

EL INFORMADOR / ALEJANDRA PEDROZA