Tokio.- Miles de filipinos marcharon hoy en el centro de Manila para exigir la dimisión de la presidente Gloria Macapagal Arroyo por presunta corrupción, un día después de que la policía reveló que se descubrió un plan para asesinarla. La manifestación tuvo lugar esta tarde en el distrito financiero de la capital filipina y según estimaciones de la policía participaron unas 10 mil personas, sin embargo cifra aún muy lejana de las enormes protestas que obligaron a dos presidentes renunciar en 1986 y 2001. Horas antes, en un discurso durante un seminario empresarial la mandataria dijo tomarse 'muy seriamente' las acusaciones de corrupción en su contra e insistió en que su gobierno está determinado a luchar contra esa práctica ilegal. Arroyo dijo a inversionistas y líderes industriales que la corrupción ha sido parte de la política en el país, pero prometió acabar con ella, según despachos de prensa conocidos en esta capital. Esta semana un ex funcionario testificó ante el Parlamento que el esposo de la presidenta, José Miguel Arroyo, y su aliado político Benjamin Abalos, ex jefe de la Comisión de Elecciones, recibieron 130 millones de dólares por un proyecto del gobierno. Arroyo desechó el mencionado proyecto cuando estalló el escándalo el año pasado, pero rechazó la acusaciones y negó un desembolso del presupuesto. Los colaboradores de Arroyo aseguran que la presidenta no renunciará al cargo y permanecerá en él hasta que concluya su gestión en 2010. La protesta de esta tarde se desarrolló en relativa calma, aunque los organizadores denunciaron que la policía y el ejército impidieron la entrada a la ciudad de otros manifestantes procedentes de las provincias cercanas. Puestos de control en varios puntos de la ciudad, así como policías y soldados en vehículos blindados fueron desplegados desde la víspera en Manila, luego que las fuerzas de seguridad revelaron el descubrimiento de un plan para intentar asesinar a Arroyo. NTX 15-02-08 IJALH
