Escandaliza al Vaticano mujer que desea hijo de marido en coma

CIUDAD DEL VATICANO.- El presidente emérito de la Pontificia Academia para la Vida del Vaticano, Elio Sgreccia, calificó como un 'ilícito grave' la petición de una italiana de tener un hijo de su esposo en coma mediante inseminación artificial.  

'Desde el punto de vista moral es un grave ilícito que afecta al marido que es utilizado como contenedor inerme de espermatozoides, sin que pueda participar al acto más importante en la vida de la pareja', dijo el religioso.  

En declaraciones a la prensa agregó que desde el punto de vista católico sería un acto inaceptable, ya que la Iglesia es contraria a cualquier intervención para procrear artificialmente.  

La mujer italiana de Vigevano expresó su deseo de procrear mediante inseminación del semen extraído a su esposo, y en el caso intervino Severino Antinori, presidente de la Asociación Mundial de Medicina de la Reproducción.  

El doctor extrajo este martes el líquido seminal del marido de 35 años, internado en coma a causa de un tumor. La intervención se llevó a cabo con una aguja fina y el líquido será conservado en Roma a 197 grados bajo cero.  

En el lapso de un mes se realizará la fecundación de la esposa, cuyo nombre permanece en el anonimato. Será la primera vez que se realice en Italia una intervención de este tipo involucrando a una persona en coma.  

Según Antinori, quien declaró ocuparse del caso 'por un acto de humanidad', el procedimiento se desarrollará 'dentro de los límites de la ley' siguiendo la orden de un juez.  

El caso desató polémica mientras diversos especialistas señalaron que la ley 40, la cual norma este tipo de operaciones, exige la manifestación explícita del consenso de ambos futuros padres para procrear un hijo artificialmente.  

'No veo cómo se puede hablar de un acto de humanidad, sobre todo porque no es respetuoso hacia el hijo que está por nacer. La madre ¿cómo explicará al hijo la situación?', cuestionó Sgreccia.  

'No es mi tarea entrar en los detalles de la ley 40, pero por cuanto esta no corresponda del todo a las posiciones de la Iglesia, es de todas maneras una norma que protege la familia y el consenso de ambos padres en las decisiones', concluyó.