Clinton en los márgenes del partido

WASHINGTON.-Después de una década de tener gran influencia en el Partido Demócrata, Hillary Rodham Clinton se encuentra en una situación muy extraña: en los márgenes mirando al interior, pidiéndoles a los líderes del partido que la ayuden en sus aspiraciones a la Casa Blanca.

En una serie de presentaciones proselitistas por todo el sur de la Florida, Clinton instó a los líderes de su propio partido a que restablezcan los delegados de Florida y de Michigan para la convención. Los delegados de los dos estados fueron destituidos por adelantar la fecha de sus elecciones primarias, en una sanción en la que todos los candidatos, incluida Clinton, estuvieron de acuerdo antes de que ella ganara dichas primarias en enero.

``Le estamos pidiendo al Comité Nacional Demócrata ( CND) que se asegure de contar todos sus votos'', dijo en un mitin de Miami el martes por la noche.

En el pasado, los Clinton no tenían que pedirle nada al CND, sólo le decían lo que tenía que hacer.

Su esposo, después de todo, era el presidente. Ella trabajaba en la Casa Blanca. Su actual jefe de campaña, Terry McAuliffe, es un viejo amigo de Clinton y recaudador de fondos, que otrora dirigía el CND.

Ahora su campaña le pide a los líderes demócratas que tome en cuenta a los candidatos de los dos estados, aunque ninguno de los candidatos hizo campaña en ambas entidades debido a la violación de las reglas, e incluso Obama retiró su nombre de las boletas en Michigan.

E incluso cuando ambos grupos lleguen al punto más favorable para ella, aún así seguiría detrás de Barack Obama en el conteo de delegados.

Cada vez que Obama se acerca más a la nominación, Clinton se aleja un poco más de la atención pública.

En un intento por revertir eso, Clinton se ha enfrascado en una retórica como si fuera alguien externo al partido, que insta a que se tomen en cuenta a los delegados de Florida y Michigan en el conteo, no por beneficio propio, señala, sino por defender la democracia. Su portavoz Howard Wolfson afirmó el martes que lo que está en juego ``es la piedra angular del principio'' de un nuevo gobierno.

Clinton ha comparado reiteradamente la actual situación de los delegados en ambos estados con el recuento del 2000 en la Florida, que finalmente decidió la Corte Suprema y le dio la presidencia a George W. Bush.