Lunes, 06 de Mayo 2024
Internacional | Buscan formar un Gobierno ‘‘progresista’’ tras las elecciones

Brown dimitirá como líder de los laboristas

El primer ministro británico asegura que seguirá al frente del partido hasta septiembre que elijan al sustituto

Por: EFE

LONDRES, INGLATERRA (11/MAY/2010).- El primer ministro británico, Gordon Brown, renunciará como líder del Partido Laborista para facilitar un eventual acuerdo con el Partido Liberal Demócrata, en el intento de formar un Gobierno “progresista” tras las elecciones del pasado 6 de mayo.

Brown explicó que seguirá provisionalmente al frente del Gobierno, a la espera de que se resuelvan los contactos entre los distintos partidos políticos para lograr una mayoría parlamentaria que garantice un Ejecutivo estable a largo plazo en el Reino Unido.

La decisión de Brown, que se sacrificaría por su partido, podría facilitar un pacto con los liberal demócratas, que llevan cuatro días negociando con los  conservadores un acuerdo que permita formar un Gobierno estable para poner fin  a la crisis provocada por la elección el jueves pasado, del primer parlamento sin mayoría absoluta en 36 años.

En un inesperado giro al proceso de negociación que estaban siguiendo el Partido
Conservador de David Cameron, ganador sin mayoría de los comicios, y el Partido Liberal Demócrata de Nick Clegg, Brown informó también de que éste último le expresó su intención de entablar “negociaciones formales” con el laborismo.

Clegg consideró que la próxima renuncia al liderazgo laborista anunciada por Brown era un “elemento importante” para un eventual pacto de Gobierno entre ambos partidos.

La renuncia de Gordon Brown pone en riesgo el futuro de los conservadores o “tories” de David Cameron, ya que su renuncia abre el paso a negiociaciones directas entre los liberal-demócratas y los laboristas quienes, de llegar a un acuerdo, tendrían una mayoría de escaños, haciendo difícil la toma de decisiones del Partido Conservador.

Los escaños logrados por los laboristas y liberales demócratas juntos suman 315 (258 los primeros y 57 los segundos), que les dejan a 11 diputados de la mayoría absoluta, por lo que necesitarían del apoyo de los nacionalistas escoceses, galeses y norirlandeses.

Los “tories” lograron 306 diputados, por lo que una coalición con los liberales demócratas les situarían 37 escaños por encima de la mayoría absoluta que garantizaría una legislatura estable.

Por esto, los conservadores británicos ofrecieron a los liberal-demócratas un Gobierno de coalición, que abordaría la reforma del sistema electoral en un referendo.

Sin embargo, los liberal-demócratas de Nick Clegg, aseguran que mantendrán negociaciones paralelas con el Partido Conservador de David Cameron y el Partido Laborista para la formación de un nuevo Gobierno después de que de las elecciones del pasado jueves no saliera una mayoría absoluta en el Parlamento.

Una vida dedicada a la política

James Gordon Brown

El impopular primer ministro laborista británico Gordon Brown, está a punto de abandonar el 10 Downing  Street como entró en junio de 2007: sin haber ganado una elección nacional.

La derrota supone el fin de una larga aspiración para este escocés  reservado y fatigado de 59 años, considerado un brillante intelectual, y que  dedicó prácticamente toda su vida a la política.

Brown nació el 20 de febrero de 1951 en el laborismo. Su padre, un pastor  presbiteriano, le inculcó desde pequeño los principios de la justicia social.

“Aburrido pero muy inteligente”, como lo describió su hermano, Andrew Gordon Brown ingresó con sólo 16 años en la Universidad de Edimburgo, donde se doctoró en Historia mientras se formaba políticamente como líder estudiantil.

Tras trabajar brevemente como periodista y profesor, decidió consagrarse de lleno a la política en 1983, año en que fue elegido diputado.

Entre tanto, se casó en 2000 con Sarah Macaulay, relacionista dedicada desde  entonces a la carrera de su marido. La pareja tiene dos hijos varones. Su primogénita, Jennifer, falleció en 2002 pocos días después de nacer.

Entre finales de 2008 y mediados de 2009 cultivó la imagen de estadista que lideró a la comunidad internacional a evitar una crisis como la de 1929, y aprovechó la cumbre del G-20 que diseñó la nueva arquitectura financiera internacional para “venderse” en casa.

Casi lo logró, hasta el punto de que después de ser considerado un cadáver político, con encuestas sobre intención de voto que le situaban casi 20 puntos por detrás del líder conservador, David Cameron, Brown resurgió para volver a ser una alternativa real, no sólo frente a los votantes sino dentro de su propio partido. Sin embargo durante su carrera política se ha visto envuelto en escándalos y su liderazgo laborista ha sido continuamente cuestionado.

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