Silverio Palacios, de manufactura mexicana

GUADALAJARA, JALISCO.-Si un buen soporte actoral el protagonista -dicen los contadores de historias- difícilmente habría juego escénico. Y aunque ciertamente el foco del público se mantiene sobre los roles principales también es verdad que hay actores que gracias a sus interpretaciones consiguen enganchar a los que observan. Silverio Palacios es uno de ellos. Algunos de sus filmes corroboran lo dicho. Matando cabos, El violín, Sultanes del Sur y El Viaje de Teo, sin olvidar que Palacios mantiene su interés por actuar en teatro, en cortometrajes y en cintas con bajo presupuesto.

Crónicas chilangas - que consiguió tres distinciones en el pasado Festival Internacional de Cine en Guadalajara- y Amar a morir son sus más recientes películas, ésta última se estrena en nuestro país este viernes. Entre las coincidencias de los papeles que ha interpretado destaca el que todos reflejen un elemento de la cultura mexicana, cuestión que el mismo Silverio califica - en entrevista con EL INFORMADOR- como “la cereza del pastel”. “Siempre me he sentido agradecido y privilegiado de que me toquen este tipo de personajes, esos que resaltan elementos de la cultura mexicana y que considero son la cereza en el pastel de largos y cortos. De ahí que agradezca la oportunidad y la confianza que me han brindado varios directores”.

Por lo que respecta a Crónicas chilangas, escrita y dirigida por Carlos Enderle y en donde da vida a Nelson, un vendedor de revistas “muy particular” el actor comenta que el rodaje fue complicado debido a que no había continuidad en cuanto a tiempos. “Esta película se hizo después de casi siete años de trabajo, en los que filmábamos un año y luego había una pausa y así. Mi personaje es pequeño pero significativo. Se llama Nelson y es un vendedor de revistas que de alguna manera incide en el comportamiento de los personajes de las tres crónicas citadinas.

Dicho papel -argumenta- “es al que necesariamente ves en el tránsito de la vida diaria del Distrito Federal, y además es un personaje entre enigmático y perverso, pero bonito e interesante, de esos que por fortuna me llegan”.

¿En qué sentido Silverio Palacios es afortunado al dar vida a personajes que reflejan al mexicano?

“De identificación. La gente tiene una profunda necesidad de verse reflejada, de encontrar empatía y verse en los personajes mexicanos, que deben estar bien presentes, bien hechos y estudiados, ya que por desgracia padecemos una tendencia en el cine y la televisión a imitar programas o temáticas concebidos desde otra idiosincrasia”.

Consideras entonces que la cercanía de Estados Unidos incide en las producciones nacionales?

“Sí. A veces queremos estar a la par de otras temáticas, dejando de lado lo nuestro que es valioso. Nuestra industria cinematográfica quiere emparentarse, por la cercanía, a la capacidad productora de Estados Unidos, pero no estamos hechos para eso”.

¿Qué opinión te merece el desarrollo independiente de la cinematografía en México?

 “Siempre he estado trabajando en proyectos con esas características, tanto independientes de bajo presupuesto como de altos costos. Y destaca que en las producciones con proceso más complicado
mis personajes se han notado más. Hago mucho cortometraje y trabajo muy seguido con estudiantes, porque creo que hay que fortalecer la industria desde abajo, desde los cimientos”.

¿Cómo habría que manejarse para la realización de películas?

“Hay que hacer una industria cinematográfica mexicana en los términos de producción más nuestros, con recursos más imaginativos que económicos, ya que desgraciadamente nos tocó vivir en un país subdesarrollado y estamos aquí echándole ganas, poniendo lo que nos corresponde, con ello haremos que nuestro trabajo tenga un peso de valor escénico o de cuadro”.

Y en la actualidad ¿en que proyectos participas?

“Acabo de terminar una película que se llama El Acorazado que dirigió Alvaro Curiel. Estuve unos días fuera del país, más bien semanas trabajando con rigor, igual con pocos recursos pero con mucho entusiasmo y corazón, con un gran guión y esperando que el próximo año este en varios festivales nacionales e internacionales siendo una de las mas prometedoras”.

¿Qué papel desempeñas en “El Acorazado”?

“Allí hago el protagonista que es un veracruzano que en plena crisis y estado de pobreza decide irse al otro lado, pero se va mediante una vía que le falla y a partir de esa premisa resulta toda una aventura muy importante, que mas que irse al juego del tropiezo tras tropiezo con toques chuscos va ahondando sobre la naturaleza del ser humano específicamente hablando sobre el mexicano, y su imposibilidad a veces de llegar a ser algo porque siempre tira hacia horizontes muy muy lejanos”.

¿Y que planes vienen para le futuro?

“Hay varias invitaciones, pero por ahora estoy haciendo teatro, una obra que se llama Emigrados de un escritor polaco dirigida por David Salmón director de Teatro sin paredes, una compañía de teatro independiente y andamos girando por la República. Es una obra exitosa con dos personajes, en la que compartimos escena Joaquín Cosío y yo. Y la pieza trasciende los niveles de crítica a la naturaleza humana de una manera muy profunda, pero que desgraciadamente se queda en el marco de lo efímero que es el marco escénico”.    

Por último, si en cierto momento te llegará una oferta del extranjero ¿cómo responderías?
“Me han llegado varias ofertas en el extranjero y no ha sido suficiente, no porque yo necesite algo en especial sino porque la verdad estoy muy interesado en hacer ahorita algo muy nuestro, muy local”.