Sally Potter da todo por el cine

MORELIA, MICHOACÁN (05/NOV/2012).- “El cine es el primer y gran amor de mi vida”. Esa es Sally Potter. Así, franca, honesta y llena de pasión por el Séptimo Arte. Una mujer entregada desde hace más de 30 años a contar historias a través del celuloide. A veces con un lenguaje suave y femenino, a veces de forma dura y sin filtros. Pero siempre auténtica.

La realizadora es una de las invitadas estelares del Festival Internacional de Cine de Morelia, donde el domingo por la tarde ofreció una conferencia magistral, moderada por el periodista Nick Roddick, ante público y medios de comunicación reunidos en el Teatro Rubén Romero de la capital michoacana.

Con una sonrisa en el rostro y siempre con una voz suave, la realizadora británica confesó que “comencé a hacer películas desde los 14 años. ¿Que si era un hobby raro para una niña? Quizás, pero es que a mí me gusta mucho el cine”.

La cineasta relata que “recuerdo las películas que veía cuando era niña en las pantallas. Eran historias tan poderosas, que se quedaban en la mente y, sobre todo, que mostraban una misión del mundo que a mi me cautivaba”.

Experiencia electrizante

Sally Potter comenzó a hacer cine en la década de los años setenta. Fue en los años ochenta, ya con la madurez artística plena, que lanzó su primer largometraje: The Gold Diggers (1983).

De corte experimental y con una propuesta estética innovadora, su sello comenzó a atraer la atención de la crítica, aunque fue ella la que primero quedó bautizada por el cine. “Quedé encantada desde la primera ve que me puse detrás de una cámara, desde la primera vez en que vi el mundo a través del lente, limitada por el cuadro negro de alrededor. Allí fue que supe que me gustaba hacer cine”.

Ese marco negro se convertiría en su gran obsesión. El mundo que puede atrapar en la pantalla de plata era el plano donde se sentía más cómoda para contar historias.

“Dejé la escuela a los 16 años, con la firme intención de ser directora. Me aproximé al cine con un equipo muy rudimentario, con poca escuela y la convicción de encontrar un nuevo lenguaje cinematográfico”.

Defensora del cine libre y audaz, para Sally no existen los puntos medios. El director toma la batuta de una historia y a través de ella expone sus puntos de vista. “Por eso pienso que no hay historias imparciales. No hay historias puras. Todas tienen un mensaje detrás, todas tienen un mensaje político en su corazón”.

La realizadora pertenece a una generación de directores británicos que se forjó a base del esfuerzo. “En los años setenta, quien quería hacer películas, siempre enfrentaba problemas de presupuesto. Muchas veces no tenía dinero para hacer mis proyectos, y mucho menos el equipo”.

Paradójicamente, considera la directora de ''Orlando'' (1991), fue la carencia de todo lo que la enseñó a brindarse al máximo y aprovechar todos los recursos a su disposición. “Creo que terminamos haciendo cosas muy interesantes”.

La directora nacida en 1949 aprovechará que se encuentra en Morelia para presentar por primera vez en México la película Ginger and Rosa (2012), cinta que dirigió y escribió.

GINGER AND ROSA

Amor en tiempos atómicos

Situada en el Londres de 1969, la cinta narra la historia de Ginger y Rosa, dos mejores amigas cuyos sueños de libertad se ven eclipsados por el ambiente de guerra que prevalece en Europa.

A la tensión bélica se agrega el hecho de que Rosa se enamora del padre de Ginger, un carismático hombre llamado Roland. Este hecho hace que la amistad de ambas termine destruida, al tiempo que Ginger se involucra en un violento movimiento anti nuclear.