Rinden emotivo homenaje póstumo a Alejandro Aura

CIUDAD DE MÉXICO.- El Palacio de Bellas Artes fue crisol donde las emociones y sentimientos afloraron en torno a la figura de Alejandro Aura, cuando el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y la Secretaría de Cultura del gobierno del Distrito Federal (SCGDF) le rindieron un homenaje póstumo.  

La Sala principal del recinto recibió a familiares, colaboradores y, sobre todo, amigos del activista cultural, dramaturgo, actor, productor, locutor y poeta fallecido el pasado 30 de julio, en Madrid, España. Durante la ceremonia se transmitió un video que resaltó la vida y obra de Aura.  

Todo inició con una retrospectiva de su vida, a través de la proyección de fotografías en color y blanco y negro que ilustraron su vida. María Teresa Franco, directora del INBA, recordó al poeta; mientras que Elena Cepeda, secretaria de Cultura del DF, lo evocó como "un hombre atrevido como pocos".  

En su intervención, Sealtiel Alatriste, coordinador de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), agradeció públicamente "al infatigable Alejandro Aura su contagiosa pasión por la creación y su tesón por mostrarnos el derecho y el revés del mundo y las cosas".  

Durante esa proyección se escucharon las opiniones de José María Espinasa sobre la poesía de Aura; de Cuauhtémoc Cárdenas, en referencia a la obra cultural que el homenajeado realizó durante su administración en el gobierno del DF; Carmen Boullosa, se ex esposa, habló del trato cotidiano que mantuvo con él.  

De la misma forma, en el video, Froylán López Narváez, Juan Manuel de la Rosa y Ana Ofelia Murguía, hicieron referencia a la personalidad polifacética de Aura. Luego se llevó a cabo una mesa redonda donde tomaron parte Gerardo Estrada, Enrique Strauss, Julio Trujillo y Marta Aura, hermana de Alejandro.  

Alejandro Aura nació en la Ciudad de México el 2 de marzo de 1944 y falleció el 30 de julio de 2008, a causa del cáncer que padecía desde hacía varios años. Escribía versos "con el propósito de mejorar el mundo, con la intención científica de lograr injertos de mi piel en la lacerada piel del mundo".  

¨Cómo le hacía? El mismo responde en su poema "Vértigo": "en enjambre me vienen las palabras/ zumbando como violas extasiadas,/ como flautas y oboes en campiña dominguera_/ Se me vienen también como aires, como vientos,/ como soplos que no sé si llamar premoniciones,/ como susurros inquietantes al oído,/ insinuándome tesoros escondidos/ que están sólo esperando a que los coja yo,/ que son la almendra del alma de los tiempos. 

Aura no sólo fue un hombre dedicado a la poesía, sino también narrador, dramaturgo, actor, director de escena, guionista y conductor de programas de radio y televisión, como "Entre amigos", "En su tinta", "Un poco más" y "De cine y literatura", entre otros.  

También dio clases de montaje escénico y talleres de poesía en la UNAM y la UAM-Xochimilco y se desempeñó como director del Instituto de Cultura de la Ciudad de México (a él se le deben los conciertos masivos y gratuitos en el Zócalo) y del Instituto de Cultura de México en Madrid, ciudad donde falleció.  

Al lado de su entonces esposa, Carmen Boullosa, Aura fundó el Centro Cultu-bar "El cuervo" y "El hijo del cuervo". A grandes rasgos, en sus 64 años de vida, el poeta mexicano estuvo "trabajando, discurriendo, imaginando, creando el místico sueño de la vida".  

Ganó los premios Cultural de la Juventud 1969, el Latinoamericano de Cuento 1972 por "Los baños de Celeste", y el Nacional de Poesía Aguascalientes 1973 por "Volver a Casa". Es autor de los poemarios "Sol de agua" (1966), "La calle de los coloquios" (1969), y "Alianza para vivir" (1969).  

También de "Varios desnudos y dos docenas de naturalezas muertas" (1971), "Volver a casa" (1974), "Tambor interno" (1975), "Hemisferios Sur" (1982), "Cinco veces" (1988), "Poeta en la mañana" (1991), "Poemas y otros poemas" (2003) y "Se está tan bien aquí" (2007), entre otros.   

Sobre sus versos, dijo: "Yo los hice solo, sin ayuda de nadie/ pues declaro no estar ya/ en situación de pedir auxilio para tales menesteres,/ sin demérito de todos los ilustres antepasados en cuyas obras/ he bebido los néctares propios y apurado las necesarias ambrosías".

"Despedida" fue su último poema. "Lo que queda no hubo manera de enmendarlo/ por más matemáticas que le fuimos echando sin reposo,/ ya estaba medio mal desde el principio de las eras/ y nadie ha tenido la holgura necesaria para sentarse/ a deshacer el apasionante intríngulis de la creación,/ de modo que se queda como estaba, con sus millones,/ billones, trillones de galaxias incomprensibles a la mano,/ esperando a que alguien tenga tiempo para ver los planos/ y completo el panorama lo descifre y se pueda resolver./ Nos vamos. Hago una caravana a las personas/ que estoy echado ya tanto de menos, y digo adiós".