Jueves, 10 de Julio 2025
Entretenimiento | Defensor de la escala humana, Quijano Axle enaltece la vida en los barrios

ROSTROS VILLA PANAMERICANA: Edificio Juan Manuel II, de Augusto Quijano

“Regenerar esa escala humana y esa vida urbana”, es lo que hace grande del proyecto de la Villa Panamericana a estar lista en 2011.

Por: EL INFORMADOR

Por: Ana Guerrerosantos.

Foto: Saúl Núñez.

Destacado: Para Quijano Axle, los proyectos arquitectónicos son como el amor: “Realmente nunca se deja de pensar en la persona que se quiere. En este caso es lo mismo: uno va caminando y pensándolos”.

Generar espacios interiores libres y aportar el sello propio al planteamiento arquitectónico, son dos premisas de Augusto
Quijano Axle para el edificio Juan Manuel II, al que fue invitado a proyectar para la venidera Villa Panamericana de esta ciudad.

Yucateco por nacimiento pero mundial por trascendencia y reconocimiento profesional, forma parte del grupo de seis arquitectos invitados por preselección a la renovación de la zona del Parque Morelos, entre los que también figuran otros dos mexicanos: Fernando González Gortázar (Guadalajara) y Alberto Kalach (Distrito Federal), así como los internacionales Carme Pinós (España), Mathias Klotz (Chile) y Rick Joy (Estados Unidos).

Y como él dice: “Lo interesante es que como en un conjunto de jazz, hay un bajista, un baterista, un pianista y alguno tendrá su cierto solo en algún momento dado”, puesto que a este conjunto se han sumado desde hace meses, siete despachos tapatíos que también proyectarán en la zona.

Por tanto, con su marcada entonación yucateca, Quijano Axle añade que en esta orquestación habrá quienes marquen el ritmo, quienes solamente acompañen por momentos “sin hacer piruetas”, pero finalmente siempre manteniendo los compases de la melodía ya que de otra forma esto se convertiría en Babel.

Entonces, “hay que buscar al menos la paleta de materiales, un sentido a lo que estamos haciendo y creo que muchos tendremos que modificar nuestros proyectos, (para lograr) el esquema de la canción”. Y lo que menos le preocupa a él, proveniente de uno de los estados de la República donde extrañamente existe unidad en su gremio, es el ponerse de acuerdo. Sucede que “en Mérida lo hemos intentado y te pones de acuerdo y punto. Lo hemos hecho hasta en grupos de cinco despachos de arquitectos, y si hay un principio sólido, todo llega a buen camino”.

Definición del proyecto

Creador de una arquitectura sincera y para efectos de la Villa Panamericana, racional, el edificio de Quijano Axle “está puesto de tal manera que así debe de ser, como que es propio del lugar”. Explica que está planteado desde una arquitectura correcta, sin piruetas formales, pero siempre pensando en lo que pide el sitio.

Por tanto, una vez cumplidos los requisitos en cuanto a dimensiones, se resolvió darle a los departamentos “la sensación de ver al exterior”. Así, mientras la norma exigió un 80% de planta ocupada, el proyecto de Quijano ocupa solamente  60% del terreno. “Y en volumen teníamos un coeficiente de utilización del suelo de 5.5 veces, y sólo ocupamos 4.9 veces”. Entonces, al darle una densidad menor al edificio, se logra la generación de espacios interiores libres, a la vez que dinámica a los espacios entre sí.

“Creo que los proyectos deben ser más de concepto que de forma -subraya-, el planteamiento es lo que hace realmente a un proyecto y no tanto que si tiene la ventana verde o amarilla. Esos son formalismos y es como el ser humano: es más importante el alma que lo que traemos encima. Puede cambiar la camisa azul o verde, de rayas o lisa, pero el partido arquitectónico es lo más importante: que uno pueda aportar un patio, un espacio abierto, lo demás es lo de menos”. Dicho de otra manera, “no es solamente resolver la manera en la que el edifico enfrenta el parque, sino que también tenga corazón”.

¿Cómo se logró esto? Pues con la realización de varias y varias maquetas en las que se exploraron diversas posibilidades; la intervención de fotografías aéreas en las que se sembró el edificio “para ver qué sucedía”; la producción de una generosa cantidad de fotografías dibujadas, maquilladas y arregladas, hasta que “fuimos llegando a lo que sabemos hacer: proyectos con un planteamiento muy claro, aparentemente muy sencillo pero que en el interior también gozan de cierta complejidad”.

Y esto, aunque suene elemental, habla de departamentos cuyos espacios son intercambiables. Sí, si la demanda requiere llevar un departamento de dos a tres recámaras, se puede, si la petición es llevar uno de dos recámaras a una, también se puede, transformando su planta original sin modificar las instalaciones del edificio.

Cuenta Quijano Axle que para la creatividad arquitectónica siempre hay un camino porque “uno nunca deja de pensar en los proyectos, es como el amor, realmente nunca se deja de pensar en la persona que se quiere. En este caso es lo mismo: uno va caminando y pensándolos”.

La escala humana

Defensor de la escala humana, Quijano Axle enaltece la vida en los barrios. “Regenerar esa escala humana y esa vida urbana”, es lo que hace grande del proyecto de la Villa Panamericana a estar lista en 2011. “Es un lugar con cierta consolidación -dice- que tuvo infraestructura, transporte, mercados, vida cultural, iglesia, todo está cerca, sólo hay que ponerlo al día para lograr esa manera de vivir a una escala humana, no a escala vehicular”.

Además, subraya que “el famoso zoning de los urbanistas de los sesenta y cincuenta, de zonificar la ciudad por vivienda, industria, trabajo, etcétera, se vio que fue un fracaso. El urbanismo actual es a base de muchas intervenciones puntuales en ciertos lugares para regenerar una ciudad. Creo que ese es el urbanismo actual, no grandes zonificaciones que sólo beneficiaron al automóvil”, acota.

Tapatío

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