Prueba de manejo Mazdaspeed 3

Quien lo ve así, en la calle, difícilmente adi

vinará lo que este pequeño compacto japonés esconde bajo su cofre. Y mucho menos sabrá qué es capaz de hacer. Pero este auto de apariencia tal vez bien portada, tiene los argumentos para hacer tragar polvo a más de uno con credenciales mejor conocidas y más abolengo. Señoras y señoras, conozcan el Mazdaspeed 3.

El segmento en el que se ubica este auto, ha estado creciendo en los últimos años. De estar virtualmente desaparecidos, los “hot hatches” volvieron con gran fuerza y hoy tenemos en México a coches tan rápidos y divertidos como el Mégane Renault Sport; el Focus ST; el Astra turbo y el rey del segmento, el Volkswagen GTi. Hay otros como el Serie 1, el A3, el MINI o el Civic Si, pero no encajan 100 por ciento dentro de la categoría. El Mazdaspeed 3 llega para desafiar a los líderes, como lo han intentado todos los demás. Y vaya que es capaz de hacerlo.

Por fuera, será necesaria alguna atención para percibir las diferencias entre el Mazda 3 hatch y el Speed 3. Éstas se encuentran más que nada en las fascias delantera y trasera, además de los rines de diseño exclusivo y diámetro mayor. En su interior, los asientos de cubo y los logotipos Mazdaspeed muestran que este no es cualquier Mazda.

El espacio delantero y la posición del conductor son buenos, como debe de ser en un deportivo. Atrás, tal vez precisamente por tratarse de un deportivo, no hay abundancia de área libre para las piernas y los hombros sólo estarán a gusto si hay dos pasajeros, no más. Los materiales del tablero y consola son aceptables, pero tal vez esto ya no sea suficiente para luchar con autos que sobresalen en este renglón, como el Focus ST, el Astra y, principalmente, el GTi. Los plásticos rígidos abundan y los ruidos internos también están más presentes de lo que nos gustaría.

En la hora de la verdad, empero, el Mazdaspeed 3 brilla. Primero, con el sonido ronco y fuerte de su motor, que invita a jugar. Es que es muy difícil resistir a este llamado de la máquina de cuatro cilindros, con 2.3 litros y nada menos que 263 caballos de fuerza, conseguidos gracias a la turbo compresión. Pise el acelerador y la respuesta será no sólo sonora, sino efectiva. El coche salta hacia delante con bríos y, hay que decirlo, con una inmensa sensibilidad de la dirección al empuje del par motor. Hay que sostener con fuerza el volante, para estar seguros que el auto irá donde queremos ir, no hacia otro lado. Para disminuir ese efecto, Mazda creó un sistema computarizado que hace que, en caso de que las ruedas no estén perfectamente alineadas hacia enfrente, el impulso del torque sea algo menor. En la práctica, se sigue sintiendo lo que en el argot automotor se llama “torque steer”, es decir, ante la fuerza rotatoria de la máquina, el volante se desgobierna. No es nada que no se puede controlar, hay que dejarlo en claro, pero nos recuerda que los autos, aún más los que tienen mucho poder, como éste, deberían tener la tracción donde Dios manda, es decir, en las ruedas traseras.

La caja de cambios tiene seis velocidades y es manual, lo que contribuye para que el coche se sienta sabroso de conducir. Sin embargo, podría ser algo más precisa. En arranques rápidos, engranar de segunda a tercera puede terminar con que pusimos la quinta velocidad y entonces… adiós diversión. Esa imprecisión mata un poco el buen comportamiento de una caja de cambios cortos, que ayudan a sacar lo máximo de la máquina.

Los frenos son enormes y muy eficientes. No hubo señales de fatiga e hicieron su trabajo con ganas durante nuestras pruebas. Un punto muy fuerte del coche.

La dirección, bueno, ya hablamos de su debilidad ante los embates del torque, también debemos decir que no es cómoda en ciudad, mostrándose demasiado dura. Pero en la medida en que la velocidad aumente, este rigidez se agradece. La suspensión opera de la misma manera, siendo dura para los que buscan confort, pero no tanto como otros autos del segmento. Hay que reconocer que, quien quiere confort, busca otras versiones, no el Speed 3.

Porque la ventaja de esa suspensión más rígida, con barras estabilizadoras más gruesas y amortiguadores más duros que el Mazda 3 convencional, muestra su eficiencia en las curvas. El coche es de una estabilidad digna de nota. Es difícil rebasar sus límites y, si bien el coche no es tan preciso como otros, como el MINI por ejemplo, sí es ágil, rápido y agradable. De hecho, es mucho más rápido que todos los demás del segmento, por lo que si es velocidad lo que se busca, éste es su auto, punto final.

Nos sigue pareciendo raro que un coche tan orientado hacia la deportividad, tenga cinco puertas en lugar de tres. Pero este es el estilo del Mazdaspeed 3, lo ames o no. Le falta algo de refinamiento general, en el interior, en su construcción y en el conjunto mecánico. Pero la tarea de andar rápido en cualquier pavimento, la hace como pocos. Y en su segmento, más bien la hace como ninguno. Para muchos, esto será todo lo que importa.


Ficha Técnica
Mazda Speed3

Motor: Frontal transversal; cuatro cilindros en línea; 2.3 litros de desplazamiento; Turbo-cargado; 16 válvulas; con inyección de combustible directa. Potencia: 263 cv @ 5,500 rpm / Torque: 280 libras-pie @ 3,000 rpm.

Tracción: Delantera.

Transmisión: Manual de seis velocidades (6+R).

Suspensión: Delantera – Independiente, de tipo McPherson, con resortes helicoidales y barra estabilizadora. Trasera – Independiente, de tipo Multilink, con resortes helicoidales y barra estabilizadora.

Frenos: De discos ventilados adelante y de discos sólidos atrás, con sistema antibloqueo (ABS), asistente de frenado (BA) y distribución electrónica de la fuerza de frenado (EBD).

Dirección: De piñón y cremallera, con asistencia hidráulica.

Dimensiones y capacidades:
Largo / Ancho / Alto (mm)
4,490 / 1,765 / 1,465
Distancia entre ejes: 2,640 mm
Peso: 1,434 kilogramos.
Tanque- 55 litros.
Cajuela- 484.2 litros.

Precio: 289,990 pesos

Resultados de la prueba realizada en el Autódromo Guadalajara:
Aceleración de 0 a 100 km/h: en 6.71 segundos
Frenado de 100 km/h a cero: en 41 metros
Cuarto de milla: 16.10 segundos a 142.9 km/h
Velocidad máxima observada: 220 km/h

EL INFORMADOR/Sergio Oliveira