Luis Ignacio llevará la samba a Corea

GUADALAJARA, JALISCO (22/OCT/2015).- Cuando su padre, Luis Gómez Chávez, ponía en su automóvil canciones del género clásico o ranchero, Luis Ignacio Gómez López —ahora de 10 años de edad— descubrió que la música era su pasión. Por esos sus padres lo inscribieron a la Academia Musical Yamaha, donde ha estado aprendiendo los últimos seis años y compuso un tema que fue seleccionado de entre 40 mil propuestas para el concierto Asia-Pacific Junior Original Concert que el próximo 8 de noviembre se realizará en Seúl, Corea del Sur.

“Desde chiquito siempre he sentido una atracción muy grande por la música. En la Academia de Yamaha me metí a los cuatro años de edad y me ha gustado mucho el progreso que llevo. Poder componer junto a mi maestro César (Delgadillo Álvarez)”, explica el pequeño, quien fue seleccionado gracias a una canción de samba.

El joven prodigio cuenta, en entrevista con este medio, que eligió este género porque le encantó desde que lo escuchó, aunque también le gustan los valses y la balada.

“Me han dicho que siempre componga, que haga lo que me gusta. Llevo seis años aquí y la verdad me ha gustado mucho, inicié desde cero y no he parado. Siempre me gustó estar participando”, dice con entusiasmo Luis.

Aunque apenas se trata de su segunda composición, el pequeño indica que componer es fácil, porque cuando eres “chiquito tienes mucha inspiración y muchas ideas”.

Gómez López, quien ya se ha presentado en escenarios como el Teatro Degollado, asegura que está muy emocionado por el recital que ofrecerá en Seúl, ya que es interesante conocer una nueva cultura y otro continente.

“La música es para ti como tú quieras hacerla, tú le pones tu propio grado de dificultad y eliges lo que quieres hacer con ella”.

No hay duda... a Luis Ignacio le gusta la música, pero la que lo tranquiliza es —para sopresa de muchos— la electrónica pop; el ritmo lo pone de bun humor. Y si de un instrumento se trata, lo que más disfruta es tocar el Electone, “porque es más fácil, me relaja más. Las posiciones en violín son un poco difíciles, especialmente cuando vas aumentando la velocidad”.

Sobre otros pasatiempos, el pequeño dice que es un fan de la tecnología y que le agrada estudiar programación. Pero no hay vuelta de hoja, Luis Ignacio tiene perfectamente claro lo que hará “cuando sea grande”, y eso es seguir su sueño, el que ya ha comenzado a trazar: “Me gustaría ser músico”. Y bueno, hacia allá va.

Una aguja en un pajar

César Delgadillo Álvarez, maestro de Luis Ignacio Gómez López en la Academia de Música Yamaha DEMO Guadalajara, detalla que el ganador forma parte de un curso especializado en donde los menores desarrollan sus propias obras. “Ellos tienen un concurso a nivel mundial en donde cada año llegan 40 mil composiciones a la fundación Yamaha, que está en Tokio (Japón), las cuales participan para ser seleccionadas en el concierto internacional Asia-Pacific Junior Original Concert”.

El profesor agrega que sólo se eligieron 15 obras, una de ellas la de Luis Ignacio, cuya composición fue hecha en el órgano Electone, un instrumento de Yamaha que es un compendio de todos los instrumentos musicales que puedan existir, inclusive los autóctonos o tradicionales.

“Luis decidió componer en ritmo de samba, la interpreta en este instrumento, el cual está emulando todos los sonidos tanto melódicos, armónicos y de percusiones, como si estuviera tocando en vivo los instrumentos de una samba”.

El juego como sistema de aprendizaje

Luis Gómez Chávez, padre de Luis Ignacio, agradece el apoyo que ha recibido por parte de la Academia de Música Yamaha DEMO Guadalajara (ubicada en Av. México 2375), pues siempre han estado al pendiente del cuidado, seguimiento y desarrollo de los niños.

“Desde que entramos nos platicaron que entran (los niños) tan chiquitos porque aprenden jugando, realmente no se lo toman tan en serio; se ponen al nivel de un niño y en su lenguaje les infunden el gusto por la música”.

De esa forma, poco a poco los instructores van percibiendo las habilidades de los menores y los ayudan a potenciarlas, ya sea con el programa de composición o en algún otro instrumento musical.

Gómez Chávez cuenta que decidieron meter a Luis Ignacio a la institución porque él les pidió estudiar música. “Estuvimos buscando escuelas, hasta que dimos con ésta y nos recibieron muy bien... con los brazos abiertos, y desde entonces —hace seis años— estamos aquí”.

El padre de este talentoso chico destaca que un aspecto fundamental en la formación del menor han sido las prácticas que hace en casa, ya que son el seguimiento de lo que realiza el día que acude de la semana.
Sobre el gusto musical de Luis Ignacio, Gómez Chávez advierte que probablemente le viene por herencia, porque su suegro y cuñadas estudiaron instrumentos musicales, como violín y guitarra.