Miércoles, 09 de Julio 2025
Entretenimiento | Seis directores de museos que trabajan por amor al arte

Los personajes: Los miembros de la cara cultural de Guadalajara

Administración tras administración, el presupuesto anual que les es otorgado disminuye a ceros.

Por: EL INFORMADOR

Por: Eduardo Sánchez y Alejandra Guillén.

Fotos: Alonso Camacho.

Con motivo del Día Internacional de los Museos (a celebrarse mañana, 18 de mayo), Tapatío convocó a los seis directores de los recintos culturales que dependen del Ayuntamiento de Guadalajara para que cada uno de ellos –cinco mujeres y un hombre-, sentados en torno a una mesa, platicaran acerca de su experiencia al mando de estos sitios.

Y, de paso, la reunión sirvió para que expusieran las condiciones de trabajo en las que se encuentran y las (grandes) vicisitudes a las que tienen que enfrentarse día con día. Aunque son funcionarios públicos, su situación hace que no entren en lo que comúnmente se conceptualiza como burócrata.

De igual manera, aprovecharon este medio para hacer una invitación a los pobladores de la capital jalisciense que poco los visitan.

A pesar de que su trabajo “no conoce los días festivos ni los de descanso y te mantiene ocupado más de 24 horas al día”, según detallan Giovanna Ibarra (Museo Raúl Anguiano), María Auxilio (Globo Museo del Niño), Dolores Ibarra (Museo del Periodismo y de las Artes Gráficas), Patricia Urzúa (Museo de la Ciudad), Diana Solórzano (Museo de Paleontología) y Marco Antonio Hernández (Casa Museo José López Portillo), los seis concuerdan en que, como dice el dicho popular, lo suyo es puro amor al arte.

Lo complicado viene cuando el Ayuntamiento no presta oídos a sus peticiones. “Parece que no entienden que cada uno de nosotros tiene necesidades muy específicas. No es lo mismo atender a un público infantil que buscar la forma de traer buenas exposiciones a la ciudad. El simple hecho de ser instancias gubernamentales debería ser suficiente para tener el mismo peso que cualquier otra oficina. Sin embargo, nosotros, los de cultura, somos el ‘patito feo’ del gobierno”, aseguran.

Administración tras administración, el presupuesto anual que les es otorgado disminuye a ceros. Y ante este contexto poco animador, se han visto en la necesidad de desarrollar capacidades cuasi mágicas para continuar con las puertas abiertas al escaso público –hacer actividades dentro de los recintos, como talleres y cursos, con el fin de buscar un ingreso extra, por ejemplo-.

Ellos se las tienen que arreglar para estirar el dinero y pensar la mejor forma de invertirlo, en función de las necesidades primarias que haya por cubrir en sus museos. Por desgracia, hay veces en que termina el año y siguen con la bodega llena de proyectos que no alcanzaron a ver la luz.

A continuación, cada uno de los representantes del frente cultural de Guadalajara explica en qué consiste su labor:

Patricia Urzúa, en busca de mayor público

“Disfruto de mi trabajo como promotora cultural, pero sí he encontrado un cambio drástico en la cuestión administrativa de cuando era directora general de difusión en la Secretaría de Cultura. Allá, aunque había trabas y burocracia, no son tantas como en el ayuntamiento. Aquí es casi imposible lograr las metas. Mi trabajo consiste en crear público, y creo que los seis que estamos aquí somos personas de vocación.

Hay que buscar la manera de destrabar los detalles y que las cosas fluyan. Por fortuna, en el Museo de la Ciudad tenemos mucho público. Me gusta el trabajo con niños, pues es más fácil educarlos en la cultura.

Tenemos muchos proyectos que no se han podido desarrollar por la falta de conocimiento por parte de las autoridades de las necesidades que cada uno de nosotros tenemos. Es inminente tener cultura en la ciudad para hacer mejores ciudadanos. A veces tenemos que salir a la calle a provocar público porque no existe una estructura de difusión dentro del Ayuntamiento”.

María Auxilio, todo sea por los niños

“Cuando los hay, mi función es administrar los recursos correctamente en el Globo, tanto los económicos como los de personal. Si bien el museo no cuenta con una colección de obras, sí cuenta con exhibiciones interactivas que de igual forma necesitan de mantenimiento, que estén siempre en función, a pesar de que hay algunas que no están como en un inicio por falta de dinero; hay pérdidas pequeñas que hay que vigilar para que no se conviertan en grandes para el museo.

Hemos logrado una buena administración de los escasos recursos: estamos actualizados en el manejo de los bienes patrimoniales, el personal y los recursos financieros. El personal es muy importante para el funcionamiento de un museo. Procuramos, en la medida de lo posible, que las exhibiciones y los talleres cambien mes con mes para mejorar el contenido educativo de lo que mostramos.

Lamentablemente, tenemos que hacer siempre las cosas pensando en cómo ahorrar dinero. Si eso es lo que sucede en un solo museo, las cosas se complican todavía más siendo seis a los que se les tiene que dar atención”.

Diana Solórzano, paleontolo ¿qué?

“Tuve la suerte de estar en el museo desde que inició y gracias a eso pude formar mi equipo de trabajo: todos saben paleontología. Pero nuestro caso es muy especial, pues hay personas en todo Guadalajara que no saben ni siquiera pronunciar el término.

Lo interesante es que Jalisco es riquísimo en paleontología. Tenemos una colección creada por el ingeniero Federico Solórzano hace más de 60 años y, por fortuna, les interesó (a la gente del Ayuntamiento) que fuera mostrada. La función de nuestro recinto en la ciudad es ser un museo de ciencia; es el único.

Nosotros podemos poner lo que queramos en nuestro presupuesto, clavo por clavo. El problema es que los regidores no conocen los museos. Así que no entiendo cómo aprueban los presupuestos”.

Dolores Ibarra, contra la apatía de los tapatíos

“Hace siete años que estoy al frente del museo, pero a inicios de 2007 dejó de ser un patronato. El Museo del Periodismo nunca ha tenido un techo financiero formal, no hay dinero para moverse durante el año. EL INFORMADOR nos apoyaba; estaba al pendiente del mantenimiento y patrocinios. Pero la nueva administración del Ayuntamiento no ha definido muchas cosas. Desde que inició, ya no tenemos acceso al dinero de taquilla y hemos tenido que despedir a varias personas, pero estoy empeñada en que es un espacio que debe de permanecer abierto; es un museo único en su tipo. La apatía de los tapatíos es grande, son pocos los que acuden a los museos a pesar de todo el esfuerzo que le pongamos nuestro trabajo”.

Giovanna Ibarra, dinero con letreritos

“El paquete incluye todas las labores administrativas. Pero además, mi función es resguardar las piezas que alberga el Museo Raúl Anguiano: conservación, promoción de los valores artísticos y culturales. En mi caso, hay dos colecciones y debo de mostrarla, igual que la de Ciudad de Guadalajara, que se encuentra repartida en algunas dependencias del Ayuntamiento. Formar público y desarrollar labores educativas son otras de las tareas primordiales.

Disfruto de mi trabajo, pero la administración pública es muy complicada; no tengo la capacidad de administrar los recursos económicos como lo haría de manera privada, ni de ahorrar para destinarlo a cada rubro que hay que cubrir. A veces el dinero viene con letreritos y hay que usarlo para lo que en él se dice. Pero en otras ocasiones el letrerito no trae dinero”.

Marco Antonio Hernández,  un espacio para el arte joven

“Llevo 13 años (cuatro como director) en la Casa Museo López Portillo y mi labor ha sido ardua y dura. El 10 de mayo cumple 26 años trabajando y, en los últimos tiempos, he tratado de enfocar el museo hacia la música y las artes plásticas, principalmente que sean los exponentes jóvenes los que tengan mayor protagonismo.

Además de las salas de exhibición permanente, hay una en la que mes con mes expone un artista plástico tapatío. También, hay varios talleres de música gratuitos. Y desde hace poco tiempo, dos artistas han hecho del museo un laboratorio en el que se han gestado varios proyectos interesantes.

Uno de los objetivos del museo es que los visitantes descubran, a partir del inmueble, algo de la historia de Guadalajara y a la vez se involucren con lo más novedoso del arte en la ciudad”.

Como museos, ¿es un problema ser una dependencia de gobierno?

Sí. Pero especialmente cuando el tema a tratar es la cultura. No puedes generar partidas y tratar de la misma forma a una oficina de Padrón y Licencia que a un museo, sobre todo porque somos seis con distintas vocaciones. Nos llamamos museos todos, pero en general cada uno tiene sus actividades y su forma de trabajo que son distintas entre nosotros. Tenemos necesidades diferentes. Pero lo malo es que ni siquiera podemos echar mano del dinero de taquilla para sustento; todo se va para Tesorería y nunca regresa a los museos. Definitivamente, no es lo mismo pertenecer al Ayuntamiento de Guadalajara que, por ejemplo, al Instituto Nacional de Bellas Artes.

¿Y hacen reuniones entre ustedes para llegar a posibles soluciones de la problemática por la que pasan?

No las suficientes. Apenas empezamos con esto desde hace un mes. Hubo un lapso importante durante la administración pasada en la que dejaron de convocarnos a los directores de los museos. Antes se hacían mes con mes, pero eso fue hace más de cinco años. Posteriormente, las juntas se realizaban con menos frecuencia y sólo para acordar las directrices que deberíamos de seguir, así como la administración de los recursos financieros, pero nunca se pensó en la manera de colaborar en conjunto. Fue a partir de nuestras propias inquietudes de resolver este problema que decidimos reunirnos de nuevo. Todos estamos de acuerdo en que son diferentes las vocaciones de cada uno de nuestros museos; cada uno tiene sus necesidades. Pero conforme ha pasado el tiempo, lo que se ha hecho común son nuestras inconformidades. Los museos son la cara cultural de las ciudades y tratamos de hacer lo mejor que podemos. Si van a cualquiera de los seis museos, se podrán dar cuenta que están limpios y en buenas condiciones.

Ya es tiempo que en el Ayuntamiento nos empiecen a ver de una manera distinta. No somos dependencias como Desarrollo Social o Tesorería que funcionan únicamente para dar servicio y tienen muy esquematizado su trabajo. Nosotros, como instituciones culturales, obedecemos a necesidades propias. Correspondemos a la cuestión humanística de la ciudad. No nos podemos regir como una oficina administrativa simplemente. Aparte de ser directores, somos custodios y promotores constantes de la cultura en la sociedad; respondemos a las necesidades de los artistas, que son el tercer ojo de la comunidad.

Las necesidades de cada uno son tan diferentes que es imposible tratar de englobarlas. Sería importante que hubiera alguien del gobierno que tuviera claro que la cultura es inversión.

No importa qué tan grande sea el museo porque cada espacio es digno y merece ser tomado en cuenta por las autoridades, finalmente son su responsabilidad. No hay museos de dos o de cinco estrellas. Pero lo más extraordinario es que, sin importar hasta qué grado de carencias lleguemos, vamos a seguir funcionando bien.

¿Entonces es necesario buscar recursos por parte de la inversión privada o es el Ayuntamiento el que debe de resolver el problema?

El Ayuntamiento, principalmente. Somos museos del Ayuntamiento y, como organismo rector, debe de tener esa responsabilidad de seguirlos conservando, de menos para su funcionamiento básico. También es nuestro deber como directores gestionar el enriquecimiento de los museos.

Todos los directores buscamos patrocinios y algunos se han logrado; de no ser por eso, probablemente estarían más abandonados. Lamentablemente, en la sociedad y en la iniciativa privada, no existe la cultura de donación o patrocinio. Pero México como país no ha hecho que sea atractivo que el ser donador o patrocinador. Y a eso hay que sumarle que nosotros no tenemos los mecanismos para recibir esos donativos. Las mismas personas del Ayuntamiento nos ponen trabas al momento de tratar de hacer un convenio con cualquier empresa. Lo único que puede recibir el patrocinador es un espacio y en ocasiones hasta se les quiere cobrar por ello.

¿Qué tipos de museos tenemos en Guadalajara?

Tenemos los museos que se han creado por voluntades políticas y que se mantienen por voluntades extraordinarias.

¿Y qué es lo que los ha motivado a no tirar la toalla en medio de esta situación tan precaria?

Creemos en nuestros proyectos, aunque seguramente los seis tenemos ascendente de alguna cosa rara filantrópica; somos algo masoquistas (risas). La realidad es que nos gusta lo que hacemos y no perdemos las esperanzas de que algo mejore.

Tapatío

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