Lunes, 21 de Octubre 2024
Entretenimiento | De Pedro Almodóvar

Los abrazos rotos genera veneración y decepción en Cannes

La primera proyección de Los abrazos rotos ha sido recibida hoy en Cannes con división de opiniones

Por: EFE

CANNES.- La primera proyección de "Los abrazos rotos" ha sido recibida hoy en Cannes con división de opiniones, desde los que la consideran merecedora de premio hasta los que aseguran que se han encontrado con un Álmodóvar en baja forma.

"Es una de las historias más profundas rodadas en Europa en los últimos años", comentaba a Efe un periodista holandés. "Me ha fascinado que, además de tener referencias a otros directores, esta vez se haya homenajeado también a sí mismo. Hay escenas que son ya clásicos", añadía.

Una periodista italiana, en cambio, aseguraba que "la construcción del filme es genial, pero no sé cómo funcionará con el público. Creo que, aunque es una película muy sentida y muy vivida, quizá se aburran un poco".

Y el periodista del Daily Mail, el mismo que reprochó a Lars Von Trier haber realizado "Anticristo", agradeció al director manchego su "provocación, en el buen sentido".

Pedro Almodóvar, en cualquier caso, desplegó su saber estar y su mejor sentido del humor en la rueda de prensa, acompañado por todo el equipo de la película, entre ellos Penélope Cruz, que acudió a pesar de estar pasando una gripe.

"Es una gripe normal, pero aun así me hace sufrir mucho", dijo entre bromas la actriz ganadora del Óscar.

"Tenemos aquí a tres premios de interpretación en Cannes". Así introdujo Almodóvar a Cruz, Blanca Portillo -ambas galardonadas por "Volver" (2006)- y José Luis Gómez -premio por "Pascual Duarte" en 1966. Rubén Ochandiano, Lluís Homar, Agustín Almodóvar y Tamar Novas también acudieron a Cannes.

Respecto a sus expectativas en el palmarés, Almodóvar aseguró: "Me voy a ir el viernes para no dar la sensación de estar esperándolos. Pero estoy dispuesto a volver el domingo, aunque sea para entregar el premio al mejor actor o al mejor director".

Continuamente halagado por su dirección de actores, Almodóvar reconoció que para ello "basta con entender un poco a los seres humanos. Alguien que no se entiende con las personas difícilmente puede ser un buen director".

"Hay un acuerdo tácito que me permite meter la mano en zonas muy íntimas y a veces muy dolorosas de mis actores. La clave está en ellos. Aunque parezca que una escena es absurda o bordee el ridículo, una interpretación realista consigue que funcione", prosiguió.

"Y yo, que soy muy tímido, a veces si es necesario hago todos los papeles en el escenario. En una película, que no voy a decir cuál es pero era mi quinta película, llegué a hacer un cunilingus a una actriz para enseñarle al actor cómo tenía que hacerlo", aseguró entre risas.

Almodóvar quiso también homenajear, como en "Los abrazos rotos", a "Mujeres al borde de una ataque de nervios" (1988). "La fertilidad de ese guión ha sido increíble", confesó. "Además, sus fantasmas me han acompañado durante este último rodaje".

"Se están llevando a cabo ahora dos adaptaciones. Una para la FOX en forma de serie de televisión, que tienen idea de que sea una infinita y ojalá lo consigan", explicó.

"La otra es un musical de Broadway. El 10 de junio iré a los primeros ensayos".

Entrevista a Almodóvar

Con dura competencia en la carrera hacia la Palma de Oro, entre nervios y compromisos, Pedro Almodóvar avanzó a Efe en Cannes que ya tiene varios proyectos en marcha, entre ellos, una película sobre un tema al que nunca antes se había acercado: la Guerra Civil española.

¿En qué momento el universo "almodovariano" se topa con la guerra?

Respuesta.- Es verdad que nunca pensé que fuera a hacer una película sobre la Guerra Civil. Pero es un tema que, aunque no tenga ningún familiar en ninguna cuneta, lo siento muy cercano. Quiero hacer algo especial. No va a haber tiros, no va a haber contienda. Se va a hablar de otras cosas, de seres que ahora viven y que en ese momento eran muy jóvenes. No sé cuando lo haré, pero lo tengo allí y estoy ya estoy escribiendo.

 ¿Va a ser una historia original tuya?

R.- No. De hecho ya tengo un libro comprado de Marcos Ana ("Decidme cómo es un árbol"), un superviviente de la cárcel franquista. Estuvo 25 años allí, desde muy joven. Salió con 42 y había entrado con 16, así que le tocó la guerra de adolescente. Esta película no sé si podré hacerla, pero me gustaría, aunque sea por respeto a él, que es un hombre maravilloso. Quiero hacerla mientras él viva, porque me preocupa mucho el tema de la memoria histórica, dado que la ley actual no me parece la manera más adecuada de llevarla.

  Este proyecto, ¿vuelve a ser, como siempre, uno entre tantos?

R.- Ahora mismo estoy dividido entre varias historias. Tengo también una comedia, que como todo el mundo me pide me siento casi obligado a hacerla. Tampoco sé si me saldrá, pero voy bastante avanzado. Y después tengo otra, que es la que ya he terminado el primer borrador y que probablemente sea mi próxima película. Hasta el final no sabré cuál hacer. De la comedia tengo ya el ochenta por ciento. Es una historia que está divertida pero necesito algo más. No sé si contaré en ella con Penélope, pero volveré a trabajar con ella más adelante, por supuesto.

Estos días en Cannes, tu nombre suena por encima de maestros verdaderamente influyentes del cine mundial. ¿Te sientes orgulloso?

R.- Eso dicen los periódicos. Yo lo veo con cierta distancia y cierta perplejidad. Pero desde hace ya bastantes años, aunque suene raro, el mercado francés es nuestro primer mercado. Todas mis películas hacen más dinero en Francia que en España, a pesar de ser subtituladas. Aquí he leído que "realmente los más importantes están por venir", hablando de Tarantino, Von Tier y de mí. Me gusta leerlo, pero por otra parte una vez leído eso desaparece, porque las dificultades para las películas son siempre las mismas. Las películas tienen que gustar al público y eso siempre es un milagro que no se sabe cuándo y cómo se establece.

¿Y las críticas?

R.- Los críticos te pueden ayudar si dicen cosas interesantes sobre la película, que también es algo misterioso. Como aquí la película se estrena en Francia ya, sabemos desde la distribuidora muchas de las críticas y son todas, exceptuando "Le Monde" que es el único que es mixto, son maravillosas.

En España las cosas son un poco distintas. ¿No eres profeta en tu tierra?

R.- ¿Sabes lo que pasa? Que me da igual el éxito que yo tenga o no tenga en España, que por otra parte creo que me va muy bien. Es verdad que me va mejor fuera, lo puedes ver. Pero mi tierra es aquélla y mi lengua es aquélla. Entonces he decidido desde hace mucho tiempo trabajar en nuestra lengua y en nuestro país porque eso es independiente de tener éxito allí o no tenerlo. Es algo más trascendente que eso y de momento lo voy a seguir haciendo.

  Tanto prestigio, tanto halago, ¿no afecta a esa espontaneidad que forma parte de tu firma personal en el cine?

R.- Yo me siento totalmente espontáneo. Sigo siendo igual, el problema es que no tengo tiempo. No puedo más por una cuestión de salud, no es que me vuelva más antipático, pero inevitablemente me vuelvo más inaccesible, yo que soy una persona absolutamente accesible. Y creo además que hay que serlo, porque sino se pierde uno lo más importante de la vida, que es compartirla con los demás.

¿Esa inaccesibilidad marca que tus películas tiendan cada vez más hacia la gravedad?

R.- Supongo que sí. La mayor desgracia es convertirte en una "celebrity", no el éxito. El éxito es buenísimo. A él le debo libertad y hacer las películas que quiero hacer. Pero lo de ser famoso ahora mismo en España es una de las cosas que más han empobrecido mi vida. Yo ya no me muevo libremente por la calle y eso es terrible, un precio altísimo que reduce tu vida a una vida de interior. Mis películas son más interiores también ahora.

¿Tu vida y tus películas tienen muchos paralelismos?

R.- No digo que mi vida sea tan truculenta como mi cine, pero son las historias que me gusta contar, las más me atraen, con personajes muy en el extremo, en situaciones más complicadas. Son las que más me excitan, más me estimulan y también las que más curiosidad me provocan a la hora de profundizar en ellas, de conocer esos personajes a través de mí mismo.

Y en el sentido inverso, ¿cómo te cambia a ti el proceso de una película?

R.- La escritura es como una novela que la realidad te da la primera línea y el resto tienes tú que escribirla si quieres saber de qué va. No elijo los temas, me vienen las historias y yo me convierto en un "médium" para que salgan fuera. Después, trato de ser lo más honesto posible con el tratamiento que me piden. Pero cuando me piden, es como si fuera una persona que me está reclamando el estilo en que tiene que ser narrada.

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