La pintura y la figura de Diego Rivera, al desnudo en Mar del Plata

MAR DE PLATA, ARGENTINA.- Un insólito corto rodado por el pintor mexicano Diego Rivera junto a dos de sus amigos, un fotógrafo y un cineasta, es el eje central de un documental proyectado en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata que descubre nuevas facetas del genial muralista.

"Un retrato de Diego, la mirada revolucionaria", dirigido por Diego López Rivera y Gabriel Figueroa, nieto del pintor e hijo del camarógrafo, respectivamente, crea una retrospectiva de Diego Rivera basándose en un corto que rodó y protagonizó con motivo de la celebración de sus cincuenta años de carrera artística.

En 1949, Gabriel Figueroa, camarógrafo mexicano, convenció a Rivera para rodar un documental en conmemoración del medio siglo de la carrera del pintor y sumó a la iniciativa a un amigo común, el fotógrafo Manuel Álvarez Bravo.

Ese corto, que no se finalizó, es la base de un documental dirigido por sus descendientes que ofrece una nueva óptica sobre la pintura y la vida de Diego Rivera y profundiza en su relación con el cineasta y el fotógrafo.

Alternando las imágenes que rodaron los tres con fotografías, declaraciones de descendientes y amigos y vídeos de las obras de Rivera, el film ahonda en el "diegocentrismo" que supuso el periodo de esplendor de esas tres figuras clave del arte mexicano del siglo XX.

Un Diego Rivera pantagruélico que se interpreta a sí mismo, observando y plasmando en colores chillones la realidad de su país, es la figura alrededor de la cual gira este film que mezcla el género surrealista con el documental.

A lo largo de los ochenta minutos de la cinta el espectador repasa la obra del artista y puede comprenderla mejor gracias a las explicaciones de los narradores, el testimonio de sus herederos y las palabras de su segunda esposa, Frida Kahlo.

El documental muestra cómo Rivera inventó una pintura "hecha para verse en movimiento, encadenada, como fotogramas de cine", refleja su visión de la fotografía o la construcción de "Anahuacalli", el mausoleo que diseñó para él y para Frida Kahlo.

Curiosamente Kahlo tiene poco protagonismo en la cinta, pero su breve intervención, una grabación sonora, es vehemente.

"Es contradictorio, es caricia inmensa y descarga violenta", "a Diego se le vive dentro y fuera" o "Diego pinta siempre y seguirá pintando mientras haya mundo" son algunas de las reflexiones de la mujer que marcó al artista.

Los testimonios de escritores y artistas que trataron a Rivera, de su hija y de su nieto, completan un retrato humano y artístico de un hombre cuya impronta continúa presente en el arte mexicano.