Keith Richards, estridencia eterna

GUADALAJARA, JALISCO (16/SEP/2015).- El próximo viernes representa una fecha significativa para la música y, en especial, para la gran cantidad de fanáticos de los Rolling Stones; sucede que ese día está marcado para el estreno mundial a través de Netflix del documental más reciente sobre la vida y trayectoria de uno de los guitarristas de mayor influencia en la historia, “Keith Richards: under the influence”, dirigido por Morgan Neville —quien ganó el premio Oscar este año por “20 feet from stardom”—, pero la fecha es también señalada para la salida al mercado de su más reciente disco en solitario, “Crosseyed Heart”, el primero que graba este ícono del rock en más de 20 años.

Ahora, con “Under the influence” las pretensiones de Neville van más allá, pues lo que pretende es mostrar los sonidos e influencias de Richards “como compositor, guitarrista y artista”, por lo que no sólo se exhiben segmentos de la grabación de “Crosseyed Heart” sino, además, un recorrido por los Estados Unidos en el que el artista británico visita de nueva cuenta algunos sitios en los que estuvo décadas atrás al lado de los Rolling Stones, todo ello acompañado de anécdotas sobre la etapa inicial de su larga carrera.

Una influencia gigantesca

Nadie podrá acusar a Keith Richards de mantenerse estático. A lo largo de más de 50 años, él personifica un tercio —junto a Mick Jagger y Charlie Watts— de la asociación más longeva del rock en el mundo, pero ha alternado esa condición con proyectos propios, tanto en la producción como en la composición y la actuación; asimismo, muy pocos pueden, como este británico, jactarse de representar por sí mismos un estilo y un cruce de influencias que no pierde actualidad.

Para darse una idea de lo anterior, basta recordar que la revista estadounidense que lleva el nombre de su banda consigna que Richards es el cuarto guitarrista más importante en la historia (sólo detrás de Jimi Hendrix, Eric Clapton y Jimmy Page); pero eso no es todo, ese listado se elaboró gracias a la opinión tanto de críticos como de protagonistas de la industria musical y, más que nada, guitarristas en activo.

Escándalos y excesos

Es imposible referirse a Keith Richards sin atender a su leyenda como consumidor de drogas y dueño de una personalidad intempestiva que se refleja en innumerables declaraciones controversiales, desde la ocasión en que aseguró haber “inhalado” las cenizas de su padre o, más de cuarenta años atrás, cuando se refirió a uno de los discos más prestigiados de la historia (“Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band”, de los Beatles) como “basura”.

En palabras de Nils Lofgren –guitarrista de The E Street Band, banda que toca con Bruce Springsteen– el arte de Richards es que permite, en sus ejecuciones, que no se interponga la técnica “con lo que está sintiendo”, un buen modo de describir el talento particular (o “contenido emocional”, diría Lofgren) de un músico cuyo trabajo es de los más reconocibles en el orbe y que, ante todo, pudo desarrollarse bajo la amistad y tutoría de sus grandes maestros, Chuck Berry y Muddy Waters, a quienes rinde tributo en “Under the influence”.

Inicios y canciones

Richards nació en Dartford (Kent, Inglaterra), en 1943, y como su abuelo tocaba en una banda de jazz, en su infancia escuchó a Billie Holiday, Duke Ellington o Louis Armstrong, y su madre le regalaría poco después su primera guitarra; ahora, si bien estuvo bien enterado de lo que acontecía en la música popular de su país, el momento decisivo fue cuando –en 1960– conoce a Jagger, quien le “muestra” discos de Chuck Berry y Muddy Waters.

De este modo, lo que la historia consigna es la posterior conexión posterior con Brian Jones, los primeros proyectos truncados, el advenimiento de Watts como baterista y el nacimiento de los Rolling Stones –que toman su nombre de un tema de Muddy Waters–, que grabarían su primera producción en 1964 para comenzar una carrera de más de medio siglo que ha legado canciones legendarias como “Satisfaction”, “Angie”, “Gimme Shelter”, “Paint it black” o “Wild horses”, pero de igual manera composiciones del célebre guitarrista, como “Happy” (1972), “Memory motel” (1976), “Wanna hold you” (1983), “Slipping away” (1989) o “Thief in the night” (1997).

Si alguien quiere darse una idea de la capacidad de Richards y no ha asistido a un concierto de sus Satánicas Majestades, basta con recordar que Mick Jagger suele dejarle el escenario en algún momento para que interprete dos o tres temas; en cada ocasión, el artista deja en claro que también sabe hacer el papel  de ‘frontman’ con solvencia, sea con una pieza rítmica de rock o con una lenta balada.

SABER MÁS

Sus proyectos individuales

-“Crosseyed Heart” (2015)
-“Main Offender” (1992)
-“Talk is cheap” (1988)
Compilatorios/ en vivo
-“Live at the Hollywood Palladium” (1991)
-“Vintage Vinos” (2010)
Sencillos/ primera grabación
-"Run Rudolph Run” (1978)
 -”The harder they come” (1978)