Interpol refuerza sus lazos con México

CIUDAD DE MÉXICO (05/SEP/2010).- La relación de Paul Banks, vocalista del grupo Interpol, con la Ciudad de México, ha dado mucho de que hablar, y más tomando en cuenta que el músico vivió parte de su adolescencia en la capital del país. Lo cierto es que poco se ha dicho de lo que representó dicha experiencia en la formación artística del líder de una de las bandas de rock contemporáneo más importantes a nivel mundial.
Todo comenzó cuando Banks tenía tres años de edad, y su familia se mudó de su natal Inglaterra a Míchigan, para luego partir a Nueva Jersey y finalmente radicar en México.

Estudiante del Colegio Americano en la capital del país, e hijo de un alto ejecutivo de la industria automotriz, el roquero es recordado por sus compañeros de clase como un tipo curioso y hasta medio hippie.

Después de residir en Nueva York, en donde dio forma a lo que ahora es Interpol en 1998, Paul Banks regresó a su amado Distrito Federal en 2005 convertido en uno de los músicos más fructíferos de la llamada “escena indie”.

Aquella noche en el Salón Mexica del World Trade Center sintió la “aterradora” belleza que sólo una audiencia como la mexicana podría dar, luego de que el lugar estuvo a punto de colapsarse por la cantidad de gente reunida. “Ése ha sido el mejor concierto de mi vida, lo digo en serio, fue absolutamente hermoso, y aterrador también”, comenta Banks con una tímida sonrisa.

“Me inspiré y me formé en México. Ahí conocí una sofisticación que nunca experimenté. El ingenio de los mexicanos, sus juegos de palabras, la filosofía, la pasión, la alegría de vivir, la cultura refinada. Le debo mucho de mi personalidad y, probablemente, gran parte de mi éxito a lo que aprendí en México. No es broma”, afirma con seguridad el músico.

Las palabras del artista se da en el marco del lanzamiento del cuarto disco en estudio de Interpol, que saldrá a la venta el próximo lunes y que el conjunto presentará en el Festival Corona Capital, el 16 de octubre en la Curva 4 del Autódromo Hermanos Rodríguez.

— ¿Por qué titular de forma homónima el nuevo disco de Interpol?
— Nos pareció que el disco estaba totalmente terminado, igual que un sistema solar. El disco tuvo lo suficiente, la masa perfecta y un título habría sido una pieza de más. La música lo dice todo.

— Durante la producción del disco, Interpol vivió una etapa importante tras la salida del bajista Carlos Dengler, ¿cómo enfrentaron este proceso y cómo decidieron que Dave Pajo era la persona ideal para suplirlo?
— Sabíamos que Carlos se iría en algún momento. Nos comunicamos muy bien unos con otros, y hubo muchas discusiones sobre el tema antes de que nos anunciara que se iba, así que no fue una sorpresa. Pero como el álbum estaba terminado, quisimos promocionarlo y compartirlo con nuestros fans. Pajo fue el primer músico que contemplamos para asumir el rol. Es increíblemente talentoso y divertido.

— ¿De qué forma retribuyó a Interpol tu faceta solista?
— Fue muy satisfactorio hacer mi propio disco, y espero con ansia el siguiente. Hacerlo todo por mí mismo era la única manera de conseguir esas canciones pendientes por hacer. Me tomó mucho tiempo darme cuenta de que a veces sólo tienes que hacerlo. No se puede esperar que otras personas puedan obtenerlo contigo. Eso me enseñó mucho.

— Viviste un tiempo en Nueva Jersey, ¿cómo influyó ese cambio de residencia en tu arte, en tu música?
— Un lugar afecta tu estado de ánimo, tu equilibrio, tu perspectiva. Nueva Jersey fue el sitio donde por primera vez experimenté una completa soledad. Me permitió centrarme y desenredar algunas ideas que saturaban mi mente desde hace tiempo. Ahora estoy de vuelta en Nueva York.

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