Guadalajara y Chicago, en conexión directa

GUADALAJARA, JALISCO (17/ENE/2011).- A los fanáticos de Chicago no les preocupa entrar en la discusión sobre si la banda es calificada como de rock, de jazz, de progresivo u otra cosa. Para ellos lo trascendental es el espíritu que imprimen en cada canción, las emociones que guardan con cada palabra y la energía que conservan sobre el escenario. Y esos atributos fueron los que desplegaron hoy por la noche, en un concierto realizado en el Auditorio Telmex ante más de 8 mil fieles que acompañaron al conjunto a través de temas románticos, baladas y algunos de corte mucho más bailable pero siempre con una profunda huella nostálgica.

Chicago parece tener un mensaje que rebasa el tiempo y hace efecto al momento de hacerse de nuevos fanáticos entre generaciones jóvenes. Y es que el público estuvo compuesto por un amplio rango de edades, desde aquellos que siguen a la banda cuando ésta se formó allá por 1967, hasta quienes se han ido sumando de forma mucho más reciente.

Jóvenes de corazón

Con un escenario decorado de forma sobria, la banda saltó al escenario al punto de las 21:00 horas, atrapando los aplausos del público de forma instantánea. “Buenas noches Guadalajara, es un honor poder visitar la ciudad. Esta noche vamos a recorrer varios de nuestros principales temas, si sienten la necesidad de levantarse de sus asientos y bailar, no sea tímidos y háganlo, que a nosotros eso no nos molesta”, afirmó con una sonrisa Robert Lamm, tecladista, una de las voces y uno de los miembros fundadores de la banda, además de ser quien tuvo la mayor interacción con la concurrencia.

Wake up sunshine, Alive Again, Time y Happy time fueron algunos de los temas de apertura, y si bien con todos obtuvieron aplausos, Chicago no logró que el público se involucrara más en el concierto, hasta que llegó If you leave me now, un himno para los corazones rotos o en vías de sanar que logró que los asistentes corearan el tema y le brindaran una prolongada ovación al grupo.

El resto del concierto cumplió la promesa realizada por Lamm al arranque: Un viaje sonoro por el pasado. Sonidos setenteros y por momentos coqueteando con el jazz disco se fundieron con la suave batería y melódico guitarreo que han sido los principales sellos de Chicago desde su nacimiento. Beginnings, Habit, Saturday e Inspiration entre otros fueron parte de los poco más de veinte temas que ofreció el conjunto formado el Ilinois y que difícilmente imagino que algún día aguantaría cuatro décadas sobre el escenario, sobreviviría al nacimiento y muerte de varias modas sonoras y sobre todo, construiría la carretera más grande del mundo: De Chicago a Guadalajara, pavimentada con música.

EL INFORMADOR/ FRANCISCO GONZÁLEZ