Generación caifán

GUADALAJARA, JALISCO (10/OCT/2011).- Caifanes, la legendaria banda mexicana, la de La negra Tomasa, la del Viento, la de los gritos en Mátenme porque me muero, la de La célula que explota, la de los gritos entre sus integrantes, la de las peleas, los rencores, los Jaguares, las reconciliaciones y los regresos. Ésa que muchos conocieron a través del casette o los discos rompió el silencio este fin de semana en Guadalajara.

Para quienes los habían visto por última vez hace más de 16 años, fue como viajar en el tiempo. Para quienes los vieron por primera vez fue como ver un mito hecho realidad.

Los conciertos que ofrecieron este fin de semana en la Arena VFG estuvieron reservados a los fieles de la banda. Muchas camisas negras y un amplio conocimiento sobre las oníricas letras de Saúl Hernández fueron la constante.

La mayoría eran contemporáneos, aunque también estaban jóvenes que se acercaron a la banda porque la escucharon en programas de recuerdos o porque sus papás les ponen el disco. El fenómeno de romper el tiempo y trascender es algo reservado a pocos grupos, entre ellos, Caifanes.

Maquinaria intacta

Con hora y media de retraso por mil razones (problemas de logística, el tráfico, retraso de vuelos, no llegaba el equipo de sonido), la banda apareció el sábado por la noche provocando un alarido generalizado, que sería la constante a lo largo del show.

Forjados en escenarios humildes de poca producción y menos capacidad, Caifanes ahora desplegó un espectáculo bien trabajado, con tres pantallas gigantes que enmarcaban el escenario y un juego de luces que brillara lo suficiente pero no opacara a los artistas. El elemento central sin embargo era la salud de sus integrantes, que han pasado un año “complicado”, en especial Alejandro Marcovich (que sufrió una operación en el cerebro) y Sabo Romo (un ataque cardiaco).

Los achaques de salud pasaron a segundo plano en cuanto comenzó a sonar Viento, con el característico teclado de Diego Herrera, que como el resto de las canciones fue coreada de principio a fin por los asistentes.

Saúl Hernández entregó una actuación vocal sólida. Cierto que algunos tonos siguen lejos de lo que entregaba hace más de 15 años con Caifanes, pero también hay que reconocer que se encuentra en buenas condiciones y ha sabido sacarle provecho al nuevo “color” de su voz, además de que en todo momento estuvo cobijado por el gigantesco coro en el que se convirtió el público de la Arena VFG.

Recuerdos que quedan

El primer concierto de Caifanes desde su reintegración se queda en la memoria de los asistentes por las estampas, ésas que a lo mejor no salen en un DVD conmemorativo pero sí se convierten en motivo de pláticas futuras.

Desde las filas larguísimas de camisas negras esperando entrar a la Arena desde las 17:00 horas hasta los silbidos y mentadas de desesperación porque no comenzaba el concierto.

O los discursos de Saúl, que sacó su vena social de vez en vez durante el show, llamando a reformar la educación de México, permanecer unidos ante la dificultad y hasta lanzar una arenga contra los políticos.

También se queda el beso en la mejilla de Hernández a Marcovich, una imagen que muestra que lo que parecía imposible hasta hace unos cuantos meses se volvió toda una realidad.

La vuelta de Sabo Romo, quien regresó a casa (literalmente renació aquí, pues fue en esta ciudad donde sufrió un infarto) con el grupo que tiene tatuado en el alma y con el que se divirtió de lo lindo a lo largo del recital, donde lo mismo improvisó unos cuantos pasos de baile que tocó las notas de Guadalajara.

Tras despedirse y regresar dos veces del escenario, Caifanes le dedicó el concierto a los asistentes, esos que durante 17 años mantuvieron vivas las canciones del grupo y jamás apagaron el altar de veladoras para volverlos a ver reunidos. Y es que la generación caifán está más viva que nunca.

TODA LA HISTORIA
Lo que cantaron

* Viento
* Para que no digas que no pienso en ti
* Miedo
* Nunca me voy a transformar en ti
* La vida no es eterna
* Sombras
* Te estoy mirando
* Miércoles de ceniza
* Aquí no es así
* Cuéntame tu vida
* Piedra
* Antes de que nos olviden
* Ayer me dijo un ave
* Hasta morir
* Estás dormida
* Debajo de tu piel
* Perdí mi ojo de venado
* Los dioses ocultos
* Detrás de ti
* Mátenme porque me muero
* Amanece
* Nos vamos juntos
* Será por eso
* Nubes
* La célula que explota
* Afuera
* No dejes que