Martes, 21 de Mayo 2024
Entretenimiento | ''Hasta de los peores aprendes y a ellos, no los recuerdo''

Gabriela de la Garza

La actriz visita la ciudad los días 12 y 13 de febrero con la obra Amor, Dolor y ¡lo que traía puesto!

Por: EL INFORMADOR

De la Garza visitará Guadalajara dentro del elenco de Amor, Dolor y ¡lo que traía puesto! los días 12 y 13 de febrero. EL INFORMADOR /

De la Garza visitará Guadalajara dentro del elenco de Amor, Dolor y ¡lo que traía puesto! los días 12 y 13 de febrero. EL INFORMADOR /

GUADALAJARA, JALISCO (25/ENE/2013).- Gabriela de la Garza es ese extraño punto medio,  entre la determinación y la elegancia.  La actriz defeña, de 36 años, quien vive un brillante momento laboral, visitará Guadalajara dentro del elenco de Amor, Dolor y ¡lo que traía puesto! los días 12 y 13 de febrero, la obra dirigida por Francisco Franco y producida por Tina Galindo cuenta en su cartel con la participación de figuras como Susana Zabaleta, Silvia Pinal y Diana Bracho. De la Garza está ilusionada con venir a la ciudad con este trabajo que resulta dijo, “conmovedor” y “divertido”.  A Gaby la vimos el año pasado en la tercera temporada de Capadocia, interpretando a Italia. No se puede dejar de mencionar, el papel que la catapultó al estrellato –si se le puede llamar así al prestigio que adquirió en la televisión- Alma, una de las tres mujeres protagonistas de la exitosa serie Las Aparicio, producción de Epigmenio Ibarra. A pesar de todo esto y del peso de su personaje, la película de la misma serie, no la incluye en su elenco “por cuestiones de agenda” señaló en entrevista.

La también actriz de trabajos en la televisión  como Bienes Raíces, Alma Legal y Gitana recién estrenó película, Nos vemos, papá, filme dirigido por Lucía Carrera –protagonizado por Ceci Suárez- que aborda el tema de la soledad, el amor y la femineidad. Gabriela de la Garza obtuvo en el año 2010 el Premio a la Mejor Actriz Protagónica del Festival y Mercado de Telenovela Internacional que se realizó en Argentina, aunque su belleza en primera instancia pudiera colocarla en los escaparates del más duro estrellato, Gabriela tiene ese no sé qué de las actrices pensantes que sienten su profesión como el complemento de un todo. Es discreta, se le nota. Es selecta, se le siente pero coloca, sin remilgos, su punto de vista donde debe. No cree en el derrumbe del actor como espíritu formativo, su vocación emergió luego de la experimentación, es sicóloga y no se le escapa nada. Una mujer reflexiva y consciente que apenas ayer tuiteó a través de su cuenta @gadelagarza: Que nos quede claro que Cassez fue liberada porque nuestras incompetentes autoridades la detuvieron incorrectamente, no porque sea inocente.

—¿Crees que nuestras autoridades son irresponsables?

—No habría que generalizar, pero por supuesto que sí, en este caso todas las pruebas eran de una irreguralidad terrible (…) Me dio mucho coraje ver la noticia y ver la cara de los familiares de las víctimas que decían que querían que supiera (Cassez) que ahí estaban y ver si los podía ver a la cara… Yo escuché a esas personas, no era una mujer inocente (…)

—¿Del Centro de Formación Actoral (CEFAC) de TV Azteca, que fue tu casa de estudios, a “Las Aparicio”, qué hay en medio?

—Pues yo creo que desde La Casa del Teatro, y hay mucho, son 12 años de carrera, ha habido caminos difíciles, otros satisfactorios, ahora estoy en un mejor momento. De hecho estuve en dos o tres ocasiones, a punto de tirar la toalla. Esto es lo mío, no me veía haciendo otra cosa.

—Y en estos 12 años de carrera ¿Cuáles han sido las características de tus mejores y peores maestros?

—Mira hasta de los peores aprendes y a ellos, no los recuerdo. Dora Cordero, por ejemplo, nos decía que hay actores de estrella y actores. El chiste es conjuntar las dos cosas. Fue una maestra muy dura, exigente y al mismo tiempo muy cálida. Ella sería una de mis mejores maestras. Por otra parte también el maestro Quintanilla, sin embargo había una cosa en la que yo no estaba de acuerdo —y no lo estoy—, y es esto que tienen algunos maestros de antes, de derrumbar al actor, de quebrarlos, yo creo que hay que partir de lo positivo, no creo que haya que sacrificarse y dolerse.

—¿Por qué te gusta ser actriz?

—Me gusta interpretar a otros, conocer otros mundos y si no fuera actriz, no tendría ese alcance hacia otros universos.

—¿Cómo disfrutas la televisión fuera de la televisión?

—Con la televisión sí llegas a más  gente, pero también es un público diferente —al del cine y al del teatro—, utilizas otras herramientas como el estar más abierta al cambio, justificar todo lo que haces en ese momento de manera lógica. Las historias en televisión se escriben de un día para otro y de repente te llega algo que no tiene nada que ver con lo que habías estado construyendo. Yo disfruto clavarme y cuestionar todo lo que hago y ese tipo de cosas también las cuestiono.

—Y en este sentido, también el actor puede ayudar al guionista… ¿cierto?

—Por supuesto, es una creación en conjunto (…) Soy minuciosa y estricta y además soy psicóloga entonces tengo herramientas para debatir y construir. Eso disfruto de la televisión, la proyección te ayuda para hacer otra, el nombre importa también, para ser actor hay que tenerlo todo.

—Estarás en la ciudad el 12 de febrero con “Amor, dolor ¡y lo que traía puesto!” Una historia que habla del amor y la moda…

—Es así, Amor, dolor ¡y lo que traía puesto! es una historia con muchos matices. Abarca desde los años cuarenta hasta el día de hoy, cada uno de los personajes cuenta historias relevantes que le han sucedido con una prenda. Es una obra conmovedora y divertida. Todo mundo recordamos algún momento de nuestra vida también por lo que traíamos puesto…

—¿Tú que traías puesto cuando te dieron tu primer papel?

—Mi primer papel fue Carmela, me acuerdo que traía brackets y productor y director Luis Vélez me decía: ‘oye qué onda con tus brackets’, y yo dije, ‘¿pues cúando empezamos?’ y él me dijo que para diciembre y empezamos, sin brackets.

—El patio de tu casa es México ¿Cómo está ese patio?

—Es una pregunta difícil, me gustaría verlo en mejores condiciones,  necesita muchas cosas, lo tenemos que atender para que se vea sano. Tenemos que tomar conciencia, nosotros tenemos que hacerlo mejorar.

—¿Cuáles son las bondades y defectos de ser mexicano?

Lo mejor de ser mexicanos, es que somos chambeadores. La gente chambea todos los días, ahí vamos por la chuleta, pero también luego te das cuenta de que los beneficios se van para otro lado.  Somos muy de familia y eso habla muy bien de nosotros. Por otro lado, somos conformistas , vivimos en el ya ni modo, nos falta seguridad, autoestima, consciencia de ser mejores porque podemos ser mejores. No debemos dejar que nos pisen y bueno también nosotros permitimos que hagan tranzas la gente de gobierno.

—¿Cuándo fue la última vez que diste mordida?

—Después de seis meses de estar batallando con Luz y Fuerza (organismo descentralizado que comercializó energía eléctrica en la ciudad de México) cuando tuvo que poner un medidor con sus condiciones, porque si no me iban a cobrar una tarifa como si fuera empresa y esto,  después de estar intentando por meses de hacer el trámite bien.  Aquí yo quisiera mencionar que creo que hay una diferencia en la forma de dar mordida, una es la mordida por iniciativa que pasa mucho (para que no se lleve tu carro la grúa, al tránsito, etcétera) y otra es la mordida que tienes que dar porque te obligan porque si no te quitan tu negocio.

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