El pop de ATL, listo para las grandes masas

GUADALAJARA, JALISCO (30/NOV/2014).- Honestidad es la propuesta que ATL Garza ofrece a la música mexicana. El cantante de 17 años de edad rápidamente gana devotos a su peculiar estilo, curtido entre la explosividad del pop y la fortaleza del R&B.

Aunque el aplauso del público lo ha tomado por sorpresa, ATL es consciente de los retos que tendrá que enfrentar sobre los escenarios que ya lo proyectan como una de las máximas promesas del panorama musical no sólo de México, sino a nivel internacional, por la filosofía que lo encaminan a un sendero donde la honestidad vocal y sonora son sus principales ingredientes.

No han pasado ni tres años desde que el cantante comenzó a explorar su potencial creativo en la composición y dirección de su propio proyecto, que ya respira con un primer disco y el sencillo “Déjame entrar”, canción que levanta cosechas en las listas de popularidad de gran prestigio como Telehit.

Tanto ha sido el impacto de ATL, que el joven ha sido invitado a inaugurar las presentaciones de exponentes como el estadounidense Austin Mahone y la mexicana ''boy-band'' de CD9, durante sus giras por tierras nacionales, además de ser de las estrellas protagonistas de conciertos masivos ante más de 50 mil espectadores.

ATL asegura que la fuerza con la que galopa se debe al perfeccionismo que ha intentado impregnar en su forma de presentarse ante el público, pues su educación musical radica desde la niñez, cuando se entregó por completo al aprendizaje de diversos instrumentos –guitarra, bajo, batería, teclado, violín- que le han permitido apreciar con mayor precisión la composición de la música y la lírica.

“Nunca pensé en cantar”, recuerda con exactitud ATL al detallar que su talento vocal fue compartido entre una celebración especial en la que sorprendió a propios y extraños con una afinación digna de las grandes estrellas, con tan solo 15 años de edad.

Pero fue hasta sus 17 primaveras, cuando el joven mexicano se interna por primera vez en un estudio de grabación a petición de sus familiares, amigos y en especial de su padre, de no desaprovechar el potencial vocal que por naturaleza trae en los genes.

“Jamás consideré integrarme a una 'boy-band' o lanzarme como solista, pero la oportunidad salió de un día para otro y desde ese momento estoy sobre los escenarios”, agrega ATL, y asegura que el valor y la confianza de plantarse ante foros abarrotados han sido de los principales motores para ganarse el respeto del público con un espectáculo donde el baile, la producción de primera calidad y la música y canto en vivo son prioritarios.

“En cada concierto me he exigido más y más, saber en qué tengo que mejorar, focalizar la intensidad. Esos han sido los retos. No pienso ser un artista de un sólo éxito ('one hit wonder') y desaparecer al tiempo, yo quiero seguir hacia delante”.

Ejemplo a seguir

ATL Garza destaca que actualmente un artista debe ofrecer una propuesta totalmente integral hacia el público, pues ahora no basta con cantar perfecto y tener una imagen amigable, sino entregar un proyecto en donde demuestre el verdadero talento y creatividad que se maquilan en su mente, como lo exhibe con su faceta como compositor de casi todas las letras de sus primer disco.

“No quiero algo bien, quiero que sea perfecto. Desarrollar desde el baile, cantar, tener una presencia escénica. Por eso admiro a Justin Timberlake, porque es un artista que toca instrumentos, canta, baila y hace de todo. Quiero estar en muchos aspectos del arte y no sólo como intérprete, esa es mi aspiración”.

En esa búsqueda de pluralidad, ATL confiesa que no desea caer en los clichés de los géneros, sino explorar hasta donde sus posibilidades vayan creciendo, aunque reconoce que de momento el género R&B es una de sus vertebras para ofrecer una singular mezcla estridente con tintes de pop.

“Me gusta mucho el R&B y esa es mi propuesta con elemento pop, porque es lo que me mueve. Quizá es una propuesta nueva en México, no lo hago solamente pensando en un público joven, quiero que esto que les guste a todos”.

Añade que uno de sus principales desafíos es evitar ser encasillado como un artista para los jóvenes o niños, pues considera que este tipo de etiquetas pueden afectar el crecimiento y los escenarios a los que puede acceder, “Yo quiero que los adultos también compren mi música”.