El CIME, en el textil del ártico

GUADALAJARA, JALISCO (15/ENE/15).- Cautivar al consumidor es uno de los principales retos que tienen los futuros egresados de las escuelas de moda de Guadalajara, y el Centro Integral de Moda y Estilo ( CIME) ya prepara a sus alumnos para que cumplan esta misión.

En el penúltimo día de actividades de Intermoda, CIME presentó dos colecciones creadas con el ingenio de su alumnado de tercer y quinto grado, que a través de arriesgadas siluetas proponen diferentes formas de marcar estilo propio, sumarse a las tendencias internacionales y demostrar que México tiene potencial para diseñar vanguardia.

A lo largo de dos entregas, la veintena de estudiantes revelaron el trabajo realizado al interior de las aulas con "Isometría Corpórea" y "Paradigma Álgido", colecciones que pasaron desde la alta costura mezclada a la esencia deportiva hasta topar con rasgos del diseño "avant garde", que destaca por siluetas alientan la extravagancia y el dramatismo visual.

Aunque las dos presentaciones estudiantiles sorprendieron por la originalidad de sus diseños, "Isometría Corpórea" demostró que, el grupo dirigido por Julio César Cázares, tiene una noción más cercana de lo que realmente buscaría el consumidor en el diseño de autor bajo una visión comercial.

"Isometría Corpórea" decidió explorar siluetas femeninas en vestidos holgados que juegan equilibradamente con el concepto de block-color, justificando el nombre que lleva en sí la colección, pues la distribución de colores como el gris, magenta, azul y turquesa insinuó la integración de figuras geométricas que brindaban una perspectiva distinta a las prendas.

Otro punto a favor de este colectivo conformado por los estudiantes Alejandra Lemus, Daniel Coeto, Ireri Muñoz, Elva Razo, Michelle Silva y Sandra Ávalos, es que los diseños realmente pueden ser funcionales para las actividades cotidianas y glamurosas del mercado femenino, en especial de aquel que gusta de lucir siluetas coloridas y cómodas, pues a diferencia de las tendencias dictadas en vestidos para dama, "Isometría Corpórea" se aleja de las presiones de tener una
cintura ceñida, prefiriendo la libertad que brindan las caídas de faldas de tipo trapecio.

De esta forma es como "Isometría Corpórea" recibió la aprobación del público asistente que manifestó agrado por el séquito de diseños que también revelan un espíritu futurista que también sumó al desfile capas y capuchas muy contemporáneas que, de llegar al mercado, realmente pueden tener una oportunidad de compra tanto por jovencitas como por mujeres más adultas que deseen añadir y poco de sofisticación en su vestir diario.

Por su parte, "Paradigma Álgido", la colección encabezada por Emma Vecciato, dejó con dudas razonables al asistente, que además de disfrutar la pasarela se convierte en cliente cautivo que tienen el poder de decisión de comprar o no la moda de una nueva propuesta.

No fue cuestionable la creatividad de los alumnos Eloisa Velázquez, Denisse Camarena, Gloria Robles, Paulina Luna, Estefanía Arias, Carolina Angulo, Isabel Contreras, Brenda Licea, Juan Alonso, Jessica Tzintzun y Adriana Montes, pero sí la posibilidades en las que sus diseños pueden ser lucidos en la vida cotidiana sin caer en el extremo de la extravagancia.

Aunque no se especificaron cuál creación correspondía a cada diseñador, la mayoría de propuestas se enfocaron en hacer del blanco el color protagonista de las prendas que emularon las tonalidades nacientes en los escenarios árticos.

Hubo faldas, vestidos, pantalones y blusas que lejos de convencer con una propuesta futurista entendible, solo abrieron camino a la duda al cuestionar qué tan necesarios eran los aditamentos como bolsos delanteros en exceso o la especie de media luna curva saliente desde el pecho.

Si bien las propuestas que parecían ser inspiradas en una película de ciencia ficción y lucieron llamativas durante el desfile, quienes pagaron los platos rotos de tan peculiares diseños fueron las modelos que, por momentos, perdían equilibrio y el ritmo de su caminar ante el exceso de tela y pesadez que los vestidos tenían la caídas de sus faldas.

EL INFORMADOR / NORMA GUTIÉRREZ