Lunes, 21 de Octubre 2024
Entretenimiento | David “Negro” Guerrero

Contemplaciones contra el tedio

Feria Internacional de Libro

Por: EL INFORMADOR

I
La reciente edición de la Feria Internacional del Libro culminó este fin de semana con la entrega del Premio Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez a los ganadores de la convocatoria, que este año únicamente contempló a quienes trabajan en ese territorio tan apasionante y "necesario para la salud mental", como lo calificó Ignacio Solares, que es el periodismo cultural, pero en la categoría de prensa escrita y foto-reportaje. Para la convocatoria de 2008, la radio cultural quedó en pausa, a decir de los organizadores, debido a la pobreza temática y técnica de los trabajos que en las últimas convocatorias han llegado a -en este caso- oídos de los jurados en esa categoría, quienes han declarado, ya en varias ocasiones, desierto ese premio. Años atrás, la televisión cultural también desapareció de la convocatoria del premio más importante que existe en el país para el fomento, reconocimiento y difusión del periodismo cultural. Es triste reconocerlo, pero algo hay de razón en los argumentos esgrimidos por los organizadores: "No podemos convocar a un premio cuya calidad de trabajos recibidos es muy pobre; es invertir dinero en algo que nada más no responde". Y, decimos, algo hay de cierto, porque no puede ser que después de casi 16 años la participación de quienes hacen periodismo cultural radiofónico (que es mucho más que hacer entrevistas o programas "en vivo" o musicales) no llegue ni a 20 trabajos recibidos a nivel nacional: ¿En dónde están todos esos talentosos productores, guionistas, realizadores y conductores que hacen radio con contenidos culturales (aunque sea una odiosa pero todavía necesaria clasificación) tan solo en la Ciudad de México? ¿En dónde anda el nada despreciable número de realizadores de la radio cultural en México? ¿Acaso no saben de la existencia de este certamen -¡cómo si hubiera muchos!- que se da a nivel nacional? Cierto, la radio mexicana está para llorar: Se ha convertido en una sinfonola haciendo creer que solo la música y locutores que más o menos saben programar -y lo mismo va para quienes están en la radio comercial que para la permisionaria- es lo que se puede hacer en este fascinante medio. ¿Y los radiocuentos? ¿Por qué se extrañan las radionovelas? ¿En dónde escuchamos reportajes inteligentes de poco más de 10 minutos (una vez un arribista al lenguaje radiofónico nos dijo que un reportaje de más de 10 minutos aburre: Tal vez así será su vida)? Pero lo más extraño es que en certámenes como la Bienal Internacional de Radio sí le entran (la edición de este 2008 recibió 712 producciones, en distintas categorías, varias de ellas en radio-reportaje) o el Premio Jalisco de Periodismo sí recibe una considerable cantidad de trabajos ¡en radiorreportaje!, que recibe propuestas de ¡hasta 20 minutos de duración! (¿alguien ha escuchado en la radio local trabajos periodísticos radiales de 20 minutos?).

II
Pero más allá de eso, que es culpa única y exclusivamente de quienes están en la trinchera de la radio, lo que sí debemos lamentarnos -o preocuparnos- es que, así como Ignacio Solares se lamentó de la cada vez más preocupante desaparición de suplementos culturales en medios impresos, quienes hacemos la "otra radio", Cristina Romo dixit, nomás nos quedamos de brazos cruzados o, que es lo peor, ni cuenta nos damos. Sobre la televisión, casi podríamos decir lo mismo. Para no ir tan lejos, aquí en Tapatilandia, el canal 7 del Sistema Jalisciense de Radio y Televisión realiza un programa que ya quisieran en otros lugares, Elementos, que confirma la vigencia y necesidad del periodismo cultural en televisión: No todo es Canal 22 ni canal Once.

III
Pero, bueno, señalábamos que el domingo se hizo entrega del premio, y al mismo tiempo se realizó el Homenaje Nacional a un periodista que haya no solamente destacado sino realizado aportes al periodismo cultural. En esta ocasión, el celebrado fue Ignacio Solares, dueño de una trayectoria envidiable y definitiva, además de ser actualmente una de las voces imprescindibles de la literatura mexicana contemporánea. De todos los personajes que tomaron la palabra, quien nos cautivó, emocionó y hasta obligó a refrendar la pasión que tenemos por este tipo de periodismo (que es mucho más que hacer reseñitas o cobertura de eventos) fue Vicente Leñero. El maestro Leñero simple y sencillamente puso las cosas en su lugar -"todavía hay periódicos que ponen la sección cultural hasta atrás de otras secciones"- y ofreció una admirable evocación del trabajo de Solares que sirvió, también, para responder el por qué y para qué del periodismo cultural. Y es cierto: El periodismo cultural debe luchar todavía por hacer entender, sobre todo a políticos y politicastros, que este género trabaja con la manifestación más excelsa de cualquier hombre y sociedad: El arte y la cultura.

IV
No son estos los mejores tiempos que vive el periodismo cultural. Se habla tanto de él, se manosea demasiado, se tergiversa convenencieramente, se distorsiona sus fines, se ningunea a sus oficiantes, se desprecia a sus hacedores, que uno a veces quisiera creer que el esfuerzo cotidiano simplemente es pasado por alto. Pero cuando uno escucha las palabras, y confirma los hechos, de gente como el autor de Los periodistas, lo que hace es volver a jalar aire y luchar y trabajar nuevamente, a contracorriente, aunque salgan trabas, obstáculos y autoritarismos demagogos y cobardes. Y en muchas ocasiones esos vicios y enfermedades no necesariamente vienen de fuera: están en casa, trabaja uno con personajes de esa calaña. A fin de cuentas, lo importante y trascendente es la satisfacción personal no del logro individual obtenido, sino de lo que ese esfuerzo y convencimiento pudo aportar, lograr y trascender. Y para confirmarlo está el tiempo y el trabajo. Nada más.

Comentarios, quejas y envío de power points anónimos por espantarse ante la hipocresía y la doble moral a: davidguerrero.lemus@gmail.com.

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