Club Sándwich, crecer a tropezones

MORELIA, MICHOACÁN (25/OCT/2013).- ¿Qué tanto se puede estirar esa liga llamada "relación madre-hijo?", antes de que se rompa. Eso es lo que está a punto de descubrir el adolescente Héctor (Lucio Giménez Cacho), y su madre, una joven mujer llamada Paloma (María Renée Prudencia). Entre ellos la complicidad no deja lugar a los secretos, y se adoran mutuamente. Pero eso cambia drásticamente cuando aparece Jazmín (Danae Reynaud), una chica que despierta el deseo del hijo, y los miedos dde la madre.

Crecer como adolescente y madurar como adulto son los dos grandes temas que toca Fernando Eimbcke (Lake Taho, Temporada de patos) en Club Sándwich, su nuevo largometraje, mismo que proyectó la mañana de este viernes en el Festival Internacional de cine de Morelia, que en su onceava edición, compite al premio de Mejor película.

Con una producción que califica como "pequeña e íntima", Fernando Eimbcke expone una trama rodada en un hotel perdido y solitario de Puerto Escondido, con tres personajes haciendo que se mueva la historia, y un par de secundarios. Sin extras, ni mayor pretensión que darle voz y rostro a la angustia adolescente y a la preocupación de todo padre que ve crecer a sus hijos.

Y es que crecer parece ser el tema que tiene de forma permanente el director en la mente. Club sándwich, y sus cintas anteriores, se han caracterizado por la exploración de las distintas facetas que componen la adolescencia. "Pero conforme iba escribiendo el guión, me daba cuenta que la verdadera voz de la historia era la mamá, Paloma. Ella se ha sacrificado por su hijo, lo ha dado todo por él, pero pronto se da cuenta que no puede mantener para siempre la misma relación tan estrecha. Entiende que Héctor va a crecer, y eso duele".

El realizador, acompañado por sus tres actores principales, charló con los medios de comunicación en el complejo Cinépolis del Centro, en el último día de proyecciones en competencia del FICM, que anunciará a sus ganadores éste sábado.