Entretenimiento | Hay clubes que no vinieron a este mundo a ganar. Tampoco a competir. Ni siquiera a jugar bonito. CRÓNICA: El zorro expiatorio La grandeza de algunos equipos no estriba en la victoria, como quedó demostrado en el partido que sostuvo Atlas contra Boca Juniors, en el Estadio Jalisco Por: EL INFORMADOR 29 de mayo de 2008 - 17:55 hs La grandeza de algunos equipos no estriba en la victoria, como quedó demostrado en el partido que sostuvo Atlas contra Boca Juniors, en el Estadio Jalisco. Hay clubes que no vinieron a este mundo a ganar. Tampoco a competir. Ni siquiera a jugar bonito. Es otra su misión. Regresando al citado encuentro entre Atlas y el odioso equipo xeneize, el cuadro tapatío tenía todo para ganar y lograr el pase a las semifinales de la Copa Libertadores. Se había traído un valioso, heroico, empate de Buenos Aires. La situación era casi inmejorable: jugaba en casa, con estadio lleno, a media tarde, descansaditos los jugadores luego de ser eliminados del torneo local. ¿Y qué pasó? Nada, que los académicos recibieron a la oncena argentina con la portería y los brazos abiertos. Auténtica hospitalidad mexicana. Perdieron tres a cero jugando el peor primer tiempo que se les recuerde en muchos años. Haciendo fácil lo difícil. No creo que haya sido culpa de los jugadores. Ni del entrenador. Ni de la directiva. Tampoco creo que Boca hizo un gran partido. Ni que su estrella Riquelme estuvo brillante. Ni que Palermo —que habitualmente es una garantía para los adversarios— tuvo buena actuación. Riquelme y Palermo apenas si se esforzaron durante el cotejo (se les veía que estaban jugando una cascarita y de la misma manera celebraron los goles). Tal vez lo que pasó obedece a una situación que rebasa por completo al atlismo en su conjunto. Obvio es que para el equipo tapatío no es fácil manejar un marcador a favor, por mínimo que éste sea. Y es que hay cosas más importantes que ganarle a Boca, cosas más importantes que ganar la Libertadores, y en definitiva, hay cosas más importantes que ganar. Si tradicionalmente hemos oído hablar del término “chivo expiatorio” es porque quizá ha existido una confusión. Es del “zorro expiatorio” del que deberíamos de hablar. Con cada partido decisivo del Atlas, hay un ciclo que se renueva. Llegado el momento, los aficionados pensamos: ahora sí el Atlas va a ganar. Y el Atlas, cuya función parece que es mantener un secreto equilibrio en el mundo, se sacrifica y pierde. Si ponemos atención a este asunto, descubriremos a un equipo tan intachable como coherente. Pero hay que saber ver. Esto no quiere decir que el cuadro tapatío no pueda ganar algunos partidos. Sería muy esquemático y poco emocionante, y el Atlas es uno de los equipos más emocionantes que existen. Tiene la habilidad de mantener a los seguidores al filo de la butaca, mordiéndose la uñas hasta el último segundo de cada juego. Por supuesto que el Atlas puede brindar un gran partido... siempre que las circunstancias le sean adversas de antemano o siempre que nadie dé un cinco por ellos. Ahí sí, los jugadores se transforman y luchan. Sacan la casta. Pero ganar cuando se tiene todo, cuando la afición cree más que nunca que su equipo puede hacerlo y llena el estadio, como contra Boca, está, según parece, fuera de la cuestión. Tal vez debamos entender que el Atlas no está aquí para darnos satisfacciones egoístas, sino para preservar la esperanza. La esperanza de que algún día se ganará. Dicen que hace más de 50 años el Atlas conquistó un campeonato. No me consta. Eso lo dirán las malas lenguas para desprestigiar a un equipo con ideales superiores, fuera de este mundo. Y si algún atlista habla de victoria, tal vez se refiera a la mejor de las victorias posibles: la del zorro expiatorio, que ofrece su vida para que el mundo siga rodando. por: gerardo lammers Temas Tapatío Lee También El río Lerma: un pasado majestuoso, un presente letal Año de “ballenas flacas” El maestro de la brevedad: a 107 años del nacimiento de Juan José Arreola La vida del jazz tapatío Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones