Allan Fis ofrece luz sobre la fotografía de moda

GUADALAJARA, JALISCO (07/SEP/2013).- Para Allan Fis, un buen fotógrafo es aquel que sabe manejar la luz para mostrar un estilo propio, él es un artista de la lente y por ello sabe que el trabajo con este elemento es indispensable en el desarrollo profesional de cualquier ejecutante visual. El experto estará de visita en Guadalajara los días 10 y 11 de septiembre para impartir un taller basado en el trabajo para el mundo de la moda.

El también jurado de ''México’s Nex Top Model'' llega por invitación de Gabriela Romano a través de WorkShop Guadalajara, durante este evento, —que es para un grupo reducido de personas— el profesional hará una introducción y plática sobre el tema de la iluminación y todo lo que se requiere en un proceso de producción en una sesión de moda donde se tendrá un casting en vivo  para escoger a los modelos que se necesitarán para el día siguiente, donde también habrá una sesión real de moda para una editorial.

Durante varios años Allan Fis fue profesor de fotografía, pero optó por los cursos y talleres, pues desde su perspectiva no todos sus alumnos eran buenos. Esto le producía un desgaste por lo que prefiere dedicarle tiempo y espacio a quien verdaderamente tiene el talento para ser fotógrafo. “Que se inscriban al taller no quiere decir que sean gente con talento, ojalá fuera así, voy a hacer una revisión de portafolios”. Aunque en este taller en específico no será tan exigente pues más que analizar a fondo el trabajo de cada alumno, se dedicará a impartir clases para ver cómo se monta el desarrollo de un “Photo shooting”.

“El tema es que la luz es la materia prima, si la conocemos los suficiente y la sabemos controlar y manipular para hacer lo que queremos no importa que se está fotografiando, el tema  es que hay muy poca gente que tiene una previsualización de lo que quiere lograr y se va como sopla el viento”. La especialidad de Fis es captar la esencia de las personas a través de la fotografía, ya sean modelos, músicos o  pintores y, como en toda actividad, hay quienes saben posar de sobremanera y otros a los que simplemente no se les da, es ahí donde aflora su creatividad para lograr una buena imagen que capte la personalidad de quien acude con él.

“La gente llega con una máscara y una armadura; mi labor es que bajen la guardia y que nos dejen acceder a la persona real detrás de ese escudo”, asegura.